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El funeral reunió a Benjamín Netanyahu y Mahmoud Abbas

Líderes del mundo elogian el esfuerzo de Peres por la paz

Era primer ministro en 1996 cuando la matanza de civiles en Qana

 
Periódico La Jornada
Sábado 1º de octubre de 2016, p. 21

Jerusalén.

El ex presidente y ex primer ministro de Israel, Shimon Peres, fue sepultado este viernes en el cemeneterio nacional Monte Herzl, en Jerusalén, en una ceremonia a la que asistieron decenas de líderes mundiales, quienes elogiaron sus esfuerzos por buscar la paz, aun cuando su visión de un Nuevo Medio Oriente nunca se hizo realidad.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el ex mandatario Bill Clinton, así como el dirigente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, encabezaron la larga lista de líderes que se congregaron para la ceremonia fúnebre.

Peres fue enterrado hacia el mediodía, a unos metros de donde reposa otro Nobel de la Paz, Yitzhak Rabin, el primer ministro asesinado por un judío extremista en 1995.

Estamos reunidos aquí hoy sabiendo que nunca vio cumplido su sueño de paz. La región está en medio de un momento caótico. Cunden las amenazas. Y sin embargo Peres no dejó de soñar y no dejó de trabajar, dijo el mandatario estadunidense.

Él estaba convencido que la seguridad a la que aspira Israel pasa por la paz con los árabes y los palestinos, y por la creación de un Estado palestino, dijo Obama. Por supuesto...sabemos que Shimon nunca vio concretado su sueño, señaló.

La creencia de que el mañana puede ser mejor nos hace no sólo honrar a Shimon Peres, sino quererlo, agregó al despidirse con la frase en hebreo Todá rabá javer yakar (Muchas gracias mi querido amigo).

Las exequias de Peres, fallecido el miércoles a los 93 años, fueron un homenaje a uno de los fundadores del Estado de Israel e impulsor de los acuerdos de Oslo, que debían allanar el camino a la paz con los palestinos y los árabes.

Peres, quien murió por un accidente vascular cerebral, era el último sobreviviente de los tres galardonados con el Nobel de la Paz en 1994 que recompensó su implicación en el acuerdo de Oslo. Rabin y el palestino Yaser Arafat, fallecido en 2004, fueron los otros dos premiados. El pacto sentaba las bases de una autonomía palestina y ofrecía una esperanza, hoy bien lejana, de resolver el conflicto palestino-israelí.

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El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu con el presidente palestino Mahmoud Abbas en el funeral de Shimon Peres en Jerusalén. Imagen proporcionada por la Oficina de Prensa de IsraelFoto Afp

A pesar de Oslo y la conversión a la paz de este antiguo halcón, los palestinos tienen una imagen negra del que fue instigador de la colonización judía y hombre de la guerra y la ocupación.

Peres, con 70 años de carrera política, en todos los puestos: ministro de Defensa, de Relaciones Exteriores y presidente, avaló también los primeros asentamientos ilegales de judíos en Cisjordania reocupada y era primer ministro cuando la aviación israelí bombardeó el pueblo libanés de Qana, que dejó 106 civiles muertos en 1996.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, reconoció en Peres a un gran hombre para Israel y para el mundo, pero afirmó que la seguridad pasa antes que la paz.

Peres y Netanyahu mantuvieron siempre un enfrentamiento político y tenían percepciones del mundo muy diferentes. Pero el actual primer ministro dijo que tenían una fuerte relación personal y describió al ahora fallecido líder israelí como un hombre con visión.

Fue necesario el fallecimiento del que había negociado los acuerdos de Oslo para que Abbas efectuara su primera aparición pública en Jerusalén en años. Al llegar, el presidente de la ANP estrechó la mano de Netanyahu, con quien habló brevemente. Los dirigentes no se reúnen desde 2010.

En su portunidad, Clinton describió a Peres como un gran defensor de nuestra humanidad común y rechazó a los críticos que retratan al israelí como un soñador ingenuo. Sus detractores le reprocharon ser un soñador ingenuo y exageradamente optimista, dijo el ex presidente, que presidió en 1993 el histórico estrechón de manos de los enemigos israelí y palestino.

Entre los dignatarios extranjeros estaban el presidente francés Francois Hollande, el príncipe Carlos de Gran Bretaña, el presidente alemán Joachim Gauck y el primer ministro canadiense Justin Trudeau, entre otros.