Sociedad y Justicia
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El éxito del programa instaurado hace 19 años es relativo, por falta de crecimiento económico

Prospera, insuficiente ante problemas del país: experto
 
Periódico La Jornada
Lunes 3 de octubre de 2016, p. 33

Prospera, el principal programa social del gobierno federal, se ha quedado chico para los problemas del país, aunque fue pionero hace 19 años, cuando comenzó a aplicarse bajo el nombre de Progresa. En este periodo ha tenido un éxito relativo, pero mientras no haya una economía fuerte, ningún programa será suficiente, sostuvo Rodolfo de la Torre, del Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

En 1997, Prospera fue uno de los primeros programas de transferencias condicionadas que se estableció en el mundo. Entre 2002 y 2013 tuvo el nombre de Oportunidades. Hay 6.8 millones de familias beneficiarias, alrededor de 30 millones de mexicanos, que reciben apoyo monetario a cambio de que los niños vayan a la escuela y a servicios de salud. Según la coordinadora nacional del programa, Paula Hernández, entre sus logros están que ha elevado la escolaridad promedio y cayó el trabajo infantil en 13 por ciento.

De la Torre sostuvo en entrevista que México, junto con Brasil, con las transferencias condicionadas puso en el mapa una forma de hacer política social. Las evaluaciones apuntan a que en sus objetivos de mejorar la salud, educación, el capital humano, cumplió en general. Pero estaba pensado como complemento a una economía en crecimiento; al no crecer ésta, el capital humano que se formó no se ha podido insertar en el mercado de trabajo.

Agregó que la pobreza sigue elevada, pero los programas sociales no han sido diseñados para acabar con ésa, sino para remediar situaciones extremas y dar el potencial a las personas para que se inserten y se sostengan por medios propios, pero mientras no tengamos una economía fuerte Prospera será insuficiente. Explicó que hay avances en el combate a la pobreza extrema, pero aun así, ésta no se resuelve con el programa.

De la Torre consideró que la falta de un mercado dinámico que genere empleos de calidad es lo que impide que se rompa el círculo intergeneracional de la pobreza. Los niños tienen mejor alimentación, asisten a la escuela, hay un tema de calidad, el objetivo de que vayan se cumple; cuando llegan a 15 y 18 años, algunos estudian, pero la mayoría piensan en contribuir al sostén de la familia. Es donde el mercado de trabajo no ayuda, pero eso no depende de Prospera.

Lo que haría falta, una idea que comenzó a explorarse con la Cruzada, es que los programas no sean sólo de transferencias, sino de inserción productiva. Esto tiene que explorarse, siempre con la idea de que una actividad productiva depende de la dinámica económica. No hay que depender por completo de los programas sociales para superar la pobreza.

Graciela Teruel, consejera académica del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, sostuvo que aunque los datos de pobreza moderada por ingresos en las dos últimas décadas se han mantenido estables (alrededor de 53 por ciento de la población), no quiere decir que el programa no haya funcionado. Dijo en entrevista que se va a evaluar a largo plazo para saber cómo están ahora los jóvenes que fueron beneficiarios de niños.