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Los de Abajo

Un Salto de Vida

P

or increíble que parezca, de la muerte nace vida y de la destrucción inducida desde arriba crece abajo la organización que, sin falsos optimismos, lleva a la resistencia y la creación. Sí, sobre la pestilencia, nace el verde.

Esto es lo que ocurre en El Salto, Jalisco, donde baja la cascada del río Santiago, refugio natural de generaciones pasadas que nadaban y pescaban en sus aguas y hoy luchan por sobrevivir. Aquí se concentran todas las atrocidades del capitalismo y las perversiones de los gobiernos en turno. Más de 250 empresas vacían sus residuos tóxicos sobre el ex paraíso tapatío, la espuma blanca cae en forma de nubes envenenadas y la hediondez penetra las vías respiratorias.

A las aguas del río Santiago cayó el niño Miguel Ángel López el 26 de enero de 2008; 19 días después falleció con altos niveles de arsénico en su sangre, uno de los más de mil distintos contaminantes, entre ellos mercurio y cromo, que se vierten impunemente en el río y que han ocasionado más de 600 fallecimientos. Su muerte no fue en vano. Se prendieron las alertas sobre la contaminación que los pobladores originales ya denunciaban sin que nadie les hiciera caso.

Un Salto de Vida nace de la organización para defender no sólo un río, sino un modo de vida con la naturaleza. La organización lleva más de 10 años luchando contra las empresas y los gobiernos, pero sus esfuerzos se han topado con la corrupción, las burlas y las complicidades entre los aparatos de poder. Lejos de cansarse (o con todo y el cansancio) optaron por la vida y la construcción.

Para nosotros, dice Sofía, de Un Salto de Vida, “la lucha es cotidiana, no es un hobby al que queramos dedicarle un tiempo de nuestra vida. Desde que amanece pensamos en lo que queremos hoy para nuestra vida”.

Nosotros, asegura Sofía Encizo, creemos que un río es el eje de la vida, y si el río esta dañado, nosotros también. A un lado su compañero Alan limpia un predio en las alturas del Cerro de las Cabras, en el que planta árboles que rescatan de las orillas del río. Huamúchiles y nopales xoconostle es algo de lo mucho que se siembra para que no se extinga.

De las movilizaciones pasaron a las acciones. Un Salto de Vida dedica ahora parte de su esfuerzo al crecimiento de un vivero, porque si van a hacer una carretera, un fraccionamiento o lo que sea, los árboles siempre van a estar, porque son la resistencia.

El Estado, afirma Enrique Encizo, es una gran farsa, no está interesado en los pueblos y en su vida. Esto es una guerra contra nosotros, por lo que decidimos hacer cosas diferentes, sobre todo con los jóvenes.

www.desinformemonos.org