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Con poco más de 20 por ciento de mesas escrutadas, obtiene 71.3 por ciento de votos

Daniel Ortega se perfila para su tercera relección consecutiva

El Consejo Supremo Electoral de Nicaragua asegura que el índice de participación es de 65.3%

Opositores del Frente Amplio por la Democracia desconocen el resultado de la farsa electoral

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Daniel Ortega llega al centro de votación que le corresponde, en Managua, acompañado de Rosario Murillo, su esposa y candidata a la vicepresidencia. Al cierre de esta edición se reportó que la jornada electoral se celebró en completa calma en las 17 provincias de NicaraguaFoto Xinhua
 
Periódico La Jornada
Lunes 7 de noviembre de 2016, p. 29

Managua.

El presidente Daniel Ortega se apresta a conseguir su cuarto mandato y su tercera relección consecutiva, al obtener 71.3 por ciento de los votos en las elecciones celebradas este domingo, informó el Consejo Supremo Electoral, que ubicó el índice de participación en 65.3 por ciento.

Al cierre de esta edición, el reporte del CSE, con datos de 21.3 por ciento de mesas escrutadas, se dio a conocer con casi dos horas de retraso a lo previsto inicialmente, y luego de que el opositor Frente Amplio por la Democracia (FAD) de Nicaragua desconoció las elecciones generales por considerar que hubo un índice de abstencionismo superior a 70 por ciento de unos 3.8 millones de ciudadanos convocados.

Se trata de la mayor abstención observada en elección alguna en los últimos 30 años. Es la expresión masiva del rechazo a la farsa electoral y la culminación de la ilegitimidad, aseguró Violeta Granera, coordinadora de la FAD, en rueda de prensa.

Luis Callejas, ex candidato presidencial de la excluida Coalición Nacional por la Democracia, dijo que según observadores movilizados por esa agrupación, entre 75 y 78 por ciento de los electores no fueron a las urnas.

Ortega, ex comandante guerrillero del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), quien llegó a la presidencia en 1979 tras una cruenta guerra civil en la que derrotó la dictadura de Anastasio Somoza y que gobernó hasta 1990, arrasó con 71.3 por ciento de los votos, según el primer boletín del CSE.

La mayoría de los 14 mil 583 centros de votación de los 153 municipios lucieron medio vacíos hacia el mediodía, según constataron periodistas de la agencia Afp, ya que grupos de la oposición llamaron a no votar para restar legitimidad a unas elecciones de las que fueron excluidos por un fallo de la justicia.

La organización civil nicaragüense Panorama Electoral calificó la elección de rala y el FAD habló en un comunicado de una ausencia masiva en las urnas, lo que, a su juicio, significa que el pueblo ha hablado fuerte, claro y cívicamente: no respaldamos la farsa electoral.

Según los opositores, la contienda no fue equitativa debido a que Ortega se midió con candidatos de cinco partidos minoritarios que juntos reunían apenas 10 por ciento de la intención del voto, de acuerdo con encuestas publicadas por el gobierno.

También se eligieron 20 diputaciones nacionales

Los nicaragüenses escogieron además a 20 diputados nacionales, 70 a nivel departamental y regional y 20 al Parlamento Centroamericano.

Luego de sufragar, Ortega, favorito en las encuestas y quien volvió al poder en 2007, dijo sentirse alegre puesto que los comicios transcurrieron con normalidad en todo el país, sin que se reportaran actos de violencia en las 17 provincias.

Este proceso ha sido un proceso totalmente inédito, que le agrega un gran valor a la cultura electoral del pueblo nicaragüense, dijo ante la prensa al sufragar en el sector del parque El Carmen minutos antes del cierre de casillas.

Algunos decían que aquí como que no hay elecciones porque no nos estábamos insultando, porque no nos lanzamos mensajes de odio, porque no nos tocamos tambores de muerte, y gracias a Dios se logró ese milagro, añadió el gobernante, quien en esta ocasión presentó como su compañera de fórmula a su esposa, Rosario Murillo.

Los ex presidentes Fernando Lugo de Paraguay, Vinicio Cerezo y Álvaro Colom, de Guatemala, y Manuel Zelaya, de Honduras, participaron en los comicios en calidad de acompañantes del proceso, así como una misión de la Organización de Estados Americanos, no observadora, aunque el gobierno prohibió la observación independiente.