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El máximo escaparate editorial en el mundo evoluciona e incluye lo digital

Hace tiempo que la Feria de Fráncfort dejó de ser un acto sólo literario

Una tablet es un medio fantástico para un artista; sólo se necesita usar los dedos para pintar, no se precisa pincel ni agua y la paleta de colores y el lienzo nunca se acaban, sostuvo David Hockney

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Atisbo femenino a la lectura en la víspera de la inauguración oficial, que será este miércoles, de la edición 68 de la Feria del Libro de Fráncfort, cuyas múltiples actividades concluirán el domingo 23 en esa ciudad alemanaFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Miércoles 19 de octubre de 2016, p. 5

Fráncfort.

Hace tiempo que la Feria del Libro de Fráncfort dejó de ser un acto meramente literario. Cada año, este escaparate global, que ayer se inauguró en la ciudad del Meno, da muestras de mayor creatividad y se lanza sin complejos a explorar los límites del negocio editorial.

En su edición 68, el mundo del arte, en su vertiente más tecnológica, ha logrado colarse por la puerta grande. El hecho de que el pintor y creador multimedia británico David Hockney fuese ayer el maestro de ceremonias durante la rueda de prensa de apertura de la feria constituye todo un aviso a navegantes.

“Una tablet es un medio fantástico para un artista; todo lo que uno necesita es usar los dedos (para pintar), no se precisa ni pincel ni agua y la paleta de colores y el lienzo nunca se acaban”, dijo Hockney, de 79 años.

Además de artistas de renombre internacional, a la ciudad del Meno han llegado representantes de museos como el MoMA, de Nueva York, arquitectos, comisarios de exposiciones, expertos en propiedad intelectual y directivos de start ups que reflexionarán en The Arts+ sobre las posibilidades que brinda la mezcla entre la tecnología y el mundo del arte.

Se trata de una especie de feria dentro de la propia feria, de un aparte que busca profundizar en el potencial de las nuevas tecnologías, como la 3D, la inteligencia artificial o la realidad aumentada, a la hora de crear una nueva industria cultural.

El arte quiere ir de la mano del negocio editorial, consciente de que las fronteras entre las distintas disciplinas se desvanecen.

Esa es una premisa que tienen muy presente los invitados de honor, Holanda y Flandes, que en víspera del arranque oficial de la feria trabajan a destajo para sacar adelante uno de los proyectos artísticos más innovadores que se podrán ver este año en Fráncfort.

Epicentro del negocio editorial

Somos un grupo de 20 artistas, 10 holandeses y 10 flamencos, que vamos a hacer un libro de cómic cada día uniendo nuestras ideas e imprimiendo un cómic al día mientras dure la feria. A las 17 horas repartiremos los libros, un total de 500, y cuando se acaben, se acabó, asegura el ilustrador Ruben Steeman.

Ese dibujante holandés también ha traído a Fráncfort su obra 2,500 Dagen Rust, que compila todos los diseños que realizó cada día durante siete años. Es un libro en forma de cubo, es tan alto como ancho. Siempre presumo de que es el libro más gordo, dice entre risas.

Esto es lo que compartimos es el eslogan con el que Holanda y Flandes se presentan en la ciudad alemana. Preguntado por los puntos en común entre el país y la región belga, Ruben Steeman no bromea contestando cerveza y papas fritas. A su entender, el denominador común es el amor por hacer un buen trabajo.

Al igual que en 2015, se espera que a la feria, la cual se inicia mañana de manera oficial, acudan cerca de 7 mil expositores provenientes de más de 100 países, lo que demuestra que año tras año Fráncfort se erige como el epicentro del negocio editorial al tiempo que mantiene su atractivo para el público y sigue siendo un festival literario en el que se dan cita cerca de 600 autores y se desarrollan casi 4 mil actividades.