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Economía Moral

Acta Sociológica presentará múltiples visiones de la pobreza en México/ IV

Medición subjetiva del bienestar: problemas y relación con bienestar objetivo

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anto Ian Gough y Allister McGregor (GyMG), como Máximo Jaramillo (MJ), cuyos análisis de la corriente del bien-estar subjetivo (BES) presenté en la entrega del 1/7/16, abordan los problemas y críticas a este enfoque. MJ citando la crítica de Amartya Sen a la interpretación del concepto de utilidad como cumplimiento de deseos (las otras dos son la de placer o felicidad, y la de elección):

“…el cumplimiento de los deseos de una persona puede ser o no indicativo de un alto nivel de bienestar o de vida. El esclavo duramente golpeado, el desempleado en bancarrota, el miserable sin esperanza, el ama de casa domesticada, pueden tener sólo el valor de desear poco, pero el cumplimiento de esos deseos disciplinados no es un signo de gran éxito y no pueden ser tratados de la misma manera que el cumplimiento de los deseos confiados y exigentes de los mejor situados. Por tanto, la satisfacción de deseos no puede ser el único objeto de valor y como método de valuación es muy defectuoso. (Sen, The Standard of Living, Cambridge University Press, 1987, p.11; hay edición en español).

Continúa MJ:

“De esta crítica, y de su valoración de las otras dos interpretaciones del concepto de utilidad, Sen (Ibíd. p.14) concluye que ‘La felicidad claramente es un objeto de valor en el nivel de vida (pero de ninguna manera el único)’. A la idea expresada en estas citas, Boltvinik le ha llamado crítica de gustos baratos y quiere decir que hay un proceso de adaptación en el sujeto que ha sido pobre gran parte de su vida, por lo que ante ‘muy pequeñas cosas o situaciones puede sentir una gran felicidad o un gran placer y, puesto que sus deseos son muy pequeños, fácilmente son cumplidos’ (Ampliar la mirada: un nuevo enfoque de la pobreza y el florecimiento humano, tesis doctoral, 2005, p. 260, disponible en julioboltvinik.org). El núcleo de esta idea puede encontrarse en Galbraith (El origen de la pobreza de las masas, 1982, Cap. IV) con su concepto de adaptación o Maslow (Motivation and Personality, Addison-Wesley, 1954/1987, p. 12), quien dice: ‘añoramos conscientemente [sólo] aquello que podría posiblemente ser alcanzado’”.

GyMG (Well-being in Developing Countries, Cambridge University Presss, 2007) señalan que hay problemas persistentes en la investigación de la felicidad y la calidad de vida subjetiva. En primer lugar, coincidiendo con MJ y los autores que éste cita, está la “propensión generalizada de la gente a la adaptación a cambios en sus circunstancias vitales”. Esto, continúan, “involucra el proceso inconciente de ajustar las expectativas a la realidad… La habilidad de adaptación es un rasgo generalizado de la condición humana. Esto vuelve confuso depender sólo de los puntajes en la calidad de vida subjetiva al hacer comparaciones interpersonales o intrapersonales a través del tiempo” (p. 30). Un segundo problema, continúan GyMG, es que las personas, al responder a una pregunta abstracta sobre BES, se apoyan en marcos de referencia que incluyen el desempeño de otras personas. Si suponemos que a las personas les gusta mantener una auto-percepción positiva, pueden reforzarla mediante su elección del grupo de referencia (p.31). Un tercer problema son las preferencias y sesgos culturales, de lo cual GyMG destacan que, en las comparaciones entre países, hay una fuerte correlación entre países con predominio de valores individualistas y altos niveles del BES reportado, puesto que el BES parece ser un concepto más destacado para los individualistas, mientras en las culturas del este de Asia se encuentran sesgos de ‘modestia’ y hacia las ‘emociones centradas en otros’. Concluyen: El concepto mismo de BES y la investigación diseñada para captarlo, genera niveles más altos de BES en los países más occidentalizados e individualistas). Añaden el impacto que ambientes duros o adversos tienen en la idoneidad del indicador del BES. “La felicidad o la eficacia personal percibida no necesariamente resulta útil en ambientes hostiles. La bibliografía sobre la ‘depresión realista’ encuentra que las personas que muestran depresión pueden ser más realistas al valorar los desafíos que enfrentan: son ‘más tristes, pero más sabios’”. Mucha investigación, añaden, sostiene la importancia universal de la esperanza para el BES. (p.32)

Máximo Jaramillo (MJ), en su artículo por publicar en Acta Sociológica, aborda la relación entre mediciones del BES y las de bienestar objetivo (BEO). Refiere que varios autores han encontrado que el bienestar material (incluido el ingreso) está poco relacionado con otras dimensiones del desarrollo humano. Cita a Rojas (El bienestar subjetivo en México y su relación con indicadores objetivos, en Garduño, Salinas y Rojas (coords.), Calidad de vida y bienestar subjetivo en México, UDLA-Puebla y Plaza y Valdés, 2000): el ingreso y su crecimiento deben ser considerados como instrumentos para incrementar el bienestar de las personas, pero no como indicadores del bienestar. En sus investigaciones empíricas Rojas ha concluido que el BES no está estrechamente relacionado con los indicadores del BEO, lo que atribuye a: 1) la percepción que la persona tiene de sus condiciones objetivas (pp.96-100), que tiene mayor influencia en el BES que las condiciones objetivas mismas, con las cuales no tiene una correlación muy alta; 2) la heterogeneidad en propósitos de vida o referentes conceptuales de la felicidad (pp. 100-103); y 3) el hecho de que el BES depende de la satisfacción en muchos dominios de vida y no sólo del dominio del consumo (pp. 103-107) o como dice Rojas: “hay más en la vida que el nivel de vida” (p.103).

MJ comenta que Rojas y otros autores dejan fuera de estas razones el uso de indicadores no robustos de BEO y evalúa críticamente las razones señaladas por Rojas. En cuanto a la tercera razón, señala que mediciones multidimensionales de BEO que sí consideran múltiples dominios de vida, como el Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP), desarrollado por Boltvinik, que se enmarca en la conceptualización de una multiplicidad de fuentes de bienestar (FB) y múltiples tipos de satisfactores (S). Tanto las FB específicas como los S de tipo específico, tienen diferente importancia en cada dominio de la vida: la FB tiempo disponible y el S relaciones primarias, son fundamentales en el dominio familiar, pero no en el de consumo. En la sección empírica de su artículo, MJ analiza conjuntamente los datos de módulo de Bienestar Auto-reportado (BIARE-A) que en 2014 el Inegi levantó junto con el Módulo de Condiciones Socioeconómicas (MCS) que es el que sirve para medir pobreza y desigualdad objetivas. Este levantamiento conjunto le permitió a MJ el análisis conjunto de BES y BEO y concluyó (véase Cuadro):

“Resultan diferencias notorias en la distribución de los niveles de bienestar subjetivo (excepto en la categoría ‘satisfecho’) entre los estratos del MMIP y, por lo tanto, asociación importante entre el bienestar subjetivo (la satisfacción con la vida) y el bienestar objetivo. Por ejemplo, el 14.4 por ciento de las personas que se encuentran en el estrato de indigencia según el MMIP, se auto-reportan insatisfechas con la vida, frente a 2.6 por ciento en la clase alta. Para el auto-reporte de muy satisfecho, las diferencias van de 39 a 56 por ciento entre indigencia y clase alta. Esto muestra una relación estrecha entre el bienestar subjetivo y objetivo”.

El análisis estadístico de significancia de las diferencias que realizó confirmó que es significativa la relación entre las categorías del BES y los estratos del MMIP. Está por hacerse la evaluación crítica de este artículo del joven investigador MJ.

julioboltvinik.org