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Los municipios de Teloloapan y Apaxtla, los más afectados

La delincuencia desplaza a pueblos enteros en Guerrero
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 4 de junio de 2016, p. 24

Teloloapan, Gro.

Lino N tiene unos 15 años de edad, es oriundo de Laguna Seca, municipio de Teloloapan, y aún siente terror al recordar lo que vivió en mayo de 2013 en el Rancho Los Fresnos: no quiero hablar, dijo mordiéndose la punta del suéter que envolvía su mano derecha.

Pero en el pueblo se sabe que aquel día, cuando iba por la leche, el menor vio cómo unos sujetos descuartizaban y sacaban los ojos a campesinos que trabajaban en ese rancho. Los 15 o 20 sobrevivientes huyeron y no han regresado.

Como ellos, desde 2014, miles de campesinos y sus familias huyeron de unas 20 comunidades de los municipios de Teloloapan y Apaxtla, en la zona norte, donde comienza la Sierra Madre del Sur, debido a la violencia generada por la delincuencia organizada.

Los habitantes apenas se atreven a mencionar lo que se vivió en Laguna Seca. Doña Vicky, por ejemplo, dice: apenas regresó un tercio de la gente (en enero de 2014 salieron más de 500). Se da ánimos: ahora por lo menos ya hay clases, se escucha el murmullo y el escándalo de los niños. Incluso hoy habrá fiesta.

A dos kilómetros de Laguna Seca se encuentra El Rincón del Vigilante, o lo que queda del poblado: un caserío de 28 viviendas abandonadas desde 2014.

Varias de las casas están parcialmente destruidas. Algunas aún conservan en buen estado las pertenencias de sus moradores: un rosario, discos viejos, un televisor, carros de juguete, libros, una Biblia. En otras se observan árboles frutales, utensilios y flores en los patios. Algunas de las puertas tienen candados, como la de la capilla.

Lo que de plano quedó destrozado es el salón multigrado de la escuela primaria, aunque se puede observar los dibujos de los niños, algunos juguetes y mochilas, y la cancha, que da cuenta del abandono.

El ex alcalde Ignacio Valladares Salgado afirmó que le tocó el peor momento que ha vivido Teloloapan: ni en la Revolución Mexicana se han visto atrocidades como las que vivimos hoy.

La mayoría de los desplazados se trasladó a los estados de Morelos, Puebla, Ciudad de México o a las ciudades de Acapulco, e incluso aquí, en Teloloapan (con 192 comunidades), muchos formaron colonias, una de ellas El Pedregal, pero por el momento no piensan regresar, aunque ya lo ha hecho aproximadamente 40 por ciento de los desplazados en las comunidades.

Las autodefensas, el camino

El maestro Adrián Brito, quien es parte del Movimiento Apaxtlense Adrián Castrejón, conformado en 2014 para enfrentar la delincuencia, manifestó que de no haberse creado esta organización para la autodefensa, “estos amigos (los delincuentes) hubieran acabado con todo el pueblo.

“Un vecino de Tlanipatlán era gente de La familia michoacana, (sus compañeros) se llevaron a dos hombres y una mujer. Su mamá y hermano llevaron parte del rescate, pero estas personas retuvieron también al hermano. La gente salió en masa de ahí, porque los secuestradores les pidieron desde un millón a millón y medio de pesos por cada uno de sus familiares secuestrados, pero era imposible, en su mayoría son campesinos”.

Fueron 67 familias las que salieron de Tlanipatlán (perteneciente al municipio de Teloloapan, ubicado en las inmediaciones de Apaxtla), “cada una con un promedio de cinco a seis personas. Mucha gente vino a refugiarse a la primaria Francisco I. Madero, de Apaxtla. Nos dijeron que de todo el pueblo solamente quedaron cinco familias. Los que se quedaron eran señores de edad que dijeron aquí vamos a morir, nosotros no nos iremos.

Mencionó que hace dos meses el Movimiento Apaxtlense, junto con la policía comunitaria tecampanera de Teloloapan, y con el apoyo de la Policía Federal, encabezada por el comandante Rangel N, convocaron a una reunión en la que nos informaron que regresaron sólo 55 personas a Tlanipatlán. Ahí estuvieron presentes algunos de los que se fueron y los exhortamos a que regresaran. Les propusimos organizarnos en autodefensa para ya no permitir la entrada de los delincuentes.

Es evidente que con los aparatos de seguridad del gobierno, Policía Federal, Ejército y Marina, ellos (los delincuentes) huyen y se van. En Apaxtla vigilamos las 24 horas, principalmente por las noches, cuando hay mayor peligro. En toda la periferia hay puntos de vigilancia, no sólo en las entradas y salidas, sino en todas las colonias y barrios. Si hay indicios de la presencia de la delincuencia de inmediato se da aviso al Ejército y a la Policía Federal para que hagan cumplir la ley.

Una incógnita, la cifra real

No hay un censo real de desplazados, pero Adrián Brito enumeró: “De Xochitepec huyeron más de 800 personas, casi la totalidad se salió desde 2014, cuando fueron asesinadas y quemadas gentes de ahí e incendiados sus carros; de Tlanipatlán, más de 67 familias, todo el pueblo, se fue, unas 400 personas; en Tetela del Río, yo creo que al menos 30 por ciento de su población se desplazó; en Cacalotepec, igual, 40 por ciento.

No tenemos el dato total de cuánta gente salió, pero también hubo desplazados de Liberaltepec, San Felipe del Ocote y de Tetela del Río, municipio de Heliodoro Castillo, pero colindante con Apaxtla, donde los delincuentes destazaron a machetazos a un joven en el centro del poblado.

Hay más pueblos de la región donde también huyó la gente, pero por falta de comunicación no conocemos su número, como Cacalotepec. De ahí se llevaron al comisario municipal y lo asesinaron, y muchos de los que se fueron no regresaron. Afortunadamente en Cacalotepec “un grupo organizó una autodefensa que también vigila y pertenece al movimiento apaxtlense.

Dijo que hay una comunicación constante con la policía comunitaria tecampanera de Teloloapan, ellos desde que se levantaron bajaron muchísimo las cifras de asesinatos, secuestros y extorsiones, pese a que tenían mucho miedo. Se plantea que este proyecto alcance a las 192 comunidades con que cuenta ese municipio, para que se pueda extirpar el crimen y la delincuencia.

Un factor importante ha sido la participación del pueblo ayudando a los aparatos de seguridad del gobierno “porque solos no pueden, como sucedió en Apaxtla, cuando en el centro secuestraban, levantaban y mataban, porque habían halcones (informantes) que les ayudaban”.