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El ex campeón sacrificó el glamur por sus creencias y principios, dijo el imán Zaid Shakir

Una multitud asiste al funeral de Muhammad Ali en Louisville

Con su familia, El Más Grande planeó la ceremonia durante 10 años

Hoy, la procesión recorrerá lugares emblemáticos de la ciudad natal del considerado deportista del siglo XX

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Lonnie, esposa de Ali, Laila, hija de la leyenda boxística, y su nieta Sydney durante la ceremonia fúnebreFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 10 de junio de 2016, p. a13

Louisville, Kentucky.

Miles de personas se reunieron ayer en el funeral de la leyenda del boxeo Muhammad Ali, en su ciudad natal, para homenajear al hombre que luchó en el cuadrilátero y buscó la paz fuera de los encordados.

El jenazah, que significa exequias en árabe, se realizó en el Centro de Exposiciones, donde el ex campeón del mundo de peso completo derrotó a Willi Besmanoff el 29 de noviembre de 1961, en su última pelea en Louisville. En el lugar hubo unos 16 mil asistentes.

Ali, famoso por su destreza en el pugilismo y su activismo político en las turbulentas décadas de 1960 y 1970, murió el pasado viernes de una infección generalizada en un hospital de Arizona. Tenía 74 años y había pasado décadas luchando con el mal de Parkinson.

El imán Zaid Shakir, fundador de la escuela de humanidades musulmana Zaytuna College en Berkeley, California, encabezó la ceremonia fúnebre, que duró media hora, en la cual los fieles rezaron plegarias sobre el cuerpo de Ali, que yacía en un ataúd. Él y su familia planearon el ritual durante 10 años, asegurándose que se respetara su fe musulmana.

Una razón por la que Muhammad Ali tocó los corazones de muchos fue su deseo de sacrificar la fama, los reflectores, el dinero, el glamur, todo eso, por su creencias y sus principios. Eso es emotivo y llega a las personas, detalló.

Ali tiene una importancia especial para la comunidad musulmana. Debemos decirle adiós lo mejor que podamos, honrar su memoria, seguir su senda y amarnos entre nosotros como él lo anhelaba, agregó Shakir.

Ali se unió a la Nación del Islam, movimiento negro separatista religioso, cuando era un joven atleta, y siguió esta corriente por años, convirtiéndose en un representante de la fe a nivel mundial y una fuente de inspiración para otros musulmanes.

Entre los asistentes al funeral estaba un bangladesí llamado Mohammad Ali, quien dijo que viajó a Estados Unidos para asistir al servicio religioso pese a su frágil salud. El hombre mostró fotografías de su famoso tocayo visitando su hogar en Bangladesh hace casi 40 años.

Si no hubiera podido asistir a su funeral habría sido una parte triste de mi vida. Hoy o mañana tengo que morir. Así que me arriesgué y vine hasta aquí porque él visitó mi hogar, expresó.

Este viernes en la mañana se realizará la segunda parte de las exequias, con una larga procesión de la carroza que transportará el ataúd de Ali por la ciudad.

El trayecto de 30 kilómetros recorrerá los sitios emblemáticos de la historia del hombre considerado el deportista del siglo XX: su casa de la infancia, el museo en su honor, el Centro del Patrimonio Estadunidense Africano –que describe la vida de los negros de Kentucky– y el bulevar Muhammad Ali.

Los restos del gigante, quien trascendió al mundo del boxeo gracias a su lucha por los derechos civiles, serán llevados luego al cementerio.

El entierro, en presencia de sus hijos, será íntimo, con el actor Will Smith y el ex campeón del mundo Lennox Lewis cargando el ataúd con otras seis personas.

Smith interpretó a El Más Grande en la película Ali, de Michael Mann, estrenada en 2001, papel que le valió una nominación al Oscar como mejor actor.

Un mecenas generoso, cuyo nombre no ha sido revelado, prometió recubrir de pétalos de rosas el camino final hacia la tumba.