Habitantes de la Ciudad de México señalaron que estarán alerta y vigilarán desde edificios cercanos y las redes sociales que no se toque una piedra de la fuente de Belén, a no ser para su restauración en el lugar.

Por otra parte, diputados de Morena señalaron que, de ser necesario, mantendrán la defensa de ese monumento histórico ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Unesco y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Señalaron que el amparo contra la construcción del nuevo Centro de Transferencia Modal (Cetram) Chapultepec sigue vivo, pues el Instituto Nacional de Antropología e Historia no ha autorizado que se toque ese monumento.

El gobierno local ha decidido concesionar por más de 40 años a la iniciativa privada el espacio público que ocupa el paradero Chapultepec, en cuyas inmediaciones se ubica la fuente, para levantar una torre de 49 pisos, un corredor comercial y el Cetram.

A la fecha, a unos cuantos metros de donde se ubica el paradero se levantan tres imponentes y lujosos rascacielos conocidos como las torres Mayor, Reforma y Bancomer. En contraste, la glorieta donde está la fuente luce con basura y comercio ambulante, además de que el monumento está quebrado en su estructura, resultado de años de abandono.

En tanto, a nombre de la bancada perredista en la Asamblea Legislativa, el diputado Víctor Hugo Romo dijo que el proyecto avanza con apego a la legalidad, con un esquema de asociación público-privada, y respaldado por el INAH, el cual ya hizo un levantamiento y emitió recomendaciones a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, por lo que en breve se obtendrá el permiso definitivo.

El proyecto no se va a detener, advirtió, y sostuvo que no hay afectaciones al patrimonio ni al Bosque de Chapultepec.

En tanto, el diputado de Movimiento Ciudadano Armando López Campa planteó que ante la polémica que rodea a la concesión para construir el nuevo Cetram, la mejor salida es que el gobierno lleve a cabo el plebiscito.