Opinión
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México SA

Economía y Brexit

Tres de marineritos

Barco en reparación

C

on más delirio que apego a la realidad, el inquilino de Los Pinos vaticina que para México serán moderadas las consecuencias del ya famoso Brexit (la salida del Reino Unido de la Unión Europea), porque, dice, una de nuestras grandes fortalezas es la gran estabilidad económica de la que gozamos.

Lo más seguro es que de niño no lo dejaron jugar a los marineritos, porque al igual que sus dos predecesores a Enrique Peña Nieto le encanta utilizar referencias navales a la hora de comentar el zarandeo que registra nuestro país y la comunidad de naciones, especialmente en materia económica.

Vicente Fox presumía que estaba a cargo de un barco de gran calado (a Martita Sahagún le fascinaba llamar a su marido capitán de gran navío), en referencia a la economía mexicana que nunca ha estado tan bien como ahora, y aseguraba que con él al timón la nao del cambio llegaría, ciertamente, a puerto seguro. Resultado: 2.3 por ciento de crecimiento (tasa anual promedio sexenal), tres veces menos que en el último gobierno del viejo régimen.

Llegó el inefable Felipe Calderón, otro comodoro de agua seca, quien repetía, un día sí y el siguiente también, que la economía mexicana era un navío de gran calado (tan creativo fue que sólo buscó un sinónimo para piratearse la frase foxista, aunque Margarita nunca lo vistió de marinerito). Todo lo repetía. De hecho, su secretario de Hacienda (hoy en el Banco de México), Agustín Carstens, aseguraba que el gobierno calderonista tenía en nuestras manos el timón y todos los implementos para garantizar una venturosa travesía a puerto seguro. Resultado: 1.9 por ciento de crecimiento, también como tasa anual promedio, es decir, 3.5 veces por abajo del alcanzado por el autodenominado último presidente de la Revolución (José López Portillo).

Por cierto, y sólo como referencia, en materia económica JLP dividió su administración en tres, por decirlo así: dos años de recuperación, dos de consolidación y dos de crecimiento acelerado. No lo logró, desde luego, pero aun así la tasa anual promedio por él registrada fue de 6.55 por ciento. Con Miguel de la Madrid fueron seis años de caos, con Salinas y su oferta de primer mundo a duras penas llegó a 3.9 por ciento, y con Zedillo a 3.5 por ciento. El barco, pues, de menos a mucho menos, y siempre haciendo agua.

Pero bueno, tocó el turno de Enrique Peña Nieto a quien también le encantan los mares, los navíos y todo lo relacionado. Por eso ahora durante su periplo canadiense el inquilino de Los Pinos se puso el gorro de marinero –aunque no hizo referencia al timón ni al puerto seguro– y advirtió que la citada decisión del Reino Unido ha despertado incertidumbre, porque las aguas que se mueven ante estos efectos, también lo hacen con el barco en el que transitamos en el país. Y el navío a duras penas promedia 2 por ciento anual, si bien va.

Así es: desde hace ya muchos años el barco se mantiene en el astillero (saludos querido huasteco), donde, sexenio tras sexenio, reparación tras reparación, el navío de gran calado ha sido parchado y recontra parchado, pero nunca reflotado, sin posibilidad alguna de que algún día surque las idílicas aguas del progreso, la abundancia, el bienestar y el nivel de vida de los noruegos, según promesa igual de sostenida que de fallida de los últimos seis inquilinos de Los Pinos, todos ellos reformadores y modernizadores.

El punto es que por sexta ocasión consecutiva los marineros de agua seca prometen algo que ni lejanamente cumplirán, y en el mejor de los casos, sólo en él, la administración de Enrique Peña Nieto engrosará el de por sí abultado inventario nacional de sexenios de a 2 por ciento, como promedio anual, o menos. México acumula 34 años sin registrar un crecimiento ya no se diga de 6 por ciento anual promedio (proporción ésta que los especialistas estiman como mínima para comenzar a salir del hoyo, o del astillero, si se prefiere), sino de 4 por ciento. Todo vendieron, todo reformaron, todo modernizaron, y el país no arranca.

Pues bien, de las consecuencias moderadas (EPN dixit) por el Brexit ya dio cuenta el siempre acertado ministro del (d) año (muchas promesas y un nuevo recorte presupuestal, el segundo del año) y el zarandeo cambiario, que de nueva cuenta llevó al billete verde a niveles históricos. Pero en otras partes leen la situación de otra manera, especialmente con el enfoque de un menor crecimiento económico (aún por debajo del registrado por el navío de gran calado, que ya es decir) y, desde luego, un dólar mucho más caro, incluso por arriba del billete azul que lleva la imagen de Benito Juárez.

En dicho tenor se pronunció el grupo financiero Barclays (por cierto de origen británico): dólar a 20 pesos, desaceleración económica para terminar 2016, si bien va, con un crecimiento de 1.9 por ciento, volatilidad financiera, y un efecto económico directo a lo que suceda en el Reino Unido tras su salida de la Unión Europea, por su dependencia con Estados Unidos, nación ésta con fuertes raíces comerciales financieras con la isla. México, pues, vivirá meses complicados, dice la institución.

Para 2017, Barclays pronostica que México crecería 2.1 por ciento, si bien va. De concretarse tal estimación, en cinco años de gobierno peñanietista la economía nacional habría avanzado a un ritmo de 1.9 por ciento anual, lo mismo que con el señorcito que a los mexicanos prometió vivir mejor (el tal Jelipe). Y tal logro se reportará justo al inicio de 2018, último de EPN en Los Pinos y con la grilla sucesoria desatada, de tal suerte que si el pronóstico económico es pésimo, el electoral es desastroso para el grupo político-financiero que prometió quedarse en el poder hasta 2024, cuando menos.

También para el Banco de América Merill Lynch la situación no pinta nada bien, pues en concordancia con Barclays advierte que se observan riesgos a la baja para las perspectivas de crecimiento de México y alza en los pronósticos de inflación. El impacto por el Brexit, detalla, es indirecto, a través de una reducción en el comercio global y una mayor incertidumbre, en particular a través de Estados Unidos.

Las rebanadas del pastel

Y la barbarie no tiene fin, siempre tras objetivos civiles. Ahora fue en Turquía… Va un fuerte abrazo, con su respetiva felicitación, para La Jornada Veracruz y todo su equipo, con Tulio Moreno al frente, por su velita número siete en su gran pastel profesional. ¡Salud!, y muchísimos aniversarios más.

Twitter: @cafe-vega