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Acuerdo de paz en Colombia
Cesó la horrible noche de violencia

Líder de las FARC ofrece disculpas al pueblo por el dolor causado en esta guerra

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El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, estrecha la mano del líder de las FARC, Rodrigo Londoño (Timochenko), durante la firma del acuerdo de paz. Al acto asistieron, entre otros mandatarios, los de México, Perú y Cuba, Pedro Pablo Kuczynski, Enrique Peña Nieto y Raúl Castro, respectivamente, así como el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y el rey emérito de España Juan Carlos IFoto Xinhua
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En Bogotá y otras ciudades, el pueblo colombiano salió ayer a las calles a celebrar el tan esperado acuerdoFoto Xinhua
 
Periódico La Jornada
Martes 27 de septiembre de 2016, p. 2

Cartagena de Indias.

Ofrezco sinceramente perdón a todas las víctimas del conflicto por todo el dolor que hayamos podido causar en esta guerra, declaró ayer el máximo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), Rodrigo Londoño, mejor conocido como Timochenko, tras la histórica firma de un acuerdo de paz con el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien proclamó: “Cesó la horrible noche de la violencia… abramos nuestros corazones a un nuevo amanecer de la paz”.

Al filo de las 17:30 horas, tras un minuto de silencio, Santos y Timochenko firmaron el acuerdo de paz alcanzado en agosto pasado en La Habana, Cuba, en negociaciones iniciadas en noviembre de 2012, para poner fin a un conflicto de 52 años que dejó 220 mil muertos, 45 mil desaparecidos y 6.9 millones de desplazados.

El texto de 297 páginas que, resaltó Santos, busca esencialmente cambiar balas por votos, promoviendo el desarme de la guerrilla y su transición a la vida política legal, se firmó con un balígrafo, un bolígrafo elaborado con balas, una réplica del cual fue obsequiado a los 2 mil 500 invitados a la ceremonia efectuada en la Plaza de Banderas, en el Centro de Convenciones Julio César Turbay Ayala.

El primero en estampar su rúbrica fue Londoño, también conocido como Timoleón Jiménez; posteriormente firmó Santos, quien entregó la insignia de una paloma de la paz que llevaba puesta en el saco al máximo líder de las FARC, que la prendió en su guayabera.

Y se estrecharon por primera vez la mano en Colombia.

Gracias a un diálogo laborioso y visionario, pueden mirar al futuro con optimismo. ¡Viva la Paz! ¡Viva Colombia! ¡Viva Colombia en Paz!, intervino el secretario de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien reconoció el esfuerzo de las dos partes y cuyo organismo supervisará la etapa del posconflicto.

Timochenko continuó con un discurso marcado por alusiones a la reconciliación nacional y a la justicia social, que terminó dando la bienvenida a esta segunda oportunidad sobre la tierra, al referirse al fallecido Nobel colombiano Gabriel García Márquez.

Que nadie dude que vamos hacia la política sin armas; preparémonos todos para desarmar las mentes y corazones. Lo escrito en el papel va a cobrar vida en la realidad y para que esto sea posible, además de la verificación internacional, el pueblo colombiano debe convertirse en el principal garante de lo pactado; nosotros vamos a cumplir y esperamos que el gobierno cumpla, aseveró Timochenko.

Vestido de blanco, como todos los asistentes a la ceremonia –entre ellos el presidente de Cuba, Raúl Castro, anfitrión de las negociaciones auspiciadas también por Noruega, Venezuela y Chile–, Timochenko agradeció a Santos “su probada voluntad por construir el acuerdo, que es una victoria de la sociedad colombiana en su conjunto y de la comunidad internacional.

Nuestro propósito de búsqueda de una salida política al desangre fratricida de la nación encontró en el presidente Juan Manuel Santos un valeroso interlocutor capaz de sortear con entereza las presiones y provocaciones de los sectores belicistas a él, dijo.

Uno de los momentos más emotivos ocurrió cuando Londoño pidió perdón: En nombre de las FARC-EP ofrezco sinceramente perdón a todas las víctimas del conflicto por todo el dolor que hayamos podido causar en esta guerra, aseveró entre vítores, aplausos y gritos de los asistentes a la ceremonia.

Entonces Timochenko se sorprendió ante el sobrevuelo de aviones de las fuerzas armadas sobre la Plaza de Banderas, que hicieron estallar municiones como un saludo por la paz. El máximo dirigente del hasta ahora grupo guerrillero, entre risas, comentó: Los aviones saludaron la paz y no descargan bombas.

En su turno, Santos dio la bienvenida a la democracia a los integrantes de las FARC. Miembros del grupo rebelde, hoy, cuando emprenden su camino de regreso a la sociedad, cuando comienzan su tránsito a convertirse en un movimiento político sin armas, siguiendo las reglas de justicia, verdad y reparación contenidas en el acuerdo, como jefe de Estado de la patria que todos amamos, les doy la bienvenida a la democracia, dijo Santos.

Lo que firmamos hoy es una declaración del pueblo colombiano ante el mundo de que nos cansamos de la guerra, de que no aceptamos la violencia como medio para defender las ideas, expuso Santos.

Cambiar las balas por los votos; las armas por las ideas, es la decisión más valiente y más inteligente que puede tomar cualquier grupo subversivo, y en buena hora ustedes entendieron el llamado de la historia, sostuvo.

“Cesó la horrible noche de la violencia… abramos nuestros corazones a un nuevo amanecer de la paz”, concluyó Santos con lágrimás.

Durante la ceremonia estuvieron presentes los presidentes de México, Enrique Peña Nieto; Argentina, Mauricio Macri; Chile, Michelle Bachelet; Ecuador,Rafael Correa, y Venezuela, Nicolás Maduro, así como el jefe de la diplomacia estadunidense, John Kerry, y numerosos representantes de organismos internacionales.

Miles de colombianos en la Plaza de Bolívar de Bogotá y en otras ciudades del país aplaudieron, festejaron y ondearon banderas mientras veían la firma del acuerdo en pantallas gigantes de televisión. Las autoridades organizaron shows musicales para celebrar la ocasión, que guerrilleros festejaron con conciertos en sus campamentos de la selva en el Yarí.

La jornada se inició con un homenaje a la fuerza pública, a la que Santos agradeció su sacrificio y su valor.

En la iglesia de San Pedro Claver, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano y enviado del papa Francisco al acto, encabezó una oración por la reconciliación de los colombianos, que se repitió en todos los lugares de culto del país.

Ahora el pacto deberá ser avalado por los ciudadanos colombianos en un plebiscito el próximo 2 de octubre. Si lo refrendan, Mauricio Babilonia, uno de los personajes de la novela Cien años de soledad, tendrá que liberar a sus mariposas amarillas, citaron durante el acto tanto Santos como Londoño.