París.

Un cura de 84 años fue degollado este martes durante un asalto y toma de rehenes mientras oficiaba misa en una iglesia católica de la región de Normandía, en el noroeste de Francia, en un nuevo ataque reivindicado por el Estado Islámico (EI). El presidente francés, François Hollande, y el papa Francisco condenaron este atentado ocurrido 12 días después de la matanza en Niza.

El ataque ocurrió en plena misa matutina, cuando dos hombres armados con cuchillos entraron al pequeño templo de la localidad de Saint Etienne du Rouvra, cerca de Rouen, capital de Normandía. Tras matar al sacerdote Jacques Hamel tomaron en rehenes a cuatro personas, informó el Ministerio del Interior.

Los agresores fueron abatidos cuando salían del recinto con los rehenes por miembros de la Brigada de Búsqueda e Intervención (BRI) que habían rodeado el templo. Tres rehenes fueron liberados sanos y salvos y un cuarto se encuentra grave.

En un texto publicado por Amaq, su órgano de propaganda, el movimiento yihadista reportó que dos soldados del Estado Islámico actuaron en respuesta a los llamados de fijar como objetivos a países de la coalición encabezada por Estados Unidos que combate al EI en Irak y Siria.

Uno de los atacantes fue identificado como Adel Kermiche, de 19 años, nacido en Francia, pero el segundo aún no ha sido reconocido, informó el fiscal a cargo del caso, François Molins.

Detalló que Kermiche había sido inculpado en marzo de 2015 de vínculos con una organización terrorista y fue liberado con la obligación de llevar un brazalete electrónico y permanecer en arresto domiciliario.

Tenía permiso para salir de la casa durante las mañanas de lunes a viernes y las noches de los fines de semana, precisó Molins, quien indicó que Kermiche había intentado viajar a Siria en dos ocasiones y estuvo 10 meses en prisión.

El sacerdote Jacques Hamel, de 84 años, fue degollado por extremistas islámicos que irrumpieron en su iglesia durante una misa matutina. La imagen fue captada con un teléfono celular el pasado día 23Foto Ap

La policía también detuvo a un menor, de 16 años, nacido en Argelia, y se sabe que es el hermano menor de una persona buscada con una orden de arresto internacional, de acuerdo con el fiscal.

En tanto, el papa Francisco condenó el ataque. Resulta un golpe particularmente duro porque esta horrenda violencia sucedió en una iglesia, un sitio sagrado en el que se anuncia el amor a Dios, y por el bárbaro asesinato de un sacerdote, señaló el vocero Federico Lombardi.

Hollande dialogó vía telefónica con el Papa y le prometió hacer todo lo posible por proteger las iglesias de Francia. Cuando un sacerdote es atacado toda Francia resulta herida, dijo el presidente al pontífice.

Hollande, quien se trasladó de inmediato al lugar de los hechos, repudió el vil atentado terrorista. Estamos frente al grupo Daesh (acrónimo en árabe del EI), que nos declaró la guerra. Debemos desarrollar esta guerra, por todos los medios, respetando el derecho, porque estamos en una democracia, advirtió.

Estados Unidos ofreció ayudar en la investigación. Francia y Estados Unidos tienen un compromiso común de proteger la libertad religiosa... y la violencia de hoy no quebrantará ese compromiso, declaró en un texto Ned Price, vocero de la presidencia.

Este ataque ocurre en un contexto de alerta máxima en Francia, apenas 12 días después del atentado en Niza, también reivindicado por el EI, que dejó 84 muertos y más de 350 heridos.

Francia ha sido blanco de tres ataques graves en los últimos 18 meses: 17 muertos en enero de 2015; 130 muertos el 13 de noviembre de ese año y 84 muertos el pasado 14 de julio.