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El ataque, reivindicado por el EI, contra integrantes de la minoría chiíta jázara

Atentado suicida en Kabul deja unos 80 muertos y 231 heridos

Los bombazos, al final de una marcha pacífica; es la peor escalada contra un grupo musulmán

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Manifestantes afganos ayudan a un hombre que resultó herido por las explosionesFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Domingo 24 de julio de 2016, p. 15

Kabul.

Atacantes con bombas se hicieron estallar este sábado durante una manifestación pacífica de integrantes de la minoría chiíta jázara en Kabul y dejaron saldo de al menos 80 muertos y 231 heridos, atentado revindicado por el yihadista Estado Islámico (EI), informó el Ministerio del Interior de Afganistán.

Si se confirma que el ataque fue obra del EI –uno de los más mortales desde el inicio de la campaña encabezada por Estados Unidos para expulsar a los talibanes, en 2001–, significaría una fuerte escalada contra un grupo musulmán chiíta.

Por conducto de su agencia de prensa Amaq, el grupo extremista afirmó: Dos combatientes del EI detonaron sus cinturones con explosivos en una concentración chiíta en el barrio de Dehmazang.

Funcionarios del Directorio Nacional de Seguridad (NDS, por sus siglas en inglés), principal agencia de inteligencia de Afganistán, informaron que el ataque fue planeado por Abu Ali, comandante del EI en el distrito de Achin, provincia oriental de Nangarhar, y que en éste estuvieron involucrados tres suicidas.

La versión oficial

El primero detonó sus explosivos, el segundo lo consiguió parcialmente, pero el estallido lo mató, y los agentes del NDS ultimaron al tercero, explicaron.

Los bombazos tuvieron lugar al final de una marcha pacífica, en la que participaban unos 10 mil manifestantes de la minoría chiíta jázara, quienes reclamaban que una línea de transmisión eléctrica en construcción, que pasará por Kabul, se dirija también a la provincia central de Bamiyán, la más atrasada económicamente del país, donde vive gran parte de esa comunidad.

Hasta ahora el gobierno se ha negado argumentando retrasos y costos más altos del proyecto. Los jázaros, en su mayoría musulmanes chiítas, son considerados el grupo étnico más pobre del país. A menudo se quejan de discriminación, pues, entre otras cosas, no cuentan aún con tendido eléctrico.

La comunidad jázara, de unos 3 millones de miembros, padeció décadas de persecuciones y miles fueron exterminados a finales de los años 90 por la red Al Qaeda y los talibanes, la mayoría pashtunes sunitas, quienes gobernaban la nación. Además, en meses recientes han sido víctimas de secuestros y asesinatos.

El sunita EI ha atentado en repetidas ocasiones contra chiítas en Siria e Irak, a quienes considera desviados de la auténtica fe, pero este es el primer ataque de yihadistas islamitas contra una minoría étnica en Kabul.

Después del atentado, muchos sobrevivientes expresaron su indignación a la policía, que acordonó la zona durante la movilización, informaron medios de comunicación.

El presidente afgano, Ashraf Ghani, se dijo conmocionado y denunció la presencia de terroristas infiltrados en una marcha pacífica. Tras decretar duelo nacional para este día, prometió venganza contra los responsables e indicó que entre las víctimas hay miembros de las fuerzas de seguridad.

El jefe del Ejecutivo, Abdullah Abdullah, condenó el ataque terrorista, del que había responsabilizado a los talibanes. Sin embargo, éstos, rivales del EI, negaron rápidamente su implicación y lo atribuyeron a tentativas de crear divisiones en el seno del pueblo afgano.

Queremos que quede claro: nuestros mujaidines no participaron, dijo el portavoz Zabihullah Mujahid en un comunicado.

Para los servicios de inteligencia afganos, los combatientes del EI en el este del país, que fueron blanco de varios ataques aéreos de las fuerzas estadunidenses en semanas recientes, quisieron responder con los bombazos en Kabul.

Este atentado, primero desde el 30 de junio pasado en Kabul contra un convoy de reclutas de la policía que dejó unos 30 muertos y cerca de 80 heridos, es el de mayor magnitud en la capital afgana.

El peor contra los jázaros fue en diciembre de 2011, cuando más de 55 personas fallecieron en Kabul durante el festival chiíta de la Ashura. Ese ataque fue reivindicado por un grupo extremista paquistaní sunita llamado Lashkar-e-Jhangvi.

Estados Unidos condenó este atentado en Kabul y ofreció su ayuda en la investigación. Representantes de la Unión Europea (UE) expresaron condolencias a las familias de las víctimas y solidaridad al pueblo afgano.

El principal funcionario de la Organización de Naciones Unidas en Afganistán, Tadamichi Yamamoto, repudió la agresión y la calificó de crimen de guerra.