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Van allá porque el gobierno les abre las puertas, reconoce activista

Jóvenes, políglotas y universitarios, la ola migratoria de haitianos hacia EU

Muchos deambulan durante el día por las calles de Tijuana esperando cruzar al otro lado

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Miles de haitianos esperan en Tijuana para cruzar hacia Estados UnidosFoto La Jornada BC/Roberto Córdova Leyva
La Jornada Baja California
Periódico La Jornada
Domingo 18 de septiembre de 2016, p. 6

Tijuana, BC.

Son jóvenes, políglotas y la mayoría universitarios. Llegan en camiones alquilados en Tapachula, Chiapas, donde el Instituto Nacional de Migración (INM) les dio una visa humanitaria para atravesar México. Antes estuvieron en Brasil, donde se sostuvieron y reunieron dinero construyendo la villa olímpica.

Son 5 mil 600 haitianos, acompañados de 150 niños, sus hijos nacidos en Brasil, quienes en los pasados 100 días han pasado por esta frontera rumbo a Estados Unidos.

Representan un fenómeno migratorio distinto al que las organizaciones de apoyo habían visto, dice Margarita Andonaegui, administradora del desayunador salesiano Padre Chava.

Van a Estados Unidos porque el gobierno les abre las puertas y hay una especial atención para ellos; tienen entre 29 y 30 años, hablan francés, creole (criollo haitiano), portugués y algunos inglés y español. Son arquitectos e ingenieros, muchos tienen formación universitaria.

En el desayunador, mexicanos deportados atienden a la ola de haitianos. Margarita Andonaegui se dice sorprendida por la cantidad de haitianos que llaman para dar las gracias y decir que ya están con sus familiares o amigos.

–¿Hay un trato especial para ellos de las autoridades migratorias de Estados Unidos?

–La edad productiva de esta población es muy importante para Estados Unidos. Están al 100, son preparados; (sin embargo) van a estar en desventaja frente a la población local aunque tengan algún papel.

Mi pregunta es cómo es posible que a nuestros mexicanos que van a trabajar en los campos, en la limpieza, las cocinas, quizá no con la preparación de los haitianos, los deportan, y se abren puertas para otros. También son gente que trabaja y tiene necesidad como ellos (los haitianos).

Muchos deambulan durante el día por las calles aledañas a la línea fronteriza, otros se alojan en hoteluchos donde les cobran 100 pesos la noche y les permiten dormir tres o cuatro en una habitación, los más duermen en el piso de picaderos y locales vacíos, o con una cobija en las banquetas.

Algunos hablan por celular, usan tenis de marca y camisetas de equipos del futbol europeo, compran cereal y leche, o fruta. Algunos varones solos, otros están parados en grupos en las esquinas, esperando el día en que deberán comparecer ante las autoridades de Estados Unidos.

El desayunador Padre Chava y los albergues para migrantes de Tijuana están rebasados.

Andonaegui dice que hicieron una excepción, antes sólo daban desayuno y albergaban a unos cuantos deportados, alojaban a las mujeres y niños en dos casas rodantes que instalaron en el patio.

Ahora también sirven comida para mil personas a las cinco de la tarde. A veces algunos viajeros llegan a las inmediaciones de la línea y les dan una porción de arroz con pollo, que es lo que más les gusta de la comida mexicana.

El 27 de mayo pasado las autoridades de Instituto Nacional de Migración (INM) nos preguntaron si podíamos albergar un fin de semana a un grupo de haitianos que hacían fila frente a la garita de San Ysidro, esperando entrar a Estados Unidos, pero por ser días no laborales no los iban atender y el CBP (Aduanas y Protección Fronteriza) quería que los quitaran, explica Andonaegui.

Personal del INM acudía todas las mañanas y los llevaba en bloques de 20 y 40 a hacer fila. Después le pidió a las organizaciones civiles hacer esa tarea. El desayunador y el Ejército de Salvación trasladan a 100 migrantes diariamente.

Después, además de cerrar oficinas por días festivos en ese país, decidieron que durante 15 días no recibirían documentos y por tanto no podían cruzar, esto ocasionó que los grupos se acumularan en Tijuana. Actualmente sólo reciben a 50 personas por El Chaparral y 40 por la garita de Mexicali.

A todos los que traen visa humanitaria, autoridades de Tijuana les pone un sello con el día y la hora en que deberán acudir a la garita. Existe un buen número de personas en espera de fecha para la audiencia, algunos tienen cita hasta octubre.

El periplo de estos haitianos empezó el 12 de enero de 2010, cuando un sismo de más de 7 grados, con epicentro en Puerto Príncipe, mató a 316 mil personas, dejó heridas a 350 mil y un millón y medio se quedaron sin hogar.

Meses después, Brasil les abrió las puertas y recibió a 43 mil 700 refugiados, en un contexto económico y social muy distinto al actual. Les ofreció trabajo en las construcciones para las olimpiadas, al terminar los corrían. Ellos no desean volver a su país. No hay a qué, dice Benuat en un español claro.