El obispo de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera, afirmó ayer que las marchas en favor del concepto natural de la familia lo único que ocasionan es fomentar la homofobia, mientras el sacerdote de Oaxaca Alejandro Solalinde Guerra lamentó que la Iglesia católica no esté practicando el amor incluyente sino, por el contrario, pone etiquetas y hace juicios fuera de la realidad social.

Vera López fustigó la organización de las marchas que se desarrollaron el sábado, pues lo único que ocasionan es fomentar la homofobia y advirtió su rechazo a una carta del Episcopado Mexicano en contra de los homosexuales, porque no contribuye al desarrollo cristiano del ser humano.

La Iglesia puede decir su opinión, pero de eso a insultarlos, humillarlos y hacerlos sentir como perros infelices no tiene nada de cristiano. Y decir que ellos tienen la culpa de que esté en peligro la familia; tienen más culpa todos los que promueven la destrucción del país y de la familia, señaló.

Al hablar ante alumnos y académicos del Instituto Tecnológico de Estudios de Occidente, en Guadalajara, el prelado aseguró que hacen más daño a la familia los horarios que tienen los pobres trabajadores a quienes no les queda tiempo para convivir con sus hijos. Somos hipócritas.

Cuestionó que la Iglesia se ocupe más de los homosexuales que de los derechos humanos para los migrantes y los mineros. “Como Iglesia nos preocupamos de eso y en dónde está nuestra misericordia por nuestros mineros, migrantes y mujeres.

Todas estas marchas son homofóbicas, lo que provocan es odio y aversión. Me mandaron la carta, pero no la contesté porque la Iglesia diocesana no la apoya, manifestó.

En ese tenor se expresó Solalinde Guerra, defensor de los derechos humanos de los migrantes, quien dijo que las personas de la diversidad sexual tienen derechos y obligaciones éticas de convivencia, por lo que la Iglesia, como institución, no debe ser juez, sino pastor, porque todos somos hijos de Dios.

El fundador del albergue para migrantes en Ciudad Ixtepec lamentó que la Iglesia católica no proponga el amor incluyente, “al contrario, pone etiquetas, hace juicios y practica criterios fuera de la realidad social.

La oferta cristiana debe ser para todas y todos, y eso incluye a la diversidad sexual, porque Jesús anduvo y caminó para todas y todos, no excluyó a ninguno, ofreció un amor incluyente y la Iglesia católica se ha alejado de la Iglesia que Jesús creó, que es de caminar y ser pastores, expresó.