Dentro de las iniciativas de ley aprobadas por la Asamblea Legislativa en el actual periodo de sesiones figura la adición de la fracción X al artículo 224 del Código Penal para el Distrito Federal, con la cual, en el contexto de los delitos contra el patrimonio urbano, sanciona con dos a seis años de prisión a quien robe mobiliario como bancas, barreras de tránsito, buzones, paradas de transporte público, cabinas telefónicas, estatuas, alcantarillas, luminarias y cable de energía eléctrica, por citar algunos.

En las 16 delegaciones de la Ciudad de México diariamente se sustraen, en promedio, entre dos o tres tapas de alcantarillas; de hecho, en los pasados tres años se requirieron más de 30 millones de pesos para sustituir coladeras y alcantarillas, según cifras del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, afirmó el diputado priísta Israel Betanzos.

Las demarcaciones donde se registran altos niveles de robo de coladeras son Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Venustiano Carranza y Cuauhtémoc, añadió el también presidente de la Comisión de Administración y Procuración de Justicia.

Puntualizó que las avenidas principales de la ciudad son afectadas por el robo de alcantarillas, luminarias y de cable de energía eléctrica, lo que además genera trampas que pueden causar la muerte, por el daño que se produce a los automovilistas y peatones que transitan por estas vías.

El legislador apuntó que en noviembre de 2015, un bebé de cinco meses de nacido cayó en una coladera destapada en la avenida Zaragoza, a la altura de Canal de Río Churubusco, en la delegación Iztacalco. Los hechos ocurrieron cuando la madre del pequeño resbaló y la carreola en la que transportaba a su hijo cayó al registro destapado. El niño fue rescatado luego de flotar 20 minutos sobre aguas negras, para después trasladarlo al Hospital Pediátrico de Iztacalco, donde fue reportado muerto.