Sociedad y Justicia
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En 20 años causó daños ambientales, más desempleo y la pérdida de otros cultivos

Siembra de soya transgénica provoca la desaparición de 300 pueblos en Argentina
 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de noviembre de 2016, p. 45

Tras dos décadas del cultivo de transgénicos en Argentina, que comenzó con un millón de hectáreas y hoy suman 22 millones, los daños al medio ambiente, a la producción de alimentos y la pérdida de empleos, han llevado a la desaparición de 300 pueblos rurales, advierte Alicia Massarini, de la Universidad de Buenos Aires.

Los impactos de estos cultivos, que van asociados al uso de agrotóxicos, como el glifosato, del que que al año se rocían en el suelo 250 millones de litros, ha dejado impactos ambientales, sociales y a la salud, señaló en entrevista la especialista, quien la semana pasada estuvo de visita en México para participar en un foro del Grupo Etc y la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad.

Explicó que desde la perspectiva social se ha dado una concentración de la unidad productiva de cultivos, a partir de la siembra industrial con transgénicos que se hace en grandes superficies y poca mano de obra, lo que lleva al cierre de granjas pequeñas y medianas. Se remplazan producciones que eran de alimentos, fruticultura y otros cereales, por la soya transgénica que es más rentable para la exportación. Este producto no se consume en Argentina, todo es para el mercado exterior. Como es una actividad sin agricultores, hay un gran desempleo en el campo.

En cuanto a lo ambiental, abundó, el uso creciente de agrotóxicos, sobre todo el glifosato que es el herbicida que acompaña el paquete tecnológico de la soya transgénica, se ha incrementado. Se usan al año 250 millones de litros para 22 millones de hectáreas y esto produce un agotamiento de la tierra, ya que baja la cantidad de los nutrientes.

Indicó que también hay deforestación, ya que la frontera agropecuaria se extiende sobre ecosistemas naturales, y hay zonas de selva biodiversa que ya están diezmadas. Dentro de poco tiempo esas tierras no servirán para la agricultura y además los bosques se habrán perdido.

La contaminación con agrotóxicos provoca problemas sanitarios muy fuertes en el centro de Argentina, donde viven 12 millones de habitantes. La zona fuerte de cultivo se fumiga con glifosato y otros tóxicos caen sobre poblaciones rurales. A muy pocos metros de las viviendas de la gente.

Ello, agregó, produce problemas de salud importantes, con altos índices de cáncer, que incluso triplican la media nacional y los estándares internacionales.