Opinión
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Ciudad Perdida

Cúmulo de iniciativas

Trabajos en la Constituyente

¿Miedo a conceder soberanía?

L

a Asamblea Constituyente recibió más de mil 400 iniciativas, que deberán ser sometidas a un análisis del conjunto de legisladores en el pleno, una por una, para ser discutidas o desechadas en lo que resta de este mes, para que en diciembre y enero se conviertan, por fin, en ley.

Ese número parece reflejar un interés que nadie se imaginaba, y no coincide con el gran desaire que se mostró en las urnas, adonde apenas acudieron 20 por ciento de los ciudadanos enlistados en el registro electoral, por lo que ahora, frente a la inusitada participación, se compromete, aún más a los legisladores a no abandonar las propuestas que hizo la sociedad.

Todas las propuestas serán analizadas, y hay algunas, como la que se refiere a la soberanía de los habitantes de la ciudad, por un lado, y la que corresponde a sus instituciones, por el otro, que habrán de levantar grandes polémicas, y de hecho tiene divididos a los constituyentes, aunque en una primera instancia los cambios que se proponían al artículo primero de la constitución ya fueron rechazados.

Hay que explicarlo: en el artículo primero se dice que la Ciudad de México es una entidad libre y autónoma en todo lo concerniente a su régimen interior y a su organización política y administrativa. Ahí, después de la palabra libre, el diputado Rene Cervera, del Partido Movimiento Ciudadano, pretendía que se insertara la palabra soberana, misma que para otros diputados no cabía porque, principalmente, la Constitución General lo impide.

Las explicaciones, todas interesantes, todas técnicas, no llegaban a plantear las consecuencias políticas de agregar la palabra soberanía a las de libertad y autonomía de las que habrá de gozar, por ley, esta ciudad. Y esto porque, según se dijo, sólo obedece a que los organismos de gobierno podrán ser autónomos, pero no soberanos, dado que es la Federación, el país en su conjunto, el que goza de esa soberanía, pero no así los órganos de gobierno de las entidades de la República.

No obstante, en el artículo dos del proyecto de constitución, que habla de la soberanía popular, dice: la soberanía reside esencial y originariamente en el pueblo de la Ciudad de México. Todo poder público dimana de éste y se instituye para su beneficio. Aparentemente existe una contradicción en el texto y la idea porque si, como se dice, todo poder público dimana del pueblo soberano, los órganos de gobierno y el gobierno mismo en sus instituciones tendrían que ser autónomos, pero esto es parte de lo que se discute en la asamblea, que apenas empieza a trabajar.

Pero tal vez también sea que desde el poder federal existe algún resquemor a brindar toda la soberanía a la Ciudad de México porque, como dice Jean Bodin, citado en la comisión que ve esos artículos y comentado en el Diccionario de Política de Norberto Bobbio, la esencia de la soberanía se ve exclusivamente en el poder de hacer y de abolir las leyes, porque necesariamente absorbe a todos los otros poderes y porque, como tal, con sus mandos, es la fuerza cohesiva que mantiene unida a toda la sociedad, y eso, por lo pronto, no parece corresponder a esta ciudad.

De pasadita

Ya ha pasado más de un mes y las colonias Condesa, Hipódromo e Hipódromo Condesa están en ruinas. Se realiza el cambio del drenaje, se abren las calles, se rompen banquetas, el ambiente se inunda de ruidos insoportables y olores fétidos; luego, se tapan los hoyos abiertos, desaparece el asfalto, los baches se convierten en hoyancos y las calles quedan peor que como estaban. ¡Qué grave!