15 de octubre de 2016     Número 109

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

mesa desarrollo

Cosmovisión Tseltal en la búsqueda
del Lekil Kuxlejal (la vida buena)

Dionicio Toledo Hernández Indígena tseltal


FOTO: Mauricio Romero Mendoza

La lucha y resistencia de los pueblos indígenas ha sido permanente, todo en pro de la conservación y de generar nuevas miradas, ideas y acciones para fortalecer nuestra cultura, lengua y tradiciones. En resistencia o en silencio ha sido nuestro caminar, pero un caminar seguro aun sufriendo los obstáculos y la estrategias de tentación que ha generado el Estado para dañar nuestra  identidad. Se han menospreciado siempre el pensamiento y las prácticas ideológicas de nuestros pueblos indígenas como son las formas de generar economía, las formas organizativas y miradas propias de desarrollo desde una visión de sobrevivencia y sustento colectivo.

Han ignorado los reclamos, propuestas e iniciativas expresadas desde la voz de los más necesitados en busca de inclusión, democracia y respeto. Aun así e incluso en la oscuridad, sin permiso, la historia organizativa de los indígenas sigue cobrando fuerza, porque lo importante es hacer lo que queremos para nuestra buena vida (Lekil Kuxlejal). Se han optado nuevas estrategias para el Lekil Kuxlejal (desarrollo desde lo local), abriendo una nueva brecha definida como el camino de los pobres, donde la diversidad cultural se siembre, se desarrolle, florezca y se coseche. Por lo cual desde el corazón, pensamiento y manos indígenas tseltales, se ha venido transformando la sociedad desde los problemas, obstáculos y dificultades hacia la promoción del diálogo, la comprensión y voluntad de unir las fuerzas.

Somos Bats’il Ants-Winik tseltal (hombres y mujeres legítimos). Los tseltales habitamos en las regiones Selva y Altos en Chiapas, somos  461 mil 236. Aunque somos mayoría en Chiapas, para el estado siempre hemos sido minoría, poseemos la lengua originaria tseltal, conocida como Bats’il K’op (la palabra verdadera o legitima). Con ella transmitimos nuestro pensamiento, tradiciones, costumbres y la forma de ver el mundo. Esto es parte fundamental de nuestra identidad.

Te stalel te bat’sil Ants-Winik (los tseltales y su cultura), sok Te Sjajchibal balumilal (el origen del mundo). Tenemos una concepción propia de nuestra cultura como Jtaleltik (lo que somos y lo que nos identifica), desde nuestras vestimentas, formas de organizar, formas de impartir la justicia y sobre todo la forma de relacionarnos con Nantik Lum (la madre naturaleza), así como también la forma de reproducción de conocimientos por medio de las costumbres y tradiciones.

Los tseltales tenemos una visión mitológica del origen de mundo, en la cual existe una  integración de todos los seres vivos y divinos: nosotros somos parte de la naturaleza y la naturaleza es parte de nosotros, hay una construcción de conocimiento y prácticas de manera cíclica donde todo tiene vida y todo tiene relación. Ello se observa en los sucesos provocados por nuestros errores como humanos.

Existe una distribución de tiempo y del espacio en la cultura tseltal. (ver esquema en página 22).

Forma de organización de las comunidades indígenas tseltales. Desde hace muchos años, pero muchos años, nuestros antepasados, nuestros abuelos, nuestros padres, y hasta ahora nosotros, vivimos aplastados, por gente que nos domina, gente que no asimila la diversidad cultural. Hemos sido esclavos en las fincas, sufrimos hambre, enfermedades, pobreza, ignorancia, falta de dinero y somos engañados en los precios de nuestros productos.

Por ello, desde el congreso indígena de 1974 realizado en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, los pueblos indígenas de Chiapas, principalmente tseltales, tsotsiles, ch’oles y tojolabales, iniciaron un proceso organizativo de lucha en la defensa de sus derechos, territorios y recursos naturales, y en búsqueda de una educación y salud justa.

Los tseltales denominamos este proceso organizativo de lucha como el “camino de los pobres” y comenzamos haciéndonos una pregunta: ¿Será que sólo un pueblo indígena está aplastado? ¿Será que sólo una cañada de la selva está aplastada? La respuesta de todos es un NO, porque todos los pobres, todos los indígenas, campesinos y obreros de México y de otras partes del mundo hemos sido explotados, marginados y excluidos.


FOTO: Aleteia Image Department

¿Por qué y cómo unos cuántos son los que aplastan a la mayoría? ¿Será que podemos salir de ese aplastamiento? La respuesta es SÍ PODEMOS, porque somos la mayoría. Pero necesitamos conocer bien ¿quiénes nos aplastan?, ¿cómo nos aplastan?, ¿con qué nos aplastan?, para buscar estrategias correctas de organización y ganar la lucha para acabar con la explotación.

