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Fuerzas armadas, familiares y amigos recuerdan a las casi 3 mil víctimas de los ataques

Grupos extremistas no podrán contra EU, afirma Obama, a 15 años del 11-S

El jefe de la Casa Blanca llamó a los estadunidenses a sumarse al carácter incluyente de la nación

Recuerda en ceremonia las agresiones de Al Qaeda en Nueva York, Washington y Pensilvania

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Familiares de víctimas de los ataques perpetrados en septiembre de 2001 acudieron a la Zona Cero, en Nueva York, con imágenes de sus seres queridos. Los nombres de las 2 mil 983 víctimas fueron leídos lentamente con música clásica de fondo. Cuatro pausas marcaron los momentos exactos en que cuatro aviones secuestrados por milicianos islámicos se estrellaron en las Torres Gemelas, el Pentágono y un terreno en PensilvaniaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 12 de septiembre de 2016, p. 25

Washington.

Al cumplirse el 15 aniversario de los atentados contra las Torres Gemelas en Nueva York, y el Pentágono, en esta capital, el presidente Barack Obama hizo un llamado a sus compatriotas a sumarse al carácter de la nación como un país que atrae gente de todos los rincones del mundo, de diferente religión y de diversa extracción. Sostuvo que los grupos extremistas nunca serán capaces de derrotar a Estados Unidos.

Casi 3 mil personas murieron el 11 de septiembre de 2001, cuando 19 atacantes suicidas de Al Qaeda secuestraron cuatro aviones de línea y los estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, el Pentágono, en Washington, y sobre un campo de Shanksville, en Pensilvania.

Era el primer ataque extranjero en territorio continental de Estados Unidos en casi dos siglos, y motivó las invasiones de Afganistán (2001) e Irak (2003), lideradas por Washington, y donde la guerra sigue causando estragos más de una década después.

Obama habló ante cientos de miembros de las fuerzas armadas, así como familiares y sobrevivientes del ataque contra el Pentágono, cuando el avión del Vuelo 77 de American Airlines fue estrellado contra el cuartel general del Departamento de Defensa, que mató a 184 personas, tanto en tierra como en la aeronave. La víctima más joven tenía sólo tres años de edad.

El mandatario dijo que organizaciones extremistas como el Estado Islámico y Al Qaeda saben que nunca doblegarán a Estados Unidos, así que se enfocan en tratar de generar temor con la esperanza de cambiar la forma en que viven los estadunidenses.

Sabemos que nuestra diversidad, nuestra herencia hecha con retazos, no es una debilidad, es todavía, y lo será siempre, una de nuestras más grandes fortalezas, resaltó Obama. Este es el Estados Unidos que fue atacado esa mañana de septiembre; el Estados Unidos al que debemos seguir siendo fieles, aseveró.

Obama habló en una mañana calurosa, mayormente soleada, y afirmó que la amenaza que se volvió tan evidente el 11 de septiembre de 2001 ha evolucionado enormemente en el transcurso de los últimos 15 años. Los terroristas, dijo, intentan con frecuencia lanzar ataques a una escala menor, pero aún mortífera. Citó por ejemplo los ataques en Boston, San Bernardino y Orlando.

A fin de cuentas, agregó, el recuerdo perdurable de quienes perdieron la vida ese día es garantizar que nos mantengamos fieles a nosotros mismos, que permanezcamos fieles a lo que es mejor dentro de nosotros, que no permitamos que otros nos dividan.

En Nueva York, en la llamada Zona Cero, donde estaban las Torres Gemelas, los nombres de las 2 mil 983 víctimas fueron leídos lentamente por familiares, con música clásica de fondo, durante una ceremonia en el memorial del 11-S en el bajo Manhattan, con pausas para seis momentos de silencio.

Cuatro de esas pausas marcaron los momentos exactos en que los cuatro aviones secuestrados por milicianos islámicos se estrellaron en el World Trade Center, el Pentágono y un terreno en Pensilvania. Las dos últimas recordaron cuando se desplomaron las torres norte y sur del World Trade Center.

La ceremonia se llevó a cabo en las dos piscinas reflectantes con cascadas que ahora están en el lugar donde se ubicaban las torres, y fue vigilada por una guardia de honor de la policía y por bomberos.

Más de 340 bomberos y 60 policías murieron esa soleada mañana de martes de 2001, en el peor ataque en suelo estadunidense desde el bombardeo a Pearl Harbor en 1941.

Muchos de los primeros en responder las llamadas de emergencia murieron mientras subían las escaleras con la esperanza de rescatar a personas atrapadas en los pisos más altos de las torres.

No hablaron funcionarios públicos en la ceremonia en Nueva York, de acuerdo con una tradición que comenzó en 2012. Sin embargo, muchos políticos asistieron, entre ellos los candidatos a la presidencia, el republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton.