Cultura
Ver día anteriorSábado 28 de mayo de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

Dan a conocer en Casa Lamm Toda la vida, la novela más reciente del narrador

La parte esencial de un libro es lo que está sumergido, sostiene Aguilar Camín
 
Periódico La Jornada
Sábado 28 de mayo de 2016, p. 4

El escritor Héctor Aguilar Camín entrega un nuevo libro a sus lectores: la novela Toda la vida (Penguin Random House), que fue presentada la noche del jueves en Casa Lamm.

Es la historia de un escritor que huye de una mujer. La causa se encuentra en el primer capítulo del libro, que leyó el autor para después conversar sobre lo que está en la novela y lo que hay más allá de lo escrito.

Toda buena novela, creo por lo menos es mi caso como lector, nos dice lo que está escrito y algo más; algo que está atrás, que el escritor quiere decir sin decirlo, y que es la parte más importante del libro, lo que está sumergido, expresó el ensayista e historiador.

En la anécdota el personaje huye de una mujer porque la siente capaz de ordenar el asesinato de alguien. Toda la vida “es la doble averiguación de qué fue realmente ese asesinato, cómo fue que tuvo lugar y dónde está esta mujer –de nombre Liliana Montoya– de la que este narrador ha huido toda su vida y ahora quiere encontrar”.

El libro, que toma el título de una canción de mediados de los años 80 del siglo pasado, es una novela corta, escrita con la mayor economía de medios posible, para ser leída rápido y ojalá que para ser recordada despacio, dijo Aguilar Camín a quienes acudieron a escucharlo, entre ellos, la escritora Ángeles Mastretta.

Más allá de la anécdota, el libro plantea varios dilemas que son los temas que están sumergidos: el primero es “si alguien puede mandar matar a otro y salirse con la suya no sólo en el sentido de que no lo metan a la cárcel (…) Qué pasa dentro de quien es capaz de mandar matar a otro y qué pasa con su vida, con la vida de los cómplices de esa decisión brutal, cuál es la lesión visible o invisible que queda en los cómplices de un asesinato impune”.

Sin embargo, a partir de la escena que une y desune a los personajes hay la sugerencia, no moralina, de que no hay tal impunidad, que esa impunidad moral no existe. Dando un salto que reconozco excesivo puede estar hablándonos de si pensamos los mexicanos que si esta era de violencia impune y terrible que cruza nuestra sociedad no va a tener costos en nosotros, como colectividad, en nuestra historia, en la manera como vamos a vivir la vida en sociedad, si es posible hacer un poco lo que estamos haciendo: viviendo junto a una matanza sin ser capaces, comenzando desde luego por las autoridades, de dar una respuesta, más que la respuesta de mirar a otra parte como el narrador de la novela mira hacia otra parte durante muchos años frente a esta anécdota fundadora que lo separa del amor de su vida.

Otro dilema es a lo que se enfrenta una mujer desafiantemente autónoma, libre, a la que su libertad y autonomía le cuestan muy caro y, finalmente, otro muy serio: cuál es la vida que vale la pena vivir, una vida de riesgos continuos o más bien una de estabilidades.

Semilla biográfica

Ricardo Cayuela, director editorial de Penguin Random House, preguntó si existe una base autobiográfica para esta novela de Aguilar Camín, quien respondió:. “Hay una semilla biográfica, una historia secreta que no voy a contar por definición. Creo que la de la novela es una historia mejor que mi historia secreta. En los escritores hay una falsedad profesional de fondo, una pretensión originaria de que ellos han inventado las cosas, de que lo que han producido es fruto de su imaginación, y sí, desde luego que lo es, pero yo podría decir que no hay nada en un libro de ficción que no haya estado antes en la experiencia directa del autor, incluyendo la experiencia de la lectura de otros autores.

La imaginación consiste en la combinación única, original, de pedazos de realidad literaria, social, personal que el autor pone juntas. Esto de que todo es ficción pura es ficción pura: no hay tal cosa como la ficción pura.