La participación social y sus alcances son más relevantes respecto de lo que podrían hacer el Estado y el mercado juntos, por lo que en la solución de tareas pendientes, como el abatimiento de la desigualdad, no bastaría la actuación directa y única del Estado y tampoco son aceptables dogmas que atribuyen al sector privado capacidades que no tiene, señaló el secretario de Salud, José Narro Robles.

En la actualidad, subrayó, es necesario trabajar en favor de las mayorías, principalmente para superar brechas como las que prevalecen en el acceso a los servicios de salud. Hay una distancia importante entre las posibilidades de recibir atención médica en el sureste del país respecto de las que tienen quienes viven en la ciudad de México, apuntó.

El funcionario encabezó ayer la inauguración de las 48 Jornadas Médico-quirúrgicas del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) Ismael Cosío Villegas, las cuales se realizan con motivo de su 80 aniversario. Ahí, Narro recordó los orígenes de este organismo, la realidad que se vivía en el país en la década de los 30, cuando no existían la Secretaría de Salud ni los institutos de seguridad social.

El cambio es enorme, dijo. Hoy existen políticas públicas en salud y compromisos, programas y acciones que ayudan al desarrollo de las personas e instituciones como el INER, con las cuales se demuestra que los grandes proyectos no surgen por generación espontánea. Para llegar a tener grandes instituciones se requiere constancia y consistencia para que el futuro cambie.

El trabajo del INER también da cuenta de cambios y avances puntuales. Está, por ejemplo, la disminución en la mortalidad por tuberculosis. Al año todavía se reportan 2 mil decesos, y aunque representan una quinta parte de las cifras que había en los inicios del instituto, el padecimiento sigue siendo un desafío, admitió el responsable de la política sanitaria del país.

Como éste, hay otros retos pendientes en salud, pues aunque muchos padecimientos son prevenibles o curables, dijo, la solución no está necesariamente, al alcance de todos. Agregó que un sistema del sector como el mexicano tiene enormes fortalezas, pero también requiere de ajustes sistemáticos que contribuyan para abatir la desigualdad y enfrentar los nuevos retos.

El funcionario mencionó entre esos desafíos el envejecimiento de la población y los cambios en las causas de enfermedad y muerte en el país, los cuales sumados a la desigualdad y al crecimiento de la informalidad en el ámbito laboral anticipan la necesidad de atender de manera diferente las nuevas condiciones con apoyo de las instituciones de investigación y docencia.