Opinión
Ver día anteriorViernes 29 de julio de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
De nuestras Jornadas

Guerra política en vez de seguridad

M

ientras Guerrero sigue firme como uno de los estados más violentos del país, las autoridades, en vez de utilizar tiempo y energía en coordinar esfuerzos para combatir la delincuencia, canalizan sus esfuerzos a un pleito mediático que se convierte en el centro de atención.

El secretario general de Gobierno, Florencio Salazar Adame, acusó al alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, de eludir sus obligaciones en seguridad y turismo.

El funcionario estatal también señaló que los perredistas entregaron una administración quebrada. Antes, Velázquez Aguirre solicitó en la Ciudad de México, en su calidad de copresidente de la Confederación Nacional de Autoridades Municipales, una reunión para plantear “una real coordinación entre los tres órdenes de gobierno, no de chismito, ni de fotos ni de pose”.

Salazar Adame se fue con todo contra Velázquez Aguirre, pero si el edil ha fallado en su desempeño, debería ser en el Grupo Coordinación Guerrero o en el Grupo de Coordinación Acapulco donde se formule la queja correspondiente.

Por otro lado, infinidad de veces el gobierno estatal ha denunciado que recibió una administración en la ruina, pero se cuida de no decir qué procedimiento jurídico está llevando a cabo para definir responsabilidades y que se castigue a los responsables.

Lo que no admite réplica es que la violencia sigue golpeando a los guerrerenses y que los funcionarios, en vez de sumar fuerzas y recursos a los del gobierno federal para atacarla en forma efectiva, están enfrascados en una guerra mediática que no arroja nada benéfico para la población; al contrario, divide, distancia y debilita, fortaleciendo a la delincuencia, que actúa sin dar tregua.

Son frecuentes en los diarios las imágenes del Grupo de Coordinación Guerrero sesionando y anunciando refuerzos para la vigilancia y cambios de estrategias; no obstante, los asesinatos siguen.

Efectivamente, falta un trabajo productivo, que ya no sea de chismito, fotos, poses ni despliegues espectaculares de fuerzas de seguridad, que finalmente pase de la mera contención al exterminio de la inseguridad.