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Estudiantes y activistas crean movimiento en la BUAP para exhibir las agresiones

Misoginia y acoso sexual contra las alumnas, normal en universidades
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Dispositivo de seguridad contra el hostigamiento a mujeres en estaciones del Metro y Metrobús, en el que participan más de mil elementosFoto Cuartoscuro
 
Periódico La Jornada
Domingo 12 de junio de 2016, p. 17

La misoginia y el acoso sexual contra las alumnas en universidades es algo normal, sostiene la activista Isamar Fonseca Eslava. Ella y otras estudiantes crearon un movimiento en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) para exhibir las agresiones machistas cotidianas de los profesores.

Exigen que quienes estén al frente de un grupo no sólo se capaciten en la materia que impartan, sino en derechos de la mujer y perspectiva de género.

Recién formada la iniciativa, no ha sido fácil obtener denuncias de las alumnas debido al temor a que repercuta negativamente en su calificación o que incluso les retiren la matrícula, señala Fonseca Eslava en entrevista.

El apoyo de las autoridades escolares se ha restringido a la conciliación entre la afectada y el maestro que las haya violentado, sin proteger la integridad de la víctima, afirma.

La semana pasada se manifestaron en la Facultad de Psicología de esa casa de estudios. Acompañadas por integrantes de la Batucada Feminista, invitaron a las estudiantes a escribir sus experiencias en pancartas que luego pegaron en los muros de los edificios. Algunas querían participar, pero tenían miedo de que reconocieran su letra o que al exponer su caso los profesores supieran de quién se trataba.

La idea, explica, surgió en las reuniones del colectivo Hablemos de Género y Algo Más, que formaron estudiantes de la Facultad de Psicología. Era común que platicáramos de los comentarios misóginos de profesores, por ello decidimos emprender esta acción.

A una compañera, relata, un maestro le pidió que se desnudara mientras estaban en un ejercicio de meditación con todo el grupo. Lo quiso hacer ver después como una broma, pero ni así puede ser aceptado. Como ella le reclamó y se quejó, obtuvo una calificación menor a la que merecía.

Algunas no se dan cuenta de que ciertas expresiones de los docentes son misóginas y violentas; lo ven natural, y eso es lo peor, lamenta Isamar Fonseca, quien también es parte de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Ddeser) Puebla.

Hay que separar su calidad como académicos de sus acciones machistas, enfatizó. Se suele dudar, dice, que un profesor cometa una falta contra una alumna sólo porque su clase es buena. Eso no tiene nada que ver, no le quita lo acosador. Un maestro me dijo que somos unas exageradas, que ellos ya no nos podían ver porque cualquier mirada era de acoso. Es típico, agrega, que opinen que las jóvenes cursan la universidad mientras nos casamos. O que se quejen de las que son madres: ¿Por qué no cerraron las piernas si estaban estudiando? Ahora tienen que llevar a sus hijos a clase.