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Familiares, amigos, alumnos y lectores reconocen su ética inquebrantable

Honran al poeta y periodista boliviano Jorge Calvimontes en Bellas Artes

Fue un hombre amoroso de las luchas revolucionarias de los pueblos latinoamericanos

 
Periódico La Jornada
Viernes 27 de mayo de 2016, p. 4

A 84 años de su nacimiento, que se cumplieron el pasado 15 de mayo, la noche del miércoles se rindió homenaje al poeta, periodista y catedrático boliviano Jorge Calvimontes y Calvimontes (1932-2013) en el Palacio de Bellas Artes.

Familiares, amigos, alumnos y lectores del maestro universitario lo recordaron en una mesa redonda en la que se reconoció su ideología inquebrantable, su ética profesional y humana, así como su autocrítica literaria.

Calvimontes siempre se distinguió como un ser humano cosmopolita, comprometido ética y políticamente con la realidad latinoamericana, dijo Lorena Salazar, directora de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem).

Fue un hombre profundamente humano y amoroso de las luchas revolucionarias de los pueblos latinoamericanos por la liberación de nuestra América.

Como parte de ese acto se entregó el premio latinoamericano de literatura que ostenta el nombre de Calvimontes.

La organización del certamen estuvo a cargo de Tintanueva Ediciones, la Sogem, la Escuela Nacional de Trabajo Social de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la embajada de Bolivia en el país.

Por abrir espacio a nuevas plumas

Los ganadores de esta primera edición, correspondiente a 2015, son María Bonilla (Costa Rica), en la categoría de novela, con Hasta que la vida nos separe, así como los mexicanos César Navagómez en cuento, con Espiral de emociones; Leonardo Meza Jara en poesía, con No sé si aún te llames Carlos Marx, y Omar Mireles Penilla en ensayo, con De la oración al epitafio: el proceso de duelo en la poética de Jaime Sabines.

De acuerdo con Jorge Alberto Calvimontes Luján, hijo del homenajeado, el premio con el nombre de su padre cumple una de las inquietudes y preocupaciones de éste: crear y proporcionar plataformas para fomentar la escritura, dar espacios a nuevas plumas y de esa manera proveer a los lectores con nuevas opciones.

Tras esbozar una breve semblanza de vida, en la que recordó cómo el poeta boliviano publicó por vez primera sus versos a los nueve años de edad, en la revista de su escuela, Jorge Alberto Calvimontes rememoró cómo aquél llegó exiliado a México en 1971.

Eso ocurrió después de que dio a conocer un poema contra el gobierno golpista de su país, titulado La fogata de San Juan, que escribió luego de que el régimen había perpetrado una masacre en un campamento minero.

Resulta que ese día en el paraninfo, cuando mi padre leyó el poema, uno de los presentes se emocionó tanto que le dio un ataque cardiaco y en la cuarta fila falleció. Al día siguiente apareció en los periódicos: Calvimontes, el poeta asesino, contó.

Ese fue el motivo para que lo comenzaran a perseguir. Vino a México como asilado político, lo adoptó como su segunda casa y se sintió como si estuviera en Bolivia.