Espectáculos
Ver día anteriorMartes 6 de septiembre de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Mi amor eterno, una estrella que por siempre vivirá, fue el mensaje de uno de los miles de fans

Juan Gabriel es un compositor tan grande que modificó la agenda nacional: De la Mora

El kiosco de la Alameda fue el escenario para la comunidad gay, que, como cientos, cantó al Divo

Foto
A las afueras del Palacio de Bellas Artes la fila de personas para honrar al músico era interminableFoto Jesús Villaseca
Foto
Consternada, la gente hizo reverencia ante su ídoloFoto Marco Peláez
 
Periódico La Jornada
Martes 6 de septiembre de 2016, p. 4

Juan Gabriel es un compositor tan grande que modificó la agenda nacional, afirmó en entrevista el tenor Fernando de la Mora en el trayecto en su automóvil rumbo al Palacio de Bellas Artes, donde participó en el homenaje a El Divo de Juárez.

Expresó sentirse profundamente consternado como la mayoría de los mexicanos. Cantó Amor eterno, Se me olvidó otra vez, La diferencia, Hasta que te conocí y, si le quedaba tiempo, Costumbres.

Añadió que algunas de las canciones predilectas de su repertorio incluyen las que interpretó ayer y muchas más que ahora se escuchan diferente por la sorpresiva muerte del compositor y cantante.

De la Mora anunció que en sus próximas apariciones en el Auditorio Nacional estrenará Costumbres, que para él es una de las más sabias del homenajeado.

Antes, miles de personas expectantes ante el arribo de la urna con las cenizas de Juan Gabriel se preguntaban: ¿Ya pasó?

Cientos de medios de comunicación nacionales e internacionales se desplegaban en la explanada del máximo recinto cultural del país. Miles de personas mostraban su fascinación al extremo, en carteles con frases de sus canciones, paráfrasis, algunos con faltas de ortografía. No importaba. Juanga se canta, no se estudia ni es tratado de gramática.

La imagen del compositor fallecido hace ocho días se repitió en carteles de 20 pesos, en fotos de 10. Estás siempre en mi mente, Adiós, amor, Tu amor será eterno.

En el kiosco de la Alameda, un grupo de caracterizadores de Juan Gabriel cantaron rolas que se repiten cada semana en los shows travestis. Vestían, gesticulaban y cantaban como el original. Querida es un himno para la comunidad gay.

Juan Gabriel mi amor eterno, una estrella que por siempre vivirás, se lee en una cartulina de una señora de apariencia humilde. El pueblo defiende a los suyos.

Helicópteros sobrevolaban... el cortejo se acercaba

Los vendedores de capas de hule hicieron su agosto, lo mismo que los de paraguas, de 50 pesos.

¡Aguas con los carteristas!, advirtieron algunos a los distraídos. Esas bolitas son para robar. El dos de bastos para el dos de oros.

En las pantallas instaladas en la Alameda se seguían los comentarios y las escenas dentro del palacio.

Juanga es una balada eterna repetida en grupos que esperaban caminar frente a la urna de quien estaba en la oscuridad de su sepulcro.

Juan Gabriel había dicho que a su muerte no quería circo. Esto es imposible.

Por más que se quiera ver de otro modo y suavizar el sentimiento, México está despidiendo a un muerto. México está de luto, en sombras, y Juan Gabriel se ha ido para siempre, a su eterna morada. Se fue el amor eterno, expresó a su modo un indigente.

Alrededor, los menos favorecidos por las reformas estructurales pedían limosna a sus iguales, al pueblo que despide a Juan.

Había gente que lloraba y eso se mimetizó, se contagió. Lloraron los reporteros. Son humanos.

La vida es un largo adiós, describió el detective, pero el paso de Alberto se cortó de tajo hace más de una semana.

La larga hilera simbolizó que Juan los ha dejado solos. Al adelantarse uno de ellos se va parte del ser. Polvo eres y en polvo te convertirás.

Hasta allá empieza la filota, luego da la vuelta y se convierte como en una culebrita y después se hace más larga, hasta llegar a Bellas Artes, comentó una muchacha resignada a realizar el recorrido y pasar frente al nicho donde se colocó la urna mortuoria.

Como ella, otros miles y miles se han dado a ese largo adiós. Llevaron flores, fotos con epitafios. Niños ondeaban banderines con la imagen de Juanga impresa y la frase siempre estarás en mi mente.

La muerte de un palomo

Un día recordarán la efeméride y volará el tiempo, como en La muerte del palomo, la primera de sus más de mil composiciones.

Por alguno de los sitios se oía El Noa-Noa y Se me olvidó otra vez. Era gente en silla de ruedas, con muletas, con bastones, que conforma el ejército de la buena voluntad. Flores con amor para Juan, el cantante del amor eterno. Saben que Juanga se ha ido, su ídolo, que, como ellos un día, un día no tuvo dinero ni nada que dar.