Opinión
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Promesas y realidad en la Cuauhtémoc
S

u triunfo demostró la inconformidad ciudadana contra quienes lo antecedieron en el cargo. Con la honrosa excepción del arquitecto Jorge Legorreta, quienes han presidido la delegación Cuauhtémoc utilizaron ese cargo para enriquecerse, dar trabajo a sus familiares, amigos y recomendados del partido en el poder o de la autoridad máxima de la Ciudad de México. Hastiados de tanta corrupción, nepotismo, inseguridad, obra pública mal planeada y peor ejecutada; cambios irregulares del uso del suelo y negocios que funcionan con licencias falsas; por la poca atención a los reclamos vecinales, en las elecciones de julio pasado los votantes derrotaron en las urnas al candidato del partido que gobierna la ciudad desde 1997, el de la Revolución Democrática (PRD).

Resultó electo el que prometió cambiar el estado de cosas imperante. Durante su campaña electoral por las diversas colonias ofreció ejercer su cargo tomando en cuenta el sentir de los vecinos. Y hasta se fijó plazos para hacer realidad una nueva era en la delegación en la que tienen su asiento los tres poderes de la Unión. Pero a casi un año de esa elección, los problemas continúan y en algunas colonias se han agravado. Abundan los ejemplos: aunque lo nieguen en las instancias oficiales, persiste la inseguridad y la violencia en zonas ya de por sí álgidas, como las del Centro Histórico.

Quienes manejan el negocio de la droga extendieron sus tentáculos a colonias que antes no tenían ese problema. El cambio de uso del suelo violando las normas legales vigentes está a la orden del día, lo mismo en la Roma, San Rafael o Condesa. En lo que antes era una casa de 160 metros de superficie se alza un edificio de departamentos por encima de la altura permitida y sin estacionamientos. Donde ha­bía el pequeño negocio del zapatero remendón, ahora una mezcalería, una cervecería o la venta de comida diversa. Sólo en la Condesa los vecinos hallaron 125 bares, cantinas y restaurantes que funcionan fuera de la ley. En todos los casos, con sillas en las banquetas, algunas tan estrechas que los viandantes pasan con dificultad entre los ­comensales.

Prometió el delegado –que aspira a gobernar la ciudad en 2018– acabar con la corrupción de los inspectores de la vía pública. Siguen como si nada. También, controlar el ambulantaje. Hoy abunda como nunca en la Condesa y Roma. En su mayoría esos ambulantes viven en el estado de México o la periferia de la ciudad y, como en las administraciones anteriores, pagan derecho de piso a líderes corruptos, bandas criminales y deben asistir a los actos en apoyo al delegado. Como cuando celebró sus 100 días al frente de la Cuauhtémoc.

Igualmente dijo a los vecinos que la obra pública se haría para beneficiarlos y tomando en cuenta su opinión. Ha sido lo contrario, como lo muestran las realizadas so pretexto de agilizar el tránsito. Alguien que desconoce las reglas básicas de lo que es movilidad, y con obras pésimas, convirtió la confluencia de algunas avenidas en cuellos de botella. El pretexto: proteger a peatones y ciclistas. Torretas de diversos materiales, planchas de cemento con macetones solitarios, divisiones absurdas donde confluyen importantes avenidas provocan embotellamientos que generan contaminación.

Se asegura que esas obras absurdas no son iniciativas de la Cuauhtémoc ni la Benito Juárez (otra delegación asolada por el cambio de uso del suelo) sino del gobierno central. De ser así, huele a contrato adjudicado a quien desconoce los principios elementales del desarrollo urbano sustentable.

Cuando ha perdido parte de su capital político, Ricardo Monreal acaba de anunciar el programa Ave (Aval vecinal) para dar voz a los vecinos y consultarlos a la hora de tomar decisiones que los afectan de alguna forma. Tendrá el respaldo del instituto electoral de la ciudad. Es un sistema de consulta electrónico para que los vecinos de una colonia determinada digan si aceptan o no, por ejemplo, un desarrollo inmobiliario. Precisamente eso fue lo que prometió en su campaña para llegar a la Cuauhtémoc. ¿Qué nuevas iniciativas tiene en mente para resolver los otros y graves problemas que aquejan a esa demarcación? Su futuro político está en juego.