Las fuerzas armadas son la gran columna vertebral del México institucional, afirmó el presidente Enrique Peña Nieto y, tras el desfile militar conmemorativo del 206 aniversario del inicio de la guerra de Independencia, les pidió: sigamos haciendo patria.

Por segundo año, el mandatario asistió a la comida ofrecida ayer a los participantes de esta parada. En el Campo Militar 1-A, 16 mil soldados, marinos y pilotos escucharon a su comandante supremo definirse como su compañero, uno de ustedes.

Les pidió sentirse plenamente orgullosos de respaldar y ser soporte, desde su trabajo cotidiano, de las instituciones democráticas y del Estado mexicano.

Peña ubicó esta fecha como la raíz del origen de los mexicanos y de por qué somos un pueblo unido, solidario, decidido a seguir caminando en favor de la transformación y de la prosperidad del país.

Hoy, al verlos desfilar en esta columna –añadió– enorgullece ver en las instituciones armadas, su gran solidez, enorme profesionalismo gran preparación y capacidad material.

Al mismo tiempo los llamó a sentirse ufanos del México que se está transformando, que está impulsando un cambio de raíz para que las futuras generaciones tengan una educación de mayor calidad, mejor infraestructura, competitivo y orgulloso de su gran diversidad.

Antes, el titular de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, agradeció la deferencia del mandatario al acudir a reunirse con ellos, pues es una acción que fortalece la moral de sus tropas y nos motiva a seguir cumpliendo con pasión y entrega nuestras tareas.

Una vez más refrendó la lealtad de los cuerpos castrenses para seguir siendo el pilar donde descansa la integridad, la independencia y la soberanía de la nación. Armada, Ejército y Fuerza Aérea somos un ente monolítico, eficiente y eficaz que seguirá participando con la sociedad y gobiernos en aras del bienestar de nuestros conciudadanos.

Bajo una gigantesca carpa en la explanada del Campo Militar, los elementos de tropa de las unidades orgánicas y los cadetes de los planteles militares y navales esperaron la llegada del Presidente por casi dos horas. Muestra de su disciplina, y no obstante haber desayunado a las 4 de la mañana –antes de salir al desfile–, nadie se atrevía a comer el pan, los frijoles o la sopa de pasta colocados ya en las mesas. La instrucción era esperar hasta el inicio formal. También muchos se veían exhaustos y somnolientos.

El propio mandatario, durante su mensaje haría un paréntesis para admitir: “Sé que ya están con mucha hambre. Ya deben tener las tripas, quizá, rechinándoles por dentro, pero disfruten de este espacio, de este momento de convivencia con sus compañeros de armas’’.

En el festejo se ofrecieron al menos dos menús completos; uno para los mandos y algunos grupos y, para la tropa, sopa de pasta, frijoles, ensalada, aguas frescas y mixiote de pollo.

Notoriamente emocionado y orgulloso de reunirse con ellos, el Presidente dijo que este país se está transformando, impulsa un cambio de raíz para que las futuras generaciones tengan una educación de más calidad, construye mejor infraestructura, es más competitivo, orgulloso de su gran diversidad y proyecta lo mejor de sí al mundo entero.

Refirió el gran reconocimiento en la sociedad mexicana tiene por las fuerzas armadas y él a su vez, una vez concluido el almuerzo, empleó más de una hora para saludar y fotografiarse con los uniformados de todas las armas y colegios militares.

Un cachito de sobremesa

Como sobremesa, la Lotería Nacional para la Asistencia Pública realizó allí su magno sorteo de Independencia; a los festejados –y también al mandatario– se les dio un cachito para probar su suerte y hubo casos en los que los uniformados saltaban de su lugar seguros de haber obtenido un premio.

Ayer de nuevo, en primera fila, y tras haber participado en el desfile, estuvieron los atletas de triunfo olímpico en Río 2016, como la taekwondoín Rosario Espinoza; el boxeador Misael Rodríguez (quien estrenó traje de marino porque ya pertenece a la Armada); los clavadistas Germán Sánchez e Iván García y los pentatletas Ismael Hernández y Tamara Vega.