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Impone castigos a las empresas que inflen datos para que las películas parezcan más populares

China aprueba ley para acabar con los fraudes en taquilla

Se apoyarán las cintas que promuevan la cultura y valores socialistas claves

Las coproducciones serán consideradas domésticas si tienen cierto porcentaje de inversión del país o se comparten ingresos

 
Periódico La Jornada
Martes 8 de noviembre de 2016, p. 9

Pekín.

China, el segundo mercado para el cine a escala mundial, busca terminar con los fraudes en taquilla al imponer castigos para las empresas que falsifiquen datos de ventas de boletos y otra información, según la primera ley cinematográfica del país.

De acuerdo con las autoridades el fraude en taquilla es una práctica común, y el problema es mayor, ya que se espera que los ingresos en las ventanillas de ventas de boletos chinas superen en los próximos tres años a los de Estados Unidos, el mayor mercado cinematográfico del mundo.

La Asamblea Popular Nacional, el máximo órgano legislativo de China, aprobó una ley en el sector. Se confiscarán todas las ganancias ilegales de los distribuidores y los cines y pueden ser multados con más de 73 mil 800 dólares si falsifican la venta de boletos.

Si sus ganancias ilegales superan los 500 mil yuanes, la multa puede ser cinco veces esa cantidad. También pueden ser castigados con una suspensión de operaciones o la revocación de sus certificados comerciales en casos serios.

La ley es la primera de su tipo en el país asiático. Las ganancias de taquilla de China habían superado los 38 mil millones de yuanes hasta octubre, lo que provoca una especulación de que el mercado de ese país sobrepase al del Norteamérica a principios de 2017.

El vicepresidente de la Asociación Cinematográfica de Shanghai, Shi Chuan, elogió la ley, a la que calificó de hito que dota de bases legales al sector a partir de las cuales seguir evolucionando.

El fraude de taquilla no es un fenómeno nuevo en China, pero la nueva ley proporcionará una base legal para los agentes del orden y ayudará a proteger mejor los intereses del público, indicó Shi.

El órgano de supervisión del sector cinematográfico suspendió en marzo la licencia de un distribuidor que había inflado las cifras de taquilla de la película china Ip Man 3.

Este caso fue sólo la punta del iceberg, ya que las estadísticas indican que al menos uno por ciento de los ingresos de taquilla habían sido robados en los años recientes.

Hay dos formas habituales de falsificar las ventas de entradas: o bien los distribuidores inflan las ganancias de taquilla a fin de hacer que la película parezca más popular y así atraer más espectadores y proyecciones, o los cines ocultan el volumen real de la recaudación de taquilla y luego se embolsan las ganancias sin compartirlas con los productores.

Contabilizar de forma precisa los resultados de taquilla tiene una importancia extrema para asegurar el desarrollo saludable de la industria, afirmó Ren Zhonglun, presidente de la Corporación del Grupo Cinematográfico de Shanghai.

Quienes se dediquen a la producción cinematográfica deben servir a la gente y al socialismo, dar prioridad a los beneficios sociales y promover la armonía entre los ingresos económicos y la contribución a la sociedad, estipula la ley.

Las autoridades deben respetar y garantizar la libertad de producción cinematográfica y ayudar a desarrollar un mercado fílmico abierto caracterizado por la competencia justa, señala.

Se apoyará la realización de películas que promuevan la cultura china y valores socialistas claves.

Colaboración con extranjeros

Los grupos chinos pueden cooperar con homólogos extranjeros en la filmación de películas, a excepción de organizaciones e individuos extranjeros que participen en actividades que dañen la dignidad, honor e intereses nacionales de China o que perjudiquen la estabilidad social o lastimen los sentimientos nacionales, indica.

Las coproducciones pueden ser consideradas filmes domésticos si el porcentaje de inversión china o la compartición de ingresos alcanza cierto nivel, señala, aunque no precisa una cantidad específica.

Las organizaciones extranjeras no pueden filmar de manera independiente películas en China, pero los individuos de otros países tienen completamente prohibidos los rodajes cinematográficos.

Además, la ley estipula que ninguna película debe tener contenido que ponga en riesgo la unidad nacional, la soberanía y la integridad territorial, revelar secretos nacionales, poner en peligro la seguridad de Estado, dañar la dignidad, honor e intereses nacionales, o promover el terrorismo y el extremismo.

En relación con los actores, directores y otro personal, la legislación señala que deben ser excelentes en integridad moral y arte cinematográfico, mantener la autodisciplina y construir una imagen pública positiva.

En los años pasados, varias celebridades cinematográficas de alto perfil han sido arrestadas por estar involucradas en abuso de drogas y prostitución.

En 2014, la Administración Estatal de Prensa, Publicaciones, Radio, Cine y Televisión prohibió las proyecciones de películas en las que participara cualquier persona involucrada en actos criminales.

El órgano de supervisión de los medios también va a crear un comité de ética profesional, destinado a guiar a las organizaciones y personas de los sectores de radio, cine y medios de comunicación para que practiquen los valores socialistas claves.

El gobierno central incrementará la inversión en la industria cinematográfica y reducirá los impuestos, dice la ley.

Además, alienta a las instituciones financieras a ofrecer servicios de financiamiento y créditos para el desarrollo de la industria.

Pekín critica con frecuencia a las estrellas del cine estadunidense, como Brad Pitt, por su simpatía hacia el dalai lama, el líder espiritual tibetano, considerado separatista por el régimen chino. Quienes infrinjan la ley deberán pagar multas por un importe cinco veces mayor al de sus ingresos, según el texto. China tan sólo autoriza la difusión de unas decenas de películas extranjeras cada año en sus cines, frente a unos 300 filmes chinos. Para burlar esas cuotas.