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De nuestras Jornadas

La izquierda: fragmentación suicida

A

mérica Latina tuvo una década llamada la primavera de la izquierda, que, ahora mismo, está llegando a su fin. Durante ésta, sus gobiernos lograron disminuir la pobreza y desigualdad de forma importante, reactivar el crecimiento económico y extender los derechos sociales de la población. Sin embargo, lo hicieron dependiendo de otras economías, y por tanto, se dieron las condiciones sociales para su derrota política.

Durante esa década, México se mantuvo en la derecha. Y ahora que la primavera mencionada terminó, se abre la posibilidad de que en dos años México pueda tener un gobierno de izquierdas. Pero ¿cuál es la condición para que México tenga un gobierno de izquierda? Sin duda la unidad y un programa por la igualdad social inteligente.

En las elecciones del 5 de junio el PRI se vio muy afectado y el PAN se metió a la competencia nacional. En contraste, la izquierda no ganó ninguna gubernatura, porque, entre otras cosas, continuó despedazada. Una muestra muy clara es Zacatecas: la suma de los votos de PRD, PT, MC y Morena rebasa con 30 mil los votos del PRI. Sin embargo, el PRI se lleva no sólo la gubernatura, sino 55 por ciento de las alcaldías y la mayoría de la Legislatura, que asciende a 16 diputados, con 12 del PRI y cuatro de sus aliados. Otra vez, un bloque opositor de 11 diputados de las izquierdas, en franca minoría. Sin embargo, con la suma de los votos daba para que fuera exactamente al revés. Pero tenemos a un PRD dando triunfos al PAN, un PT anfibio, un MC aislado y un Morena sectario. Con este comportamiento de las izquierdas, la Presidencia puede ser nuevamente de la derecha neoliberal, ya sea en su versión priísta o panista.

El PRI en Zacatecas mantuvo su unidad y ganó. Y justo donde no mantuvo esa unidad, perdió. Fue el caso de la capital. En suma, ¿podrá la izquierda aprender la lección de estas elecciones y corregir el rumbo para 2018, o seguirá en la ruta de la fragmentación suicida? En esta última ruta, las izquierdas juegan a la pirinola donde sale todos pierden, y sobre todo, los pobres.