También como tseltales hemos analizado la llamada “lucha de clases”. Es una forma de dominación que practican desde hace mucho los ricos contra los pobres e indígenas, o sea es una lucha entre los explotadores y los explotados. Y sólo hemos visto que ganan los ricos y pierden los pobres e indígenas. Por eso cada vez hay más pobreza, migración, sufrimiento. Nos han tapado los ojos y los oídos con la finalidad de no nos demos cuenta de todos los planes de saqueo, explotación y humillación que nos hacen.

Para nosotros, la lucha se da de tres maneras, la económica, la política y la ideológica.

La lucha económica se da por el trabajo; los ricos luchan por quitar más el producto del trabajo a los pobres, y los pobres porque nos les quiten el fruto de su trabajo. Por ejemplo, la lucha económica de los campesinos es lucha contra los finqueros, ganaderos, terratenientes y empresarios.

Entre los ricos y los pobres existe una forma de organización diferente. Los ricos llevan mucho tiempo dominando y explotando, tienen muchas formas de organización económica y saben manejarla. Así, existen las cámaras de comercio, las asociaciones ganaderas, las asociaciones de banqueros e industriales, empresas nacionales y trasnacionales, orientadas todas hacia la acumulación de prosperidad con riqueza económica.

Los pobres tenemos formas de organización económica diferentes, pero muy débiles todavía, y a veces estamos divididos, no por nuestra culpa sino porque no nos dejan ejercer como queremos. Siempre hay obstáculos para los procesos de organización económica indígena. Algunas formas de organización son: los grupos, las cooperativas y las uniones ejidales.

Estas formas de organización de los pobres, si se trabajan bien, permiten: 1) mejorar un poco, 2) la movilización, organización y preparación de grandes grupos y 3) desarrollar luchas superiores.

Pero los pobres debemos saber lo siguiente:

Que la pura lucha económica no elimina la explotación.

Que actualmente en esa lucha económica hay mucha división entre los mismos pobres e indígenas.

Que la lucha económica con la ideología de los ricos sólo nos engaña, porque nos hace creer que esa lucha es omnipotente para resolver los problemas, y eso es mentira.

Esta lucha económica, para que sea la lucha de los pobres, tiene que ir unida con otra lucha superior que acabe con la explotación y esa es la lucha política, que es prácticamente una lucha por el poder, por todo poder, el poder del gobierno, del ejército, de la policía, de los jueces, diputados y senadores, de los que dirigen el país. Un poder donde los indígenas y los pobres no tienen cabida, donde son los que sufren las consecuencias de dicho poder.

Algo que no hemos entendido es que los que están en el poder fueron elegidos por el pueblo, por la gente, indígena o no, por lo tanto es importante reflexionar que verdaderamente el poder radica en el pueblo, en la gente, pero hay que hacerlo valer y ejercerlo.

Hasta ahora el poder político lo tienen los ricos. Los pobres lo ejercen en las Asambleas, Comisariados, Consejos de Vigilancia y Agentes. Ese ya es poder político, todavía chiquito pero ya le está haciendo frente al poder político de los ricos.

La forma fuerte y grande de organización para la lucha política es la organización en partido. El partido es una organización que une y organiza todas las fuerzas de la gente que defiende los mismos intereses, y crea poder para defender esos intereses. Los pobres e indígenas no estamos aún organizados en partido, pero poco a poco debemos crear la fuerza, haciendo la lucha política en los ejidos, en las cañadas, en el municipio, entre los tseltales, en todo el estado de Chiapas y en todo el país. En la lucha política, cuando los pobres tengan el poder, se acabará con la explotación. Debemos tener fuerza en nuestro corazón para luchar sin descanso, porque la lucha política es larga y difícil.

Lekil Kuxlejal, una aproximación al desarrollo. A lo largo de nuestra historia, como tseltales hemos sido siempre excluidos, por la forma de generar desarrollo de los que quieren un México homogenizado. Para nosotros ese es “un desarrollo desde afuera”, por considerar que ha sido definido y trabajado en distintas formas teóricas y conceptuales desde posturas dominantes, con una clara idea de exclusión y de discriminación de los pueblos indígenas. Se trata de un desarrollo que se basa en el crecimiento económico lineal, separado de la sociedad y la naturaleza misma, conduciendo hacia una estrategia de acumulación y sobreexplotación de los recursos, humanos y materiales.

Lo que nosotros pensamos, hacemos y sentimos sobre el desarrollo, desde nuestra palabra es el Lekil Kuxlejal, que traducido al castellano significa la buena vida. Esta es una concepción desde el sujeto, fundamentada en la cosmovisión del pueblo tseltal que habita en las Cañadas de la Selva Lacandona, con principios y valores éticos y morales; una concepción amplia pero a la vez concreta donde el desarrollo desde lo Occidente queda muy chico.

