Zacatecas, Zac.

La disputa por el poder político en la entidad se encamina hacia su desenlace enmedio del gatopardismo, donde los actores son los mismos, salvo que ahora compiten con diversas representaciones.

Antaño opositores radicales, hoy reivindican el más rancio oficialismo; la izquierda pulverizada que hoy se presenta está aliada con la derecha o radicalizada contra un gobierno al que hace seis años ayudó a ganar.

En esta suerte de promiscuidad política dos actores llegan a la recta final en cerrada disputa: el priísta Alejandro Tello, con su cauda de partidos coaligados (PVEM-Panal), que en las pasadas dos semanas han embestido sin recato a su principal adversario (de Morena) con una furiosa guerra sucia para atajar su ascenso.

El otro es David Monreal Ávila, postulado por Morena y amparado por el clan que traspasa fronteras partidistas captando apoyos de tirios y troyanos para regresar al poder que ya algún tiempo detentó su hermano Ricardo. Es una postulación que unifica a sus adversarios, quienes condenan las pretensiones ‘‘monárquicas’’ de esa familia.

En medio está un PRD, gobernante durante 12 años, que se desfonda sin parar y se ampara en una desesperada alianza con el panismo –casi desaparecido en la entidad– para sobrevivir y que le hace decir lo indecible en otros tiempos. ‘‘Calderón, quien dictó cátedra como Presidente...’’, soltó sin recato su candidato, Rafael Flores.

Por el lado del PRI, con el espaldarazo de Manlio Fabio Beltrones, Alejandro Tello lleva la estafeta tricolor. Amigo del gobernador, de quien fue su secretario de Finanzas, una de sus principales promesas de campaña fue renovar la clase política gobernante. ‘‘Las mismas caras nos salen muy caras’’, ha dicho.

Hace 18 años que el monrealismo sentó sus reales en Zacatecas. Desde entonces, dicen aliados y adversarios, no ha estado lejos del poder salvo el aciago sexenio –para los Monreal– de Amalia García, entonces en el mismo partido y a la que tanto combatieron.

Desde entonces, David Monreal comenzó una meteórica carrera: alcalde de Fresnillo, candidato a gobernador, senador y ahora de nuevo en la disputa por la gubernatura. En ese empeño ha pasado del PRD al PT –por el cual hoy es senador–, y ahora abandera a Morena.

La familia Monreal es una marca registrada aquí. Miguel Alonso, quien encabeza este gobierno del priísmo, ascendió al amparo del monrealismo hasta que llegó a la gubernatura, tras fracturar a la izquierda perredista. Las cosas han cambiado. Morena se ha disparado en las preferencias, al punto que podría tener en Zacatecas su primera gubernatura.

David ha logrado desgajamientos en el perredismo que se han sumado a su causa. Amparado en una oferta que promete combatir la corrupción, gobernar austeramente y enfrentar la inseguridad asfixiante, encabeza un movimiento con serias aspiraciones de triunfo. Quizá por eso las redes sociales difunden la hipótesis de que se trata del “cártel de los Monreal”.

Entre la coalición PRD-PAN, el escenario ha sido complicado desde el origen de la postulación de Rafael Flores, que abrió una disputa entre el perredismo nacional y el estatal. Una lucha que incluyó la pretensión de Pedro de León, priísta que pretendió la postulación por la vía de la designación centralista. Ligado a Rosario Robles cuando laboró en Desarrollo Social, tras la frustrada incursión en la alianza volvió al redil tricolor. Hoy, Flores ha recibido un atípico apoyo del ex presidente Calderón.