Sociedad y Justicia
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Fármacos y pesticidas llegan a alimentos

Obesidad y diabetes también son causados por contaminantes: experto
 
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de agosto de 2016, p. 33

La obesidad y la diabetes no son consecuencia única de la mala alimentación o la falta de ejercicio, también pueden ser provocados por contaminantes emergentes localizados en fármacos, pesticidas, químicos industriales y drogas veterinarias (hormonas sintéticas usadas ilegalmente para el crecimiento), que llegan a las personas principalmente por los alimentos que consumen, alertó ayer Roeb García Arrazola, académico de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El investigador indicó que en las aguas subterráneas de América Latina, México incluido, hay contaminantes emergentes como trazas de aspirina, ibuprofeno, diclofenaco y carbamazepina, cuyos efectos pueden ser nocivos para la salud. Estas sustancias llegan a los alimentos por el líquido que se emplea en el riego de cultivos y por los empaques.

García Arrazola explicó el ciclo que se genera: una persona ingiere un medicamento y lo que su cuerpo no absorbe lo desecha en la orina, que llega a las aguas subterráneas. Los contaminantes regresan a nuestra dieta porque 90 por ciento de las aguas tratadas con los contaminantes se utilizan para riego, por lo que son absorbidos por los cultivos y los animales de ganado.

Los vestigios de sustancias se introducen en el organismo y, por diferentes mecanismos, llegan al ADN. Ahí lanzan una cadena de señales; en este proceso inhiben ciertos genes o expresan otros y generan un fenómeno llamado disrupción endócrina, que favorece los padecimientos.

Por ello, indicó, en la Facultad de Química se ahonda en “el diseño de alimentos libres de disrupción endócrina, el establecimiento de un análisis de riesgo de este fenómeno e ingeniería de materiales para remover y monitorear contaminantes.

Trabajamos con ciertos empaques para la industria del enlatado, algunos directos al vacío; en metodologías para determinar la presencia de bisfenol A y ftalatos (compuestos), y en un bioensayo para diagnosticar si hay una afectación en el patrón de metilación.

En materiales, puntualizó García Arrazola, también buscamos nanobiocompositos para degradar y eliminar este tipo de contaminantes.