El Museo Nacional de la Estampa (Munae) cumple 30 años y desde hoy celebra con la exposición La Sociedad Mexicana de Grabadores (1947-1971): una plataforma para la promoción y difusión de la estampa.

En esa muestra por primera vez se propone una revisión histórica del desarrollo de ese colectivo que revalorizó y difundió de manera relevante la gráfica en el país.

Luego de una investigación de cuatro años, el curador Eduardo Espinosa Campos explica que varias son las sorpresas que el público encontrará en esa muestra, como que esa sociedad reunió gran número de mujeres, por lo que puede considerarse pionera en la apertura al arte femenino.

También se podrá apreciar la faceta de grabadora de Lola Cueto (1897-1978), escritora y dramaturga, más recordada como diseñadora de títeres y marionetista, así como las gráficas poco conocidas del destacado acuarelista Alfredo Guati Rojo (1918-2003), y los grabados que realizó en 1958 Francisco Moreno Capdevila (1926-1995) a propósito de una represión magisterial, retomados 10 años después como símbolo por el movimiento estudiantil.

Son 128 las obras que se exhiben, además de material documental que permite contextualizar las actividades que la sociedad realizó durante 24 años. Por ejemplo, alrededor de 70 exposiciones donde quedaron plasmadas, además, sus múltiples aportaciones técnicas.

Espinosa Campos dijo que entre los hallazgos de su investigación se demuestra que esa sociedad tuvo relación profesional con el Taller de la Gráfica Popular (TGP), lo cual pone en entredicho lo que alguna vez afirmaron críticos como Raquel Tibol, quien aseguraba que ambos colectivos estaban totalmente desvinculados.

Los más importantes grabadores mexicanos del siglo XX integraron el colectivo, como Angelina Beloff, Pedro Castelar, Fernando Castro Pacheco, Manuel Echauri, Amador Lugo, Isidro Ocampo, Julio Prieto y Ángel Zamarripa. Como integrantes de honor estuvieron Carlos Alvarado Lang, Francisco Díaz de León y Gabriel Fernández Ledesma.

Más de 300 exposiciones

Paisajes, escenas costumbristas, experimentaciones con el color y la técnica están presentes en los grabados que en su mayoría pertenecen al acervo del Munae, que a tres décadas guarda completa vigencia, dijo su director Santiago Pérez Garci.

Agregó que la tradición del grabado y de la estampa en México es un pilar en la cultura visual y las artes en ese campo, lo cual queda demostrado en los cerca de 100 talleres que existen sólo en la Ciudad de México, sin contar los de Oaxaca, Veracruz, Michoacán, Zacatecas y Sinaloa, donde algunos trabajan mucho y muy bien.

El funcionario detalló que en 30 años “el Munae ha presentado más de 300 exposiciones enfocadas no sólo a la difusión de artistas nacionales, también extranjeros. Las ha habido temáticas y retrospetivas y ahora, en colaboración directa con el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (Iago), fundado por Francisco Toledo, nuestras actividades se enriquecen.

“Somos los dos recintos del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) dedicados exclusivamente a una disciplina particular de las artes visuales. Juntos hicimos la exposición dedicada a Enrique Chagoya, la de Las fábulas de Esopo, con los 45 grabados que nos donó el maestro Toledo, y el proyecto Nao Now, realizado por artistas mexicanos en China.”

Pérez Garci explicó que la gráfica hoy guarda mucha relación con los temas que definen a esa vertiente mexicana, como la estampería popular o las imágenes políticas. Hay artistas muy dedicados a esta línea que con el TGP alcanzó un florecimiento bárbaro. Pero también las nuevas generaciones encuentran sentido en el arte emergente, la hibridación de lenguajes, técnicas y sistemas del proceso del pensamiento. Por todo ello, la gráfica en el país guarda un estado muy saludable, concluyó.

Paralelamente, y como parte del programa Foro gráfico, el recinto presenta a partir de hoy la muestra Territorio y representación, el trabajo más reciente de Coral Revueltas, quien parte del concepto de mapa como motivo temático y formal para elaborar sus estampas en gran formato.

El Munae se ubica en la Plaza de la Santa Veracruz (Hidalgo 39, Centro Histórico).