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Pese a los resultados en ratones, aún está lejos la posibilidad de ser una cura real, aclaran

Desata polémica vacuna contra el Alzheimer a partir del sistema inmune

Expertos alertan sobre su peligrosidad

Uno advierte que los experimentos con roedores no reproducen en su totalidad los cerebros de los pacientes

Podría inducir respuestas tóxicas, señalan

The Independent
Periódico La Jornada
Martes 26 de julio de 2016, p. 2

El Alzheimer es una enfermedad particularmente alarmante y perturbadora para los pacientes y sus seres queridos, pues erosiona la memoria de los que la padecen y deteriora el organismo. Y mientras la población mundial envejece a una tasa inédita y sostenida, los expertos se apresuran a encontrar una cura para una condición que arruina a cada vez más personas en sus años crepusculares.

El Alzheimer es la forma más común de demencia, término genérico que se usa para describir enfermedades degenerativas que en la actualidad afectan a 48 millones de personas en el mundo. Se estima que hacia 2050 se habrá diagnosticado a 135 millones con demencia.

Es probable que por esto muchos hayan recibido con júbilo informes recientes de una posible cura para el Alzheimer que erradicaría la enfermedad de una vez para siempre.

En la actualidad, las opciones están limitadas a tratamientos que reducen la pérdida de memoria, remplazando neurotransmisores que la enfermedad devora. Sin embargo, especialistas que trabajan en Estados Unidos, donde se han invertido más de mil 300 millones de dólares en investigar la demencia, creen haber desarrollado una avanzada vacuna, que usa los anticuerpos del sistema inmune para atacar las proteínas que según se cree causan el mal.

Siguiendo pruebas en ratones, expertos del Instituto de Medicina Molecular y de la Universidad de California, en Irvine, publicaron un documento sobre una vacuna que ataca las proteínas beta-amiloides y tau, vinculadas al padecimiento. Las primeras se describen con frecuencia como placas en el cerebro, mientras las tau se describen como nudos; ambas son objeto de muchos otros estudios que intentan eliminarlas o evitar que se formen.

Si tenemos éxito en las pruebas preclínicas, en tres a cinco años podríamos estar en camino a uno de los avances más importantes en la historia médica reciente, afirmó Nikolai Petrovsky, profesor en la Escuela de Medicina de la Universidad Flinders y coautor del estudio, publicado en la revista Scientific Reports, de Nature.

Si alguna vez el fármaco llega a probarse en humanos, el equipo cree que pacientes en las primeras etapas del Alzheimer y personas en riesgo de desarrollarlo podrían ser tratados con la vacuna.

Sin duda parece algo revolucionario, en particular para quienes temen con desesperación a la enfermedad. Sin embargo, en un campo en el que sólo 0.4 por ciento de los casi 250 tratamientos potenciales para la demencia que se probaron entre 2002 y 2012 han resultado exitosos, los expertos son cautos para celebrar. Algunos incluso advierten que lanzar el sistema inmune conta el Alzheimer puede ser peligroso.

La doctora Rosa Sancho, de la organización Alzheimer’s Research UK, saluda el ataque de doble objetivo, y comenta que enfocarse tanto en las amiloides como en las tau podría dar una protección más efectiva. El doctor James Pickett, de la Sociedad de Alzheimer, elogia al equipo por adoptar un método innovador para resolver problemas asociados con el desarrollo de vacunas, entre ellos los efectos colaterales, pero ha advertido a los investigadores que procedan con cuidado, pues las pruebas en ratones no reproducen en su totalidad el cerebro de los pacientes de demencia.

Además, hay un gato encerrado. En 2002 se puso fin a la investigación de una vacuna que usaba el sistema inmune para atacar proteínas amiloides y tau, llevada a cabo por la firma irlandesa Elan, luego de que 15 pacientes de la prueba experimentaron un hinchamiento potencialmente peligroso del sistema nervioso central.

Piden abandonar el método

Christian Holscher, profesor de ciencias biomédicas y de la vida en la Universidad de Lancaster, cree que vacunar contra las amiloides y tau es un enfoque que debe abandonarse. La teoría de las vacunas no ha mostrado ningún efecto convincente hasta ahora, afirma. El concepto de usar el sistema inmune para tratar el Alzheimer es muy peligroso, ya que puede inducir respuetas autoinmunes que son tóxicas.

Algunos investigadores, añade, han intentado durante una década usar anticuerpos para eliminar beta-amiloides del cerebro. Una prueba reciente de la firma farmacéutica Eli Lilly mostró sólo pequeñas mejoras en las pruebas cognitivas, pero ninguna en las marcas de la vida cotidiana. Por tanto, este enfoque se considera un fracaso. En consecuencia, cualquier aseveración en contrario tendrá que presentar datos muy convincentes.

El profesor Paul Morgan, director de investigación de inmunidad de sistemas en el Instituto de Cardiff, dice no descartar las vacunas por completo, pero desconfía. Existe una larga y tortuosa historia de intentos de utilizar la inmunización para reducir la carga de la patología de amiloides o de tau en pacientes de Alzheimer, señala.

El estudio que combina la selección de sitios atacados por tau y amiloides con despertar al sistema inmune es interesante y prometedor, reconoce. Sin embargo, advierte que los resultados están en una etapa muy temprana para tener significación clínica u ofrecer esperanza a los pacientes. Después de todo, dice, los documentos de investigación que expresan esperanza de resultados futuros están bien, pero al final las pruebas son las que cuentan.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya