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Se ubica el PSOE como segunda fuerza, pese a perder 5 diputaciones; Podemos, tercera

El Partido Popular gana comicios en España, pero deberá pactar

Rajoy buscará formar gobierno en segunda votación, para lo cual precisa sólo mayoría simple

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El líder del Partido Popular y presidente del gobierno en funciones, Mariano Rajoy, durante una reunión en su casa de campaña tras la jornada electoral. A la derecha Pedro Sánchez, dirigente del Partido Socialista Obrero EspañolFoto Afp
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Pablo Iglesias, dirigente de Podemos, siguió los resultados de las votaciones en la plaza del museo Reina Sofía. En la imagen de la derecha Albert Rivera, de Ciudadanos, quien luego de sufragar sostuvo un encuentro con sus seguidores en MadridFoto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 27 de junio de 2016, p. 26

Madrid.

El conservador Partido Popular (PP) volvió a ser el más votado en las elecciones generales de España –celebradas este domingo– al obtener 137 diputaciones, 14 más que en los comicios de diciembre pasado. En la lucha por la segunda plaza se impuso el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), a pesar de perder cinco escaños, al sumar 85 frente a los 71 de la coalición Unidos Podemos, que sufrió una reducción de más de un millón 300 mil sufragios.

El escenario político, similar al de hace seis meses, obligará al PP y a su líder, Mariano Rajoy, a negociar con el resto de los grupos parlamentarios para conseguir la mayoría suficiente que desbloquee la formación de un nuevo gobierno.

En las elecciones del 20 de diciembre se fragmentó el Parlamento en cuatro grandes bloques, en detrimento del bipartidismo que imperaba hasta entonces. Ante la incapacidad de los dirigentes políticos de sellar alianzas para desbloquear la situación de ingobernabilidad se convocó a nuevos comicios que arrojaron un resultado similar, salvo que el llamado bloque de izquierdas –PSOE y Unidos Podemos– perdió cinco diputados y le es prácticamente imposible ser alternativa de gobierno al PP.

El bipartidismo, vigente

Una de las grandes conclusiones de la jornada de este domingo fue la vigencia y fuerza del llamado bipartidismo, que sumó en conjunto más de 13 millones de votos, frente a los 8 millones que obtuvieron los dos partidos emergentes –el izquierdista Unidos Podemos y el derechista Ciudadanos–, los cuales perdieron fuerza y prestigio frente a los ciudadanos.

En cualquier caso, los grandes vencedores de la contienda electoral fueron el PP y su líder, Rajoy, que al cosechar 7 millones 895 mil sufragios no sólo ganaron 14 escaños respecto de las elecciones del 20 de diciembre, sino que se impusieron en todas las comunidades autónomas del país, excepto en el País Vasco y Cataluña.

A pesar de todo, no tienen la mayoría necesaria para gobernar en solitario. Por ello tendrá que buscar respaldos.

La mayoría absoluta que se requiere para la investidura de presidente del gobierno en la primera votación está situada en 176 diputados de los 350 que forman el Parlamento, con lo cual necesitaría el apoyo del PSOE. Pero este escenario es improbable, así que lo más seguro es que se elija al nuevo gobierno en una segunda votación, para la que sólo es necesaria la mayoría simple, pero para ello tendrá que sellar un acuerdo con Ciudadanos y sumar así 169 diputados, además de lograr siete apoyos más o conseguir al menos su abstención.

El Parlamento quedará representado de la siguiente manera: el PP, 137 diputados; el PSOE, 85; Unidos Podemos, 71; Ciudadanos, 32; Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), nueve; Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), ocho; Partido Nacionalista Vasco (PNV), cinco; EH-Bildu, dos, y Coalición Canaria (CC), uno.

En total sufragaron 24 millones 133 mil ciudadanos, lo que supone una participación de 69.84 por ciento, la más baja desde la transición a la democracia, tras la dictadura franquista (1939-1975).

Rajoy, eufórico y vitoreado por miles de militantes y simpatizantes, se mostró dispuesto a dialogar con el resto de los grupos y defendió la importancia del PP en la historia del país, sobre todo tras los numerosos casos de corrupción que han surgido en su seno en años recientes.

En un discurso repleto de agradecimientos a España y los españoles, el mandatario advirtió: A partir de mañana tendremos que empezar a hablar con todo el mundo y lo haremos. Y vamos a hacerlo con el único horizonte de defender a España y a todos los españoles, que es para lo que estamos aquí. Han sido cuatro años complicados y difíciles, pero España ya asoma la cabeza. Estamos caminando en buena dirección, vamos a seguir haciéndolo y estamos como siempre a disposición del pueblo español.

El líder socialista Pedro Sánchez, quien cosechó el peor resultado en la historia del partido pero venció a las encuestas que anunciaban el avance de Unidos Podemos como segunda fuerza, celebró moderadamente el resultado. Criticó con dureza al líder de la formación emergente, Pablo Iglesias, al sostener que espero que reflexione sobre estos resultados. Tuvo la oportunidad de apoyar a un gobierno progresista y la oportunidad de desterrar al gobierno de Rajoy, pero la intransigencia y la ambición personal lo han impedido.

Por su parte, compungido, Iglesias compareció y asumió el mal resultado de su coalición al reconocer que esperábamos más. Reconoció sin paliativos el fracaso, pero también advirtió que Podemos es un proyecto de futuro y el cambio en España llegará.

Por último, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, el otro gran derrotado, señaló: Les digo que no queremos populismo, sino un cambio para mejorar. Por eso digo al PP y al PSOE que si están dispuestos a sentarse a dialogar con Ciudadanos, nosotros estaremos en esa mesa, pero si se anteponen los programas a los sillones.

A partir de este lunes comenzarán las llamadas para dialogar y sellar acuerdos que pongan fin al periodo de ingobernabilidad que vive el país desde diciembre pasado.