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Editora: Laura Angulo
Número Especial diciembre enero 2017 No 209

Los volcanes mexicanos
en el océano Pacífico


Fumarola

Nick Varley
Universidad de Colima
Correo-e: [email protected]

Cuando hablamos de los volcanes mexicanos estamos acostumbrados a pensar en el Popocatépetl o el volcán de Colima y sus explosiones frecuentes. Los dos estratovolcanes tienen edificios enormes construidos a lo largo de miles de años con una acumulación de material que produce flancos muy inclinados. En el archipiélago de Revillagigedo tenemos otra especie de volcanes y dos activos: isla Socorro y San Benedicto. Son tipo escudo que resultan de un magma más líquido y menos explosivo.

Se forman principalmente por la acumulación de muchos flujos de lava, uno encima del otro hasta que se convierten en islas. Isla Socorro tiene un poco más de un kilómetro de altura sobre el nivel del mar; el Popo tiene más de cinco. Paradójicamente, isla Socorro es un volcán más masivo.

Hay que considerar que la isla volcánica está construida desde el piso del océano que proporciona una altura total aproximada de 4 mil metros y el océano cubre la mayor parte. Los volcanes de escudo tienen un diámetro mucho mayor que los estratovolcanes. Solo por su altura, isla Socorro tiene mayor volumen que el Popo.

¿Qué nos indica que se trata de un volcán activo? Posee un campo hidrotermal; es decir, una zona donde se encuentran fumarolas, salidas de gases volcánicos y pozos de lodo de altas temperaturas. Hay un cuerpo de agua debajo calentado constantemente por magma que se ubica a una profundidad desconocida. Este magma también genera temperaturas elevadas en algunos manantiales temporales en la isla.

Existen varios letreros en el bosque, en una zona relativamente alta de isla Socorro, que dicen “Al volcán”, indicando la dirección del sendero que sube hasta la zona hidrotermal de la isla. Claro, los letreros sirven para que uno se mantenga en el camino que conduce hasta la cumbre de esta isla volcánica. Pero ése es el punto, ¿por qué hay señalamientos indicando la dirección al volcán cuando ya se está transitando por su flanco? El grupo de picos que incluye la cima y tiene el nombre de monte Evermann no es el volcán propiamente. Toda la isla es el volcán y la parte emergente es una fracción de todo el edificio volcánico que se extiende unos tres kilómetros hacia al fondo del océano Pacífico.

Así, lo más apropiado sería instalar en el muelle un letrero que diga “Bienvenidos al volcán isla Socorro” porque al momento que se pone un pie en la isla se ha llegado a uno de los pocos volcanes de México que han presentado una erupción en los últimos 100 años.

Generalmente, la mayoría del magma llega a la superficie de manera pasiva formando flujos de lava. Los volcanes escudo siempre tienen sistemas de grandes fallas que descienden por sus laderas y periódicamente se abren para permitir la salida del magma acumulado en su interior. La superficie de isla Socorro cuenta con mucha evidencia de este tipo de actividad. La zona de Lomas Coloradas tiene varios conos de escoria y flujos de lava extensivos cubriendo gran parte de la zona sureste de la isla. Los conos son productos de actividad explosiva denominada stromboliana.


Isla de San Benedicto

Una emisión de escoria similar formó otro de los volcanes recientemente activos: el Paricutín, en Michoacán. En isla Socorro no se ha registrado una erupción en la parte terrestre durante unos 15 mil años. Se sabe porque no se ha encontrado ningún producto de una erupción reciente.

Posiblemente toda la actividad reciente de Socorro se ha dado bajo el mar. En 1993, ocurrió una pequeña, submarina, en el flanco suroeste de la isla. Durante ella, surgieron bloques de escoria calientes que llegaron hasta la superficie del mar. Flotaron un tiempo hasta que los gases calientes salieron de sus poros. Al llenarse de agua aumentaron su densidad y descendieron nuevamente al fondo marino. No hay observaciones de vulcanismo aparte del evento en 1993. Pero siendo una isla lejana, a 390 kilómetros de Baja California y 700 de Colima, hubiera sido difícil registrar otras erupciones submarinas de los últimos siglos.

Isla Socorro es un volcán anómalo. Falta claridad sobre su origen pero su gran tamaño indica que es un hotspot o punto caliente, como sus vecinas en el Pacífico central: las islas de Hawai. Sin embargo, la geoquímica no corrobora esta idea y apoya la alternativa que su origen está relacionado con una zona de divergencia que existía allí hace 3 millones de años, el punto de la separación de dos placas tectónicas. En su historia ha producido erupciones grandes, muy diferente de la formación de conos de escoria o flujos de lava más recientes. Estudiando los depósitos, los productos de estas erupciones hay evidencia de enormes explosiones de mayor magnitud que las de cualquiera ocurridas en el mundo en siglos recientes.

Aunque isla Socorro fue la anfitriona de la erupción más reciente, la más espectacular ocurrió en su vecina, San Benedicto entre 1952-53. Y no fue submarina: resultó en la formación de un nuevo cono de toba que lleva el nombre de Bárcena. De su pie salió un flujo de lava corto que hasta ahora mantiene la resistencia en contra del embate del oleaje protegiendo al cono de Bárcena de la erosión que pudiera ser rápida debido a su construcción de material fino y muy suelto.

¿Qué habrá en el futuro? Una posibilidad es que el vulcanismo esté muriendo en la región y no veamos una nueva gran erupción, pero nada es seguro. El que se hayan presentado dos erupciones en los últimos 65 años nos invita a ser precavidos porque en las condiciones donde está el magma todavía permiten su ascenso hasta la superficie. Queda claro que los volcanes del Pacífico requieren más estudio. Y que geológicamente su preservación es importante más ahora que forman parte del patrimonio de la humanidad.

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