Espectáculos
Ver día anteriorDomingo 29 de mayo de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El músico y productor descargó un arsenal de anécdotas y conocimientos en la Fimpro

No me gusta la música por encargo; prefiero la credibilidad: Santaolalla

Disertó en torno de su quehacer y afirmó que el arte reorganiza la realidad

Adelantó que trabaja en las partituras para el musical El laberinto del fauno y produce un disco a Café Tacvba

Foto
Cuando me preguntan qué recomiendo a los grupos jóvenes, les contesto que espero originalidad, una visión y no únicamente un conjunto de notas y de palabras, afirmó el músico argentinoFoto Ap
Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 29 de mayo de 2016, p. 5

Guadalajara, Jal.

El músico y productor argentino Gustavo Santaolalla desembarcó en la Feria Internacional de la Música Profesional (Fimpro) cargado con un arsenal de anécdotas/conocimientos musicales para agradar al público reunido en el Cine Foro de la Universidad de Guadalajara.

Reflexionó sobre su quehacer, el significado de los premios, pero sobre todo disertó en torno de la condición ontológica de su oficio: “El arte reorganiza la realidad, reorganiza nuestra vida. La violencia es parte de nuestra realidad y esas canciones (narcocorridos y movimiento alterado) exorcizan ese reflejo de ella. Dentro de estas canciones hay buenas y malas, como en todos los géneros musicales, incluida la música alternativa. Hay buena polka y mala polka. Ese tipo de composición de extrema violencia no hay que censurarla ni abrazarla. Si alguien compone un canción violenta siempre será mejor a que tome un revólver y mate a alguien”.

Cercanía con la gente

En la animada charla mañanera, el líder de Bajofondo Tango Club adelantó que está componiendo las partituras para el musical El laberinto del fauno y que además hará las atmósferas sonoras para la exposición de la memorabilia de Guillermo del Toro, que se montará en Los Ángeles próximamente. También adelantó que está produciendo el nuevo disco de Café Tacvba.

Una de las cosas que atesoro es acercarme a la gente, como en esta oportunidad, porque siempre busco involucrar a las personas. Eso es lo que hago cuando produzco a algún artista, me involucro en el desarrollo del contenido, expresó Santaolalla en la Fimpro.

El moderador Fernando Favela, emocionado de tener al músico argentino, le preguntó sobre el momento en que descubrió a Café Tacvba y cómo vivió/contribuyó a la efervescencia de finales de los años 80: Los descubrí como a otros grupos, los vi tocando de manera precaria con instrumentos precarios, pero observé en ellos algo muy potente; esas cosas que me indican que estoy frente a un gran artista.

Agregó que lo que busca en un grupo “es que los artistas presenten algo nuevo, la originalidad, que haya una visión y no únicamente un conjunto de notas y de palabras. Se puede aplicar esto a cuando me preguntan qué recomiendo a los grupos jóvenes, que el trabajo sea 80 por ciento de transpiración y 20 de inspiración. Como decía Picasso: ‘que la inspiración me encuentre trabajando’”.

Enfático subrayó: Los artistas deben encontrar su propio sonido, qué los distingue de otras bandas, y después viene la perseverancia.

El ganador de dos premios Óscar dijo: He recibido muchos ofertas que resultan ser platillos económicos difícil de resistir, pero no me gusta hacer música por encargo, porque regresar al camino de la credibilidad es muy difícil, lo he visto en muy pocos casos.

Con un estado de ánimo feliz, Santaolalla disertó: El proceso de copiar no es malo, lo veo como un modo de aprender. En la música clásica de la India no hay escritura, el alumno copia al gurú, después encuentra su propia voz... Es como cuando cometo un error, trabajó mucho con él y lo utilizo como acierto. Por ahí el error se convierte en una personalidad que tiene que ver con la vida, porque la vida no es perfecta. Los errores son intenciones ocultas que tienen los artistas.

La identidad, motor creativo

Sobre la experiencia refirió: Es algo muy valioso que uno va acumulando. Creo en los frutos de la experiencia y de la inexperiencia, por eso es importante trabajar con jóvenes, quienes hacen cosas que yo no haría y se vuelve a tomar experiencia.

Otro de sus motores creativos, añadió Santaolalla, es la identidad: Es primordial de dónde vienes y hacia dónde vas. Con mi grupo Arco Iris fuimos de los primeros que fusionábamos rock con folclor argentino y latinoamericano. Era importante que le pusiéramos nuestra identidad, en ese momento hacer algo como The Cream o Jimmy Hendrix, no tenía caso, nosotros pensamos en la reinvención de esta identidad, porque eso es lo que resulta interesante para músicos como David Byrne o Eric Clapton, no que les toque lo suyo.

Respecto a su papel en la explosión del rock mexicano explicó: A finales de los años 80 se fractura el PRI y empieza una especie de auge de bandas como Las Insólitas Imágenes de Aurora, Maldita Vecindad, Café Tacvba... Propuestas que tenían que ver con la raíz mexicana. Fue tan importante que artistas de otro corte no me interesaban. Después vino una bajada, cayó un poco. Pero quedó esa energía presente y en la segunda camada aparecieron Control Machete, Julieta Vengas, Molotov... Pero siempre hay un grupo de muchachos tocando en un garaje.

Finalmente, sobre cómo visualiza la música actualmente señaló: Vivimos una realidad diferente de cuando yo empecé a hacer discos, primero se debía tocar bien, no había tantas herramientas para arreglarlo. Ahora cualquiera puede hacer una grabación digna en su dormitorio, es maravilloso lo que se puede hacer y hay muchas cosas maravillosas.