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Deben conservarse en un lugar aprobado por la Iglesia, ordenó el Vaticano

Prohíben esparcir o guardar en casa las cenizas de los muertos

Emitió el precepto para contrarrestar ideas nuevas contrarias a la fe de la Iglesia, señaló

 
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de octubre de 2016, p. 35

Ciudad del Vaticano.

Las cenizas de los católicos que desean ser cremados no pueden ser esparcidas, divididas ni conservadas en la casa, sino que deben ser guardadas en un lugar aprobado por la Iglesia y consagrado, de acuerdo con las nuevas normas emitidas ayer por el Vaticano.

Las instrucciones fueron divulgadas días antes del 2 de noviembre, Día de Muertos, cuando los fieles recuerdan a sus difuntos y oran por ellos.

Durante la mayor parte de su historia bimilenaria, la Iglesia católica sólo permitió el entierro con el argumento de que expresaba mejor la esperanza en la resurrección. Pero en 1963 el Vaticano autorizó explícitamente la cremación, siempre que no implicara la negación de la fe en la resurrección.

El nuevo documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe insiste en que es preferible el entierro, y las autoridades califican la cremación de destrucción brutal del cuerpo. Asimismo, expresa las normas para conservar las cenizas del número creciente de católicos que prefieren la incineración por razones económicas, ecológicas o de otro tipo.

Aseveró que lo hace para contrarrestar ideas nuevas contrarias a la fe de la Iglesia que surgieron desde 1963, como las del New Age, según las cuales la muerte es una fusión con la Madre Naturaleza y el universo o la liberación definitiva de las ataduras del cuerpo.

El Vaticano expresó que las cenizas y fragmentos óseos no se pueden conservar en casa porque con ello se priva a la comunidad católica de recordar al difunto. Por eso las autoridades eclesiásticas deben escoger un terreno consagrado, como un cementerio o templo, para recibirlas.

Casos extraordinarios

En casos extraordinarios un obispo puede permitir que se conserven las cenizas en la casa, dice el documento. Funcionarios vaticanos no aclararon cuáles son esas circunstancias, que presumiblemente serían propias de países donde los católicos son una minoría perseguida o donde sus iglesias y cementerios sufren ataques de vándalos.

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El documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe que incluye las instrucciones para disponer de los restos de los difuntos fue aprobado por el papa Francisco el 18 de marzoFoto Ap

El texto señala que las cenizas no pueden repartirse entre familiares, conservar en relicarios ni dispersar en el aire, la tierra o el agua, porque ello crea la apariencia de panteísmo, naturalismo o nihilismo. Reitera la doctrina de que a los católicos que optan por la cremación por razones contrarias a la fe se les debe negar la sepultura cristiana.

Las nuevas instrucciones están fechadas el 15 de agosto y se indica que el papa Francisco las aprobó el 18 de marzo. Se le preguntó al autor del documento, el cardenal Gerhard Mueller, si el pontífice expresó reservas sobre el texto, en particular la negativa a permitir que los familiares conserven las cenizas en casa.

El cuerpo muerto no es propiedad privada de los parientes, es más bien un hijo de Dios que forma parte del pueblo de Dios, aseveró Mueller en conferencia de prensa. Tenemos que superar este pensamiento individualista.

Aunque las instrucciones hacen hincapié en que los restos no deben ser esparcidos, funcionarios del Vaticano señalaron que no se prevé recoger los restos de santos que están dispersos por templos alrededor del mundo. La práctica de dividir los restos para su veneración –una mano aquí, un hueso del muslo allá– estuvo de moda hace siglos, pero ya no es aprobada. Ir a todos los países que tienen la mano de alguien provocaría una guerra entre los fieles, dijo monseñor Ángel Rodríguez Luño, asesor teológico del Vaticano.