Sociedad y Justicia
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Equivale a pedir no usar minifalda

Condena ONG campaña de gobierno contra sexting
 
Periódico La Jornada
Viernes 29 de julio de 2016, p. 39

El ejercicio de la sexualidad encontró en Internet otras formas de expresión, como el sexting. Y al desconocer un fenómeno que puede ser riesgoso hay un impulso de regularlo, aunque sea parte de un derecho. Sin embargo, no es lo mismo que, por ejemplo, una adulta informada y en lugar seguro envíe imágenes eróticas a alguien de su confianza, a que lo haga una adolescente en una relación de desigualdad en la que le exigen, como prueba de amor, su cuerpo en forma digital.

El pasado 12 de julio el gobierno federal y organizaciones sociales presentaron la campaña “10 razones para no realizar sexting”. La iniciativa interpreta erróneamente el concepto, estigmatiza esa práctica y revictimiza a quienes han sido dañados por compartir sus imágenes, sostiene Carlos Brito, de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D).

El debate que ha generado este tema es adultocéntrico y autorreferencial, opina Juan Martín Pérez García, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).

Apunta que en el caso de niñas y adolescentes se trata de una población vulnerable, porque no tiene toda la información y muchas veces son violentadas.

La campaña gubernamental, apunta Brito, es moralizante y se refiere al sexting como un problema, cuando en realidad es una práctica sexual consensuada en la que se envían imágenes a alguien de confianza, con contenido sexual o erótico. Si bien implica riesgos, sugerir que se abstengan de compartirlas equivale a pedir no usar minifalda para evitar el acoso, o no salir a la calle porque hay peligros.

La forma en que aborda el sexting responsabiliza a las víctimas y absuelve a quienes abusaron de su confianza y difundieron imágenes sin su autorización. Tú tienes la culpa por tomarte esas fotos, es el mensaje que envía, apunta el director de Incidencia de R3D.

El verdadero problema, concluye, es la falta de legislación al respecto, la ausencia de políticas y mecanismos para proteger a quienes quieran hacerlo y la deficiente educación sexual.