El desarrollo desde el sujeto tiene que ser un desarrollo integral, una buena vida que no se limita a los bienes materiales. Incluye los valores humanos, morales y espirituales. El Lekil Kuxlejal es una filosofía de vida, misma que no es exclusiva del pueblo tseltal, se encuentra en construcción, es un punto de partida hacia un desarrollo diferente, en donde la concepción de un crecimiento basado en la explotación de los recursos naturales como fuente inagotable de riqueza es insostenible.

La palabra Lekil literalmente es traducida como “bueno”; lekilaltik, “nuestro bien”, y desde la concepción tseltal implica estar bien, sano, en armonía y paz con todo lo que nos rodea, brindando un lugar a cada elemento que conforma la vida cíclica del indígena. Implica un equilibrio entre la madre tierra y los seres humanos. Por otro lado, la palabra Kuxlejal literalmente es traducida comovida” e implica el reconocimiento de las situaciones vivenciales, de las capacidades de mejorar la vida, de lo terrenal y de lo no terrenal. No se está hablando sólo de la vida material, de lo que tiene que ver con la vida en la Tierra, sino con lo que existe más allá de la muerte, es decir, la conexión que existe entre el espíritu, el alma y el nagual.

El pueblo tseltal considera a la fuerza del trabajo cotidiano como una manera en la que se puede acceder al Lekil kuxlejal. Con el crecimiento de los cultivos crece la fuerza necesaria para realizar el trabajo cotidiano. Los elementos necesarios para lograr el Lekil kuxlejal, simbólicos o materiales, se encuentran en este mundo, han sido otorgados por una entidad divina y el ser humano los puede generar con las celebraciones que realiza individual o colectivamente.

El Lekil kuxlejal representa un fundamento moral de la vida cotidiana entre los miembros del pueblo tseltal, que se encuentra determinada por la interrelación de diversos factores ecológicos y morales. Formar una familia en la que se establezcan acuerdos, se logre generar un ambiente de respeto y una armonía entre todos sus miembros es una forma de propiciar una buena vida. Para ello, es necesario el cuidado del medio ambiente y el respeto hacia la madre tierra. El reconocimiento de la grandeza de los ancianos, que tienen una vida larga porque Dios se las ha concedido como recompensa a su nobleza y sabiduría. Es verdaderamente un sueño un anhelo que nosotros como tseltales vamos construyendo y reconstruyendo, es nuestra utopía. Por ello es necesario voltear a mirar hacia atrás, valorar nuestra historia y unir nuestras fuerzas interiores y exteriores.

La dimensión moral del Lekil kuxlejal implica un respeto constante hacia los padres, los hermanos, los compañeros, la comunidad. Es necesario evitar generar conflictos y no emitir mentiras ni falsos testimonios. Así cada individuo podrá tener una buena vida, en la medida en que reconozca humildemente la grandeza de cada uno de los individuos con los que se relaciona en diferentes espacios. La buena vida vendrá en la medida en que sean capaces de resolver conflictos llegando a acuerdos que sean realmente respetados. Entra verdaderamente la función de cada sujeto, de poner en acción las capacidades y compromisos de cada uno y con la disponibilidad de ciertas herramientas, materiales e instituciones propias de los sujetos.

Algunos ejemplos de acciones concretas de las comunidades tseltales para el Lekil Kuxlejal.
-Muchos de los tseltales estamos agrupados en organizaciones sociales como la Asociación Rural de Interés Colectivo Unión de Uniones Histórica (ARIC UUH), donde nos reunimos para analizar, planear, organizar y evaluar nuestras áreas de trabajo (educación, salud, mujeres, derechos humanos, tierra y producción); estructuramos nuestra organización, y distribuimos responsabilidades. Muchas veces como autoridades cumplimos múltiples funciones; educador, abogado, médico, juez, campesino, psicólogo, etcétera.

-En la educación, diseñamos, creamos y desarrollamos un proyecto educativo autónomo, Educación Comunitaria Indígena para el Desarrollo Autónomo (Ecidea) con una propuesta curricular y metodológica propia, innovadora y con enfoque de educación intercultural.

-En la producción, creación de sociedades cooperativas de producción, implementación de jardines policultivos, eco-tecnologías, milpas y cafetales orgánicas, en los solares familiares y en los Centros de Investigación Infantil Comunitario (conocidos comúnmente como escuelas).

-En la salud, creación de jardines botánicos, encuentros de médicos tradicionales, formación de auxiliares de salud, preparación de medicamentos naturales, procesos de investigación de plantas medicinales en la región, etcétera.

-Mantener coordinación y comunicación con diferentes sectores y organizaciones sociales para la resolución de conflictos, así como con los hermanos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), pues desde lo más profundo de nuestro ser somos todos parte de este movimiento.

Como pueblo tseltal aquí seguiremos luchando para ejercer nuestros derechos a una buena vida. Cueste lo que cueste, los procesos locales seguirán avanzando, lento, en silencio, pero seguro, demostrando la capacidad de construir una sociedad incluyente donde todos tengamos cabida, donde todos construyamos y donde todos mandamos y obedecemos.

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