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No tengan miedo, dice a los miles de estadunidenses que protestan desde el pasado miércoles

Trump reafirma que deportará a 3 millones de indocumentados

Nombra jefe de gabinete a un hombre del establishment político y de asesores a un ultraderechista

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Reince Priebus, presidente del Comité Nacional Republicano, fue nombrado ayer jefe de gabinete por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. En imagen de la derecha, Steve Bannon, director de campaña del republicano, fue designado estratega en jefe y asesor. Al primero se le considera un político cercano a Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, mientras Bannon es un empresario y feroz crítico de la cúpula republicanaFoto Afp
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Marcha del Golden Gate Park hacia Ocean Beach, ayer en San Francisco. En Los Ángeles, Chicago, Nueva York y otras ciudades continúan las movilizaciones de repudio a Donald TrumpFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de noviembre de 2016, p. 32

Nueva York.

Donald Trump trató de enviar un mensaje tranquilizador este domingo, pero reafirmó que deportará o encarcelará a 3 millones de indocumentados apenas asuma el gobierno de Estados Unidos, en su primera entrevista como presidente electo. Además, nombró a Reince Priebus, presidente del Comité Nacional Republicano, como jefe de gabinete, y al ultraderechista Steve Bannon, su director de campaña, como estratega en jefe y asesor, en momentos en que decenas de miles de personas salieron por quinto día consecutivo en varias ciudades a protestar en su contra.

En una larga entrevista para el programa 60 Minutos, de la cadena CBS, Trump dijo que las decenas de miles de personas que protestan en diversas ciudades estadunidenses por su triunfo desde el martes pasado no tienen nada que temer y prometió esforzarse por unir nuevamente a este país.

Además, señaló que renunciará al salario de unos 400 mil dólares anuales que gana el presidente de Estados Unidos, y como por ley debe cobrar un sueldo, aseguró que recibirá un dólar por año.

Su mensaje tranquilizador no le impidió adelantar que su gobierno deportará o encarcelará a 3 millones de indocumentados apenas llegue a la Casa Blanca, el próximo 20 de enero, y que pretende designar jueces conservadores para la Suprema Corte de Justicia.

Lo que estamos haciendo es tomar a los criminales y a quienes tengan antecedentes, pandilleros, traficantes de drogas; probablemente sean 2 o incluso 3 millones; los vamos a sacar del país o los vamos a encarcelar, aseguró Trump a 60 Minutos.

La cifra de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos se estima en 11 millones, la mayoría mexicanos, centroamericanos y sudamericanos instalados desde hace años en el país.

El republicano Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, formuló declaraciones opuestas a la postura de Trump: no estamos planeando formar una fuerza de deportación. Donald Trump no está planeando eso, dijo a CNN.

Trump hizo de la seguridad en la frontera con México uno de los puntos centrales de su campaña electoral.

Indicó a CBS que el muro fronterizo que prometió no necesariamente será sólo de ladrillos. Podría haber cercos, dijo Trump. Pero para ciertas áreas, un muro es lo más apropiado. Soy muy bueno en esto, dijo.

Newt Gingrich, una de las principales figuras en torno a Trump, había arrojado un manto de duda sobre si el mandatario electo obligará a México a pagar el muro. Dedicará mucho tiempo a controlar la frontera. Tal vez no gaste mucho tiempo intentando que México pague por ello, pero fue una gran estrategia de campaña, declaró Gingrich, según The Washington Post, pero Trump no mencionó nada al respecto durante la entrevista concedida a 60 Minutos.

Trump nombró jefe de gabinete a Reince Priebus, presidente del Comité Nacional Republicano, y estratega en jefe y asesor a Steve Bannon, su director de campaña y jefe del portal de noticias ultraderechista Breitbart News.

Steve y Reince son líderes altamente calificados que han trabajado bien juntos en una campaña que nos llevó a una victoria histórica. Ahora cuento con los dos en la Casa Blanca para trabajar y hacer a Estados Unidos grande otra vez, afirmó Trump en un comunicado.

Para algunos analistas la selección de Priebus en esa posición tan relevante contradice las promesas de campaña de Trump, quien se presentó como el candidato insurgente que no pertenecía al establishment y ofreció un gobierno alejado de los políticos tradicionales y de las élites que han gobernado Washington.

Priebus es considerado alguien cercano a Paul Ryan, actual presidente de la Cámara de Representantes, uno de los más enérgicos críticos de Trump en la campaña, de forma que puede ser un puente esencial para una gobernabilidad tranquila, señalaron analistas.

Bannon, de 62 años, y visto como empresario vocero de los sectores más derechistas del Partido Republicano, es un feroz crítico de la dirigencia de ese partido, de forma que su convivencia con Priebus en el tope del gobierno abre nuevas interrogantes.

Mientras Trump confecciona el organigrama de su administración, decenas de miles de personas salieron nuevamente a las calles a manifestarse en su contra en las principales ciudades del país.

Al menos cinco mil personas, según la policía, se dieron cita en Union Square, en Nueva York, desde donde avanzaron hacia la Torre Trump, en la Quinta Avenida, aunque los organizadores estimaron en 15 mil el número de participantes. La cuadra donde se ubica la Torre Trump estuvo resguardada por vallas.

En Los Ángeles, California, protestaron unas 100 mil personas, indicaron los convocantes. Unas 10 mil lo hicieron en Chicago, Illinois, y en San Francisco unas mil personas marcharon del Golden Gate Park hacia una playa donde cantaron hagamos olas.

En al menos otra media docena de ciudades hubo protestas contra Trump, quien durante su campaña propagó lo que muchos consideran un discurso de odio, basado en la misoginia, el racismo y la xenofobia.

Con pancartas con lemas como El amor vence al odio, Las vidas negras importan, Las protestas son patrióticas, La diversidad es nuestra gran fortaleza, Al carajo Trump y Ningún ser humano es ilegal, el ambiente festivo de la marcha de Nueva York estuvo mezclado con temor.

Muchas de las pancartas aludían al derecho de inmigrantes mexicanos y musulmanes de permanecer en el país, y otras reafirmaban los derechos reproductivos de las mujeres y de la comunidad LGBT (Lesbiana, Gay, Bisexual y Transgénero).