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Un héroe para criminalizar a las víctimas. Respuestas
L

as respuestas en las redes sociales a mi artículo anterior confirman el punto de partida: con excepciones, quienes exigen una medalla para Gonzalo Rivas Cámara lo hacen para criminalizar a los normalistas de Ayotzinapa. Y lo realizan con argumentos llenos de odio, clasismo y racismo.

Releo las crónicas de aquel día: los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa viven en permanente movilización, defendiendo su escuela de una sostenida ofensiva gubernamental en su contra. Las voces que exigen cerrar la escuela y/o desaparecer el normalismo rural no ofrecen ninguna alternativa a dos realidades fundamentales: ¿quiénes cubrirán las plazas de maestros en las comunidades más apartadas, pobres, marginadas de este país, que ellos, los normalistas rurales, ocupan desde hace décadas?, y ¿qué alternativa tendrán cientos de jóvenes campesinos, muchos de ellos indígenas, si les cierran la que hoy tienen?

Por esas razones el 12 de diciembre de 2011 los normalistas de Ayotzinapa decidieron bloquear la autopista del Sol. El doctor Arturo Miranda Ramírez historió detalladamente los hechos de ese día y sus resultados: el bloqueo de una vía federal es un delito que compete a las autoridades federales. La Policía Federal, con auxilio de las fuerzas estatales, decidió desalojar el bloqueo utilizando gases lacrimógenos y accionando sus armas de fuego. Cayeron muertos, con tiros de precisión, dos dirigentes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México: Alexis Herrera y Gabriel Echeverría.

¿Quién disparó? El gobierno federal se atuvo a las conclusiones de la CNDH: los policías ministeriales de Guerrero (el gobierno de ese estado, a su vez, señaló a los federales). Pero han pasado cinco años y hay un hecho innegable correctamente planteado por Arturo Miranda Ramírez: Con estudios de balística y otros medios tecnológicos modernos, si se viviera en un estado de derecho real, seguramente se podría conocer a quien disparó a los estudiantes. Seguimos sin saberlo.

Para hacer olvidar este hecho, desde el ámbito del gobernador Aguirre Rivero se manipuló la atroz muerte accidental (hasta la fecha tampoco esclarecida judicialmente, ni siquiera con una verdad histórica a modo) del ingeniero Gonzalo Rivas, quien falleció a consecuencia de las quemaduras “que sufrió al ser alcanzado por las llamas de una de las bombas incendiadas por desconocidos, que para la versión gubernamental fueron los estudiantes, sin que jamás lo hubiera demostrado, porque diversos videos y testimonios demostraban que los autores no fueron los estudiantes, sino paramilitares, que según diversos testimonios recogidos por ese autor surgieron de entre los policías que bloqueaban el lado poniente del lugar de la represión y tras prender el fuego “se alejaron con rumbo a… donde estaban más policías federales” (Arturo Miranda Ramírez, Los 43 normalistas que conmocionaron a México, 2015, pp. 51-74).

Ignorando esos elementos y acogiéndose a la explicación del gobernador y sus aliados priístas, los medios iniciaron la construcción de un héroe a modo que permitía criminalizar a los normalistas y desviar la atención del asesinato de dos dirigentes a manos de agentes del Estado. Se inventó –contra toda evidencia técnica– que Gonzalo Rivas evitó con su sacrificio la muerte de cientos de personas.

Veamos la versión de la CNDH (http://www.cndh.org.mx/sites/all/doc/ Recomendaciones/ViolacionesGraves/ RecVG_001.pdf). Hacia las 12:07 los federales avanzaron sobre los manifestantes. La granada de gas lacrimógeno disparada por los federales y el incendio de la gasolinera ocurrieron simultáneamente hacia las 12:12. A las 12:14 los federales sometían de manera violenta a quienes estaban a la altura de la gasolinera. La CNDH no atribuye abiertamente el incendio a los estudiantes (puntos cinco a 16), aunque consigna (punto 111, h-i) la declaración de dos testigos que lo hacen. Entre las contradicciones, el tema sigue abierto.

La CNDH concluye: “Hasta el momento la Procuraduría General de la República y su homóloga en el estado de Guerrero no han informado sobre las acciones emprendidas… para esclarecer el homicidio” de Gonzalo Rivas (punto 460). La novena recomendación al secretario de Seguridad Pública dicta que “agilicen las investigaciones que permitan esclarecer el homicidio de (Gonzalo Rivas)… así como las conductas delictivas que se cometieron en contra de las víctimas del delito y el abuso de poder”.

Hay un ilícito que esclarecer. Pero hay quienes ya juzgaron (culpando a una colectividad y no a dos individuos)… uno de los tres homicidios de ese día. Los otros dos no les interesan. O quizá sí, como castigo ejemplar.

Pd: Un tema personal hizo hervir las redes sociales con majaderías que mostraron la cantidad de odio eficazmente cultivado contra los normalistas y los movimientos sociales. Comparto mis tres respuestas sobre la criminalización de la protesta y la banalización del crimen, así como el significado de la ley y el delito: https://lacabezadevilla.wordpress.com/ 2016/10/30/criminalizar-la-protesta-banalizar-el-crimen-tres-respuestas/

Twitter: @HistoriaPedro