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México SA

Videgaray ataca de nuevo

Pensiones: que siempre sí

Aportaciones de 6.5 a 13%

E

n México las pensiones que obtienen los trabajadores son verdaderamente miserables. La propia estimación gubernamental señala que, si bien va, la mínima garantizada (para quienes aplique la Ley 1973, del IMSS) sería de un salario mínimo (inferior a 2 mil 200 pesos mensuales, a precios actuales), amén de que sólo cuatro de cada diez trabajadores (del sector formal) alcanzarían ese derecho, y descontando.

La versión oficial es que si el dinero no alcanza para cubrir las pensiones y éstas son ínfimas, al tiempo que no cubren a todos, se debe, simple y sencillamente, a que los trabajadores no ahorran lo suficiente. Entonces, si quieren mayor cobertura, pues deben aportar más, según la fórmula mágica descubierta por el secretario de Hacienda, el afamado ministro del (d) año Luis Videgaray, y jilgueros que lo acompañan.

Anunció ayer el ministro que se prepara una revisión del sistema pensionario y que los cambios se harían en un futuro no lejano. De hecho, adelantó que en la primera convención nacional de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore), a celebrarse el 23 y 24 de agosto, se dará un paso importante al respecto y que la ruta a seguir sería la marcada por la OCDE, en el sentido de que las aportaciones pasarían de 6.5 a más de 13 por ciento. Y listo.

En realidad se trata de la misma intentona que la élite financiera del (supuesto) sector público de tiempo atrás quiere cuajar, aunque se ha visto en la penosa necesidad de posponer el anuncio por no haber encontrado el momento políticamente oportuno para hacerlo. Y la decisión está cantada públicamente desde cuando menos octubre de 2015, incluida la desastrosa campaña propagandística de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar). De hecho, le pusieron fecha: abril de 2016… pero se aproximaban las elecciones (recuérdense los gasolinazos y tarifazos eléctricos) y la dejaron para más adelante.

Como en el caso de las refinerías, reseñado en este espacio el pasado miércoles, desde el gobierno federal un día se anuncia que se trabaja en los cambios que más convienen al sistema pensionario, al siguiente aseguran que no hay tal y poco después notifican que es firme la decisión de modernizar tal sistema, siempre en beneficio de los trabajadores. Y al final de cuentas el Juan Camilo de Peña Nieto impondrá lo que a él y sus amigos convenga.

Desde el año pasado, pero con especial énfasis a lo largo de varios meses del presente, el director general de la Consar, Carlos Ramírez (siempre al servicio del ministro), ha insistido en la necesidad de aumentar las aportaciones de los trabajadores para que obtengan una pensión digna. Y el dinero de los mexicanos es utilizado para pagar propaganda basura como aquella que dice (pónganle música) “diez pesitos al día muy fácil puedes ahorrar; poco a poco un retiro más digno vas a asegurar; diez morlacos, diez varos o como les quieras llamar; es sencillo lograrlo sin tu bolsillo afectar; con diez pesitos –diez, diez– para tu Afore –diez, diez–; lo de hoy es ahorrar y después tu futuro a gozar… Súmale diez pesitos al día para asegurar tu futuro, tu Afore y muy buena pensión alcanzar…”. ¡Ufff!

Desde octubre de 2015, pues, se anunció el inminente cambio al sistema pensionario, con base en una recomendación de la OCDE (cuyo secretario general es José Angel Gurría, ex secretario de Hacienda) para modificar la ley y homologar a los trabajadores que cotizan bajo el esquema previo a la reforma de 1997 (Ley de 1973) con los inscritos a partir de la modificación impulsada por el entonces presidente Ernesto Zedillo, amén de incrementar las aportaciones de los trabajadores de 6.5 a 13 por ciento (incluso a 18 por ciento), o lo que es lo mismo, el anuncio que ahora hace Videgaray.

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Se trata del mismo organismo que ha reconocido públicamente que los jubilados y pensionados mexicanos destacan entre los peor pagados en el mundo y ocupan el último lugar entre las 34 naciones que dan cuerpo a la OCDE.

Poco después de conocerse la citada recomendación y de la desastrosa campaña de la Consar, el gobierno federal respondió con una contundente declaración pública del director general del IMSS, Mikel Arriola, que a la letra dice: no hay ningún plan o iniciativa para modificar el régimen de jubilaciones y pensiones, las cuales están plenamente garantizadas (20 de abril de 2016), y las notas del día subrayaban que el funcionario respondía así a las versiones de que este año se modificará el sistema de pensiones.

Pasaron las elecciones, el tricolor fue arrasado, llegaron gasolinazos y tarifazos, y como por arte de magia el ministro retoma el asunto pensionario. Videgaray ha brillado por su ausencia a la hora de dar explicaciones, pero ahora aparece como campanita para anunciar que “estamos en un diálogo con distintos actores de la sociedad para definir propuestas de cómo fortalecer el sistema de pensiones, incluyendo la posibilidad, en un futuro no lejano, de incrementar las aportaciones, pero esto será parte de un proceso de diálogo muy amplio que habrá de culminar en el Congreso de la Unión y que tendrá un paso importante en la convención de las Afores… El gobierno pretende hacer más fácil ahorrar, y la mejor opción para hacerlo son los fondos de pensiones”.

Que no habría cambios al sistema pensionario, pero el platillo se está cocinando. Lo interesante de esto, por llamarle así, será ver cómo lograrán que trabajadores –con salarios miserables– y los patrones –históricamente negados a pagar las cuotas que les corresponde– incrementen sus aportaciones al doble, o más, para de cualquier suerte alcanzar –si es el caso– pensiones miserables, porque al duplicar tales aportaciones lo máximo que lograrían serán pensiones de dos salarios mínimos, en el mejor de los casos y siendo por demás positivo.

Lo anterior, sin olvidar que cerca de 3 millones de mexicanos oficialmente catalogados como población ocupada no obtienen ingreso; cerca de 8 millones ingresa, cuando mucho, un salario mínimo; alrededor de 14 millones entre uno y dos mini salarios, y poco más de 10 millones de dos a tres. En suma, el 70 por ciento de la población ocupada se encuentra en estos niveles, y ahora –por la fórmula mágica del gobierno federal– deberá incrementar sus aportaciones de 6.5 a 13 por ciento, o incluso a 18.

¿En serio?

Las rebanadas del pastel

Los voceros oficiales y los oficiosos gritan a coro, porque el peso se fortalece, pues ayer el dólar se vendió a 18.50. Bien, pero ¿qué no estaba a 13 por uno al comienzo del actual gobierno?

Twitter: @cafevega