Economía
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El banco calcula un PIB de 1.9% para este año y de 2.1% para el siguiente

En México la economía seguirá por abajo de su potencial: BofA

Presionan la caída de producción petrolera, la debilidad de exportaciones y el menor estímulo fiscal y monetario

Destaca como riesgos el incremento del malestar social y de la inseguridad

 
Periódico La Jornada
Martes 6 de septiembre de 2016, p. 18

La actividad económica de México se mantendrá por debajo del potencial, con un crecimiento del producto interno bruto (PIB) de apenas 1.9 en 2016, y 2.1 por ciento en 2017, debido a la debilidad en las exportaciones y a un menor estímulo fiscal y monetario, aseguró el BofA Merrill Lynch Global Research.

Explicó que los riesgos a la baja para el crecimiento del PIB son una producción petrolera menor a la esperada, la incertidumbre global –incluyendo las elecciones en Estados Unidos– y una menor demanda a la esperada por parte de Estados Unidos.

Carlos Capistrán, economista en jefe para México de BofA Merrill Lynch Global Research, estimó que la inflación sea de 3 por ciento para finales de este año, y 3.4 por ciento para 2017. “Esperamos que el Banco de México incremente las tasas junto con la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos. Adicionalmente, el gobierno continuará reduciendo el déficit a 3 por ciento del PIB para este año, para alcanzar un superávit primario en 2017.

En un amplio análisis titulado México: malestar económico, consideró que los riesgos al alza por la inflación consisten en un mayor traspaso del tipo de cambio y por lo tanto también son riesgos al alza para política monetaria. Advirtió que un mayor deterioro de las cuentas fiscales y externas son un riesgo, así como un incremento en el malestar social y la inseguridad.

Sin embargo, el banco central aumentará tasas lo menos posible para mantener las presiones inflacionarias controladas, al tiempo que apoya a la economía.

Los datos, agregó, muestran que la contracción en el segundo trimestre estuvo principalmente impulsada por un mal mes (abril) y que la economía parece estar regresando a un ambiente de crecimiento bajo pero estable desde mayo, por lo que no se espera otra contracción trimestral pronto.

Prevemos que el crecimiento del PIB continúe desacelerándose en el segundo semestre de 2016, a pesar de un mejor crecimiento en Estados Unidos, arrastrado por los recortes en el gasto de gobierno, una menor producción petrolera y mayores tasas de interés. Prevé que el crecimiento en la segunda mitad del año sea de 1.4 por ciento interanual, lo que daría un crecimiento del PIB para 2016 de 1.9 por ciento. Pronosticamos una historia similar para el siguiente año, por lo que vemos el crecimiento en 2.1 por ciento en 2017.

Refirió que la deuda ha aumentado en México en los últimos años, hasta el punto en el que ahora es una preocupación para las agencias calificadoras. Moody’s cambió su perspectiva para México de estable a negativa en abril, y S&P hizo lo mismo en agosto. Aunque ambas agencias ratificaron sus calificaciones, las cuales están tres y cuatro lugares por arriba del grado de inversión, respectivamente. Por lo tanto, el grado de inversión de México no está en riesgo.

La deuda incrementó a 48 por ciento del PIB en 2015, desde el 32 por ciento del PIB de hace una década, cuando se mide utilizando los requerimientos financieros del sector público, los cuales son la medida más amplia disponible. El incremento en la deuda, junto con el bajo crecimiento del PIB, ha limitado el espacio fiscal de México.

Por su parte, el déficit de cuenta corriente también se ha ampliado, principalmente debido al cambio en la balanza comercial petrolera, de un superávit a un déficit. El déficit actual de 3 por ciento del PIB no está financiado por la inversión extranjera directa y los datos del segundo trimestre muestran salida de flujos de cartera.

Por lo tanto, el financiamiento del déficit de cuenta corriente se ha deteriorado, lo cual es un riesgo a la baja para la estabilidad y para el peso mexicano. Sin embargo, prevemos que el déficit de cuenta corriente se ajuste en los siguientes trimestres, dada la depreciación del tipo de cambio real que ya sucedió, el incremento en curso del ahorro público, y la esperada mejoría en el crecimiento de Estados Unidos, confió.