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Ayer fue la décima edición del encuentro anual de arte popular

Entre atónitas miradas desfilaron alebrijes por calles de la capital
Foto
El desfile congrega a los capitalinos en el Zócalo y las avenidas 5 de Mayo, Juárez y Paseo de la ReformaFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Domingo 23 de octubre de 2016, p. 3

Las miradas de sorpresa y felicidad de cientos de niños, la música de banda y batucada, los saltimbanquis, las porras de los jóvenes, la presencia de personas disfrazadas de calacas, zombis y diablos y, por supuesto, la magia de las criaturas aladas, hicieron del Desfile y Concurso de Alebrijes Monumentales una fiesta popular en pleno centro de la Ciudad de México.

La décima edición del Desfile, que organiza el Museo de Arte Popular, se ha convertido en una tradición que cada año congrega a los capitalinos en el Zócalo y las avenidas 5 de Mayo, Juárez y Paseo de la Reforma.

Desde las primeras horas de ayer los enormes alebrijes que se encontraban a un costado de la Plaza de la Constitución fueron motivo de miles de fotografías de la gente que esperaba el inicio del desfile. Desde los tradicionales dragones con garras hasta elefantes, leones y gatos, todas esas figuras fantásticas fueron captadas por el público.

El rostro de sorpresa de los niños que veían a esos seres multicolores contrastaba con la cara de cansancio de los artesanos que elaboraron los alebrijes en sus talleres. Pero al final valió la pena su esfuerzo, asegura Adrián Daniel Velázquez, autor del alebrije que lleva el nombre Samsa, uno de los que llamaron más la atención de la gente.

¡Gyau!, exclama una niña- al ver a un animal imaginario lleno de colores fosforecentes y con enormes colmillos, mientras su padre trata de explicarle qué es un alebrije.

Aún no empezaba el desfile y muchos jóvenes bailaban al ritmo de banda cerca del alebrije Huexolocoyotl, creado por Jorge Francisco Montoya, del taller del municipio de Coyotepec. Muy cerca de ellos se encontraban los bichos monumentales del Instituto Politécnico Nacional (IPN): Coatlipoli y Poli Tlamatli, dedicados al 80 aniversario de esa institución y al centenario de una de sus unidades académicas más antiguas, la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, antes Escuela Nacional de Artes y Oficios.

Dotados con mecanismos motorizados, de luz y sonido, Cloatlipoli es una serpiente que movía la cabeza, boca y parte de su cola, en tanto Poli Tlamatli, con forma de tortuga, retraía la cabeza y simulaba nadar.

Esas criaturas fueron unas de las 200 que participaron en el desfile, el cual comenzó después del mediodía, cuyo recorrido de más de cuatro kilómetros partió del Zócalo capitalino hasta la glorieta del Ángel de la Independencia.

Desde las ventanas de algún edificio de la calle 5 de Mayo, sentados en las banquetas de avenida Juárez o de pie sobre Paseo de Reforma, la gente seguía con detalle el desfile de los seres de ensueño que invadieron las calles de la ciudad y que por más de dos horas sacaron de la rutina y del ajetreo a sus habitantes.

Ni león ni gato

Al paso de los enormes alebrijes la gente aplaudía y les tomaba fotografías con el teléfono celular; los niños generalmente apuntaban con su dedo la figura que les llamaba la atención y con gran seguridad afirmaban: es un león, es un gato, es un gusano, y sonreían.

Pero la verbena popular también arrancó sonrisas a los adultos, que disfrutaron el colorido de los alebrijes y la música de la banda, y se sumaba a las porras y cantos de los más jóvenes; incluso, hubo quien se animó a bailabar con la batucada.

Mientras el desfile se acercaba a la glorieta del Ángel de Independencia, la policía recomendaba a la gente ubicada en el camellón de Paseo de la Reforma que se pasara a la acera porque el tránsito a los autos se abriría pronto.

El ruido de los coches puso fin a una edición más del tradicional desfile de alebrijes, procedentes de los estados de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Querétaro, San Luis Potosí y Tlaxcala.

Las creaciones fantásticas permanecerán en exhibición hasta el 6 de noviembre en las aceras de Paseo de la Reforma, entre las glorietas del Ángel de la Independencia y la Diana Cazadora. Además, las mejores creaciones serán galardonadas en una ceremonia que se realizará el 29 de octubre a las 19 horas en el Museo de Arte Popular.

Los ganadores de los tres primeros lugares del concurso recibirán 60, 40 y 30 mil pesos, respectivamente.