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Rio 2016

Alberto Álvarez fue preparado por su papá

Lo echaron del fut; hoy participará en la final del salto triple
 
Periódico La Jornada
Martes 16 de agosto de 2016, p. 3

Río de Janeiro.

Alberto Álvarez, quien logró el pase a una histórica final olímpica de salto triple a realizarse este martes, empezó como futbolista, pero su carrera se estrelló con un entrenador que le sometió a un acoso sicológico que le hizo escapar hacia un deporte individual.

Mejor te vas a tu casa y te dedicas a vender fayuca, le soltó un entrenador de futbol de Playa del Carmen.

Alberto Álvarez le hizo caso a medias. Se fue, pero no a pasar contrabando (fayuca) como le sugirió el amargado timonel, sino que se dedicó a pulir el arte del salto triple.

Seis años después, el oriundo de Chetumal, de 1.91 metros de altura, no sólo está representando a México en los Juegos Olímpicos desde la última participación de un exponente de la prueba en 1948, sino que este lunes se convirtió en el primer atleta en la historia de su país en clasificar a una final en la especialidad .

Con una marca de 16.67 metros, la décima mejor en el global a la que accedieron también un colombiano y un cubano, el quintanarroense selló el boleto para pelear una medalla en el segundo salto, aunque su mejor marca es de 16.99.

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De Chetumal, Alberto Álvarez, de 1.91 metros, dedicó a su padre su participación en los Juegos OlímpicosFoto Ap

Cuando empecé lo hacía en cuatro pasos porque no sabía cómo era. Hasta que un día vi en un video que lo estaba haciendo mal y me deprimí. Mi papá no es entrenador, pero vio cómo se hace el salto triple y me preparó. Siempre confió en mí. Me ha preparado y ha ido aprendiendo conmigo, explicó.

A sus 25 años y próximo a titularse en la carrera de derecho, los Juegos de Río son la primera gran competición internacional para este gigante de melena rizada y entusiasmo contagioso.

No quería venir y sólo participar. Quería dar lo mejor de mí y demostrar de qué está hecho México. Le dedico esta clasificación a mi papá. No me gustaba ni el favoritismo ni depender de otros para valorar mi éxito. Sé que lo que trabajo en el salto es lo que luego cosecho.