Opinión
Ver día anteriorMiércoles 29 de junio de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Las mentiras del diálogo
L

os funcionarios gubernamentales de todos los niveles, empezando por el presidente Enrique Peña Nieto y los secretarios Miguel Ángel Osorio Chong (Gobernación) y Aurelio Nuño Mayer (Educación Pública), se han aprendido de memoria un simplista punteo que repiten y repiten en toda ocasión y a toda hora, magnificado por los merolicos de las televisoras. Ni siquiera han logrado ampliar su discurso para, por lo menos, dar la impresión de que saben algo sobre educación, asunto esencial y bastante urgente para el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Su perorata se limita a decir que: la reforma educativa ya es ley y el gobierno solamente puede cumplir la ley; que el diálogo solamente se puede realizar a partir de aceptar dicha reforma, que es ley inamovible; que la reforma no es punitiva; que no hay ninguna privatización en el sistema de educación básica; que lo único que mueve a los maestros democráticos son sus privilegios y corrupción, y que el objetivo central de los cambios son los niños de México.

Todas estas son las mentiras que abonaron la situación de absoluta ceguera que llevó a la represión brutal del magisterio, padres de familia, comunidades y movimientos solidarios.

1. La reforma es ley, pero como toda ley puede modificarse y como la casi totalidad de las modificaciones constitucionales (la propia reforma educativa lo es) se han realizado a propuesta del Ejecutivo. Como ya se ha señalado en estas páginas, bastó una reprimenda y pequeño plantón de los hombres del dinero para que, presuroso, el gobierno enviara un veto. Toda ley puede y ha sido modificada desde el Ejecutivo.

2. El diálogo se ha abierto y el primer punto de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) es la derogación de la reforma. Desgraciadamente, el diálogo sólo se ha abierto debido a un altísimo costo social: muertos, heridos, encarcelados, cesados y quincenas retenidas. Sin olvidar a los seis asesinados y 43 desaparecidos de Ayotzinapa. Y, de paso, se ha impuesto la prohibición de llegar al Zócalo. Todo como en las épocas más negras de nuestro país. Este es el punto en que el gobierno debería cumplir el respeto irrestricto a la ley y no asesinar, encarcelar, desaparecer, etcétera.

3. La reforma en su núcleo duro es totalmente punitiva. Eliminó para el magisterio los derechos laborales consignados en la Ley Federal del Trabajo y estableció una condición de excepción sujetando su ingreso, promoción y permanencia, sin responsabilidad para la patronal, a evaluaciones constantes. Para muestra un botón: en la reunión de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies) del viernes, el responsable de educación de Guerrero indicó que serán despedidos mil 40 profesores que no acudieron a la evaluación ( La Jornada, 25/6/16).

4. La contrarreforma –término más preciso– tiene, por supuesto, otras consecuencias, las principales sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje y de organización escolar. Una fundamental es la eliminación de la profesión misma de maestro, al plantear que cualquiera puede enseñar a leer y escribir a los niños, que no se requieren las escuelas normales. Muchas de sus repercusiones se agrupan bajo la denominación de proceso de mercantilización y privatización. Esta última no consiste en vender las escuelas, como obtusamente plantea Nuño, sino en el abandono de la responsabilidad social del Estado para sostener la educación pública. Aunque hayan colocado en las escuelas enormes letreros que dicen que no se cobran cuotas, en realidad lo que los directores hacen es pedir donaciones voluntarias obligatorias para pagar la luz, el agua, pintar la escuela, reparar bancas, conseguir materiales y un largo etcétera. Y también es privatizar el otorgar indiscriminadamente aprobaciones del Registro de Validez Oficial de Estudios (Revoe) para todo tipo de escuelas de cualquier nivel, fenómeno denominado: macdonalización de la educación, con consecuencias crueles, como en la guardería ABC, de Hermosillo, Sonora.

5. Mil veces se ha señalado que, desde sus orígenes, la CNTE ha denunciado la corrupción del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), una de cuyas formas recurrentes ha sido la venta de plazas en todo el país.

6. Si la gran preocupación del gobierno son los niños, entonces la primera medida que se debería implementar es terminar con la enorme desigualdad que caracteriza al sistema educativo. Dotar de maestros e infraestructura adecuada a todas las escuelas unitarias y telesecundarias, dar plazas a los maestros contratados por horas (casi la totalidad) de las secundarias y Colegio de Bachilleres que necesitan tener unos seis o siete grupos para lograr un salario básico. En estas condiciones ninguna escuela y maestros pueden ejercer una verdadera educación de calidad.

Si los funcionarios, empezando por Peña Nieto, no aceptan estas verdades en lugar de sus mentiras reiteradas y piensan dar largas y empantanar en un diálogo sin salida el proceso, entonces incrementarán las voces, la razón y la movilización de todos los que se preocupan realmente por la educación.

PD. Dice el señor Nuño que el motor de la historia ha sido la capacidad de innovar del ser humano; no, en realidad ¡el motor de la historia ha sido y es la lucha de clases!