Opinión
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Desde el otro Lado

Bad hombre

E

n 1860 se celebraron elecciones presidenciales en EU, pero los resultados fueron desconocidos porque el Partido Demócrata consideró que el triunfo del candidato del Partido Republicano, Abraham Lincoln, había sido fraudulento. Fue una de las causas de la guerra civil. El resto de la historia es conocido de sobra.

Lo insólito 156 años después: el candidato del Partido Republicano, Donald Trump, afirma que aceptará los resultados de la elección del próximo noviembre… siempre y cuando él gane. Lo que pudiera ser solamente una mala broma, puede tener condiciones funestas en el actual clima electoral. Si los partidarios de Trump se toman en serio aquello de no reconocer los resultados por fraudulentos, no conducirá a otra revolución como en 1860, pero sí causará muchos temores y sobresaltos. Cabe imaginar un escenario en que los partidarios de Trump estén vigilando las casillas para cuidar el voto en uno de los estados donde es legal la portación de armas. Cualquier confrontación pudiera derivar en un problema mayor.

Por otro lado, la actitud de Trump ha puesto en un brete a los candidatos republicanos a puestos de elección popular, particularmente en el Senado y la Casa de Representantes. Si deciden apoyar sus bravatas, perderán los votos de quienes, alarmados por su conducta, piensan votar por Hillary o simplemente no sufragar; muchos son votantes independientes e incluso republicanos. Si deciden darles la espalda, perderán los votos de los millones que lo apoyan. Un callejón sin salida.

Para colmo de males del liderazgo republicano, Trump volvió a su discurso antinmigrante en los peores términos. Se mofó de los mexicanos nuevamente cuando, al exponer su política migratoria, se refirió a ellos con el calificativo de hombre malo; entendido en el contexto del debate, fue una forma peyorativa de describirlos. Las reacciones de protesta de la comunidad de origen hispano se reflejaron de inmediato en los medios de comunicación y las denominadas redes sociales. Si aún quedaba alguna duda de la preferencia del voto hispano, Trump se encargó de despejarla.

Faltan escasos 22 días para la elección, y todo indica que Hillary Clinton tiene cada vez más posibilidades de llegar a ser, una vez más, la próxima huésped de la Casa Blanca. Lo más alentador es que muy probablemente su partido también logre la mayoría en el Senado. De acuerdo con las encuestas de opinión, Clinton tiene 330 votos por 190 de Trump en el Colegio Electoral, y su ventaja en el voto popular es entre cuatro y seis puntos. En el Senado, por lo menos cinco candidatos demócratas tienen la oportunidad de arrebatar la mayoría a los republicanos.