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Gracias, Rafa, te vamos a extrañar, dice Peña Nieto en el homenaje efectuado en el Cenart

La historia pondrá a Tovar en el altar de los mexicanos insignes

Comprendió que la cultura es nuestra fuente de identidad y de proyección hacia el futuro, señala el Presidente de la República

Se fue tranquilo y en absoluta paz; Una buena muerte honra toda una vida, expresa Rafael Tovar López Portillo, hijo de secretario de Cultura

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Ante un retrato de Rafael Tovar y de Teresa (al fondo, en el extremo superior izquierdo) y la urna con los restos del escritor y diplomático, el gabinete del gobierno federal en pleno, encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto, rindió homenaje al también diplomático en el teatro de las artes del Centro Nacional de las Artes, complejo cultural del que Tovar fue el artífice. La parte musical estuvo a cargo de la Camerata de la Ciudad de México, dirigida por Ramón RomoFoto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Martes 13 de diciembre de 2016, p. 4

En la ceremonia luctuosa con la que se despidió ayer de manera institucional al secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa, fallecido el sábado, el presidente Enrique Peña Nieto lo calificó de amigo entrañable y elogió el espíritu profundamente humanista del historiador y diplomático.

Gracias, Rafa, te vamos a extrañar, dijo el mandatario, conmovido, ante representantes de los Tres Poderes de la Unión, así como el gabinete en pleno, altos funcionarios culturales de todo México y la comunidad intelectual, que se dieron cita en el teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart) para rendir homenaje al servidor público, quien supo poner las herramientas del Estado a favor de los creadores y de la defensa del patrimonio artístico y cultural del país. El juicio de la historia lo pondrá en el altar de las grandes figuras que han servido a México, reiteró el Presidente.

Peña Nieto añadió que a Tovar “corresponde la autoría de uno de los capítulos más importante de la política cultural de nuestro país; la cultura no sólo entendida como el conjunto de las artes, las humanidades, las letras y el pensamiento, sino como el universo de expresiones de nuestro pueblo.

“Con espíritu visionario y siempre con gran energía, desde muy joven comprendió que protegerlas y difundirlas sería su manera de honrar y servir a México. Amó profundamente a México. Amó nuestras civilizaciones milenarias, nuestra historia virreinal, el México independiente, nuestra tradiciones, nuestro arte, literatura música y cine.

“Rafael Tovar y de Teresa comprendió que la cultura es nuestra fuente de identidad y de proyección hacia el futuro; por eso se propuso como misión de vida que los mexicanos y el mundo nos conociéramos mejor a través de ella.

Las políticas culturales que impulsó fueron resultado de la conjunción inusual de dos esencias, la de hombre de cultura y la de hombre de Estado. En todo momento fue un factor de unión entre la administración pública y la comunidad intelectual, fue conciliador de personas y corrientes de pensamiento.

El Presidente resaltó que, precisamente, el Centro Nacional de las Artes –donde se realizó la tercera jornada de despedida luctuosa del secretario Tovar– es un sitio que él imaginó “no sólo como un espacio físico para difundir la cultura, sino como un lugar con vida propia, en donde los artistas y creadores se forman y las familias conviven en torno al arte.

Su gran legado, lo que perdura en el tiempo, serán las instituciones que construyó. Al frente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en tres administraciones distintas dejó una huella profunda en las políticas culturales que como pocos creó y enriqueció. Promovió y estimuló a los creadores, fomentó la música y el cine, fue fundador del Canal 22, del Centro de la Imagen, el Sistema de Fomento Musical y el programa de desarrollo cutural e infantil Alas y Raíces. La importancia de su tarea llegó a la creación de la Secretaría de Cultura.

El Presidente dijo que Tovar y de Teresa ha sido el único secretario de Estado de su gabinete que ha tomado posesión de su cargo en Palacio Nacional.

Hombre ejemplar, que no flaqueó

Con un largo aplauso se recibieron también las sentidas palabras que ofreció el hijo del secretario de Cultura, Rafael Tovar López Portillo, quien compartió con los presentes que estuvo con su padre la madrugada del 10 de diciembre, en el momento del deceso. Tuve la fortuna de ser yo quien lo acompañara, de verlo a los ojos mientras que en silencio nos decíamos todo y su vida se apagaba. Su muerte fue un reflejo de su personalidad: serena, elegante, discreta y pudorosa, como el gatopardo. Se fue tranquilo y en absoluta paz, incluso en su muerte honró el lema de familia que reza: una buena muerte honra a toda una vida.

El primogénito del funcionario, con voz firme, entero, señaló que no estaba ahí para hacer apologías ni odas a Rafael Tovar y de Teresa, “tampoco vengo a hablar de su legado histórico ni la relevancia que tuvo, tiene y tendrá en la historia de México. No soy quién para decir que es el heredero de Vasconcelos o Torres Bodet. Estoy aquí para hablar de mi padre y honrar a quien además de haber sido promotor cultural, diplomático, político, historiador y escritor, fue también, y sobre todas las cosas, esposo, padre, abuelo, hermano y amigo.

“Serán los valores que mi padre inculcó en mí los que me guiarán como brújula a lo largo de mi vida: la bondad que caracterizaba a mi padre y el enorme amor que sentíamos todos por él, logró que sus dos familias, la primera y la segunda, se convirtieran en una sola, y el hecho de que él no esté no significa que aquello cambiará, pero sí significa que el enorme amor y unión que existe entre nosotros será más profundo, pues podremos consolarnos por un vacío imposible de llenar, sólo comprensible en la intimidad de la familia.

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Un retrato de Rafael Tovar y de Teresa y la urna con sus restos mortales protagonizaron el homenaje que se rindió al constructor de instituciones culturales en el paísFoto Carlos Ramos Mamahua

“En lo personal me consolaré no sólo con la solidaridad incondicional de mi madre y mi hermana Leonora, sino también con el amor de Mariana, su adorada esposa, y el de mis hermanas menores María y Natalia. Así, a las cinco mujeres de mi vida, les prometo aquí y ahora estar a la altura de mi padre, y actuar de manera coherente y consecuente con lo que él hubiese querido. Es mi mejor forma de honrarlo.

“No sólo será su muerte la que la honre, sino el amor que profesó por México, el amor que dejó en todos nosotros, en su esposa, en sus hijos, en nietos, sus hermanos, en sus amigos y en sus colaboradores. Hoy más que nunca y después de recibir incontables muestras de cariño, apoyo y solidaridad y de escuchar el respeto y admiración con la que la gente se refiere a él, estoy orgulloso de llevar el nombre de mi padre. Un hombre ejemplar que hizo y dio todo por su familia y por Mexico, que no flaqueó ni al final cuando la enfermedad empezaba a causar estragos y su cuerpo empezaba a traicionarlo.

Llevo el nombre de un mexicano patriota, de un mexicano ejemplar que trabajó sin vanidad y con el único propósito de hacer y dejar un país mejor. Ese es su gran legado, concluyó el hijo del también abogado.

Peña Nieto también compartió que estuvo cerca de Tovar durante su enfermedad (el segundo secretario de Estado que, en menos de cinco años, muere debido a mieloma múltiple, luego de Alonso Lujambio, quien fue titular de Educación Pública, en 2012).

Los meses difíciles que le tocó vivir luego de haberle sido detectada la enfermedad, lo hizo con enorme entereza, con gran valor y enorme optimismo, siempre dispuesto, resuelto a tomar sólo días cuando así se le mandaba para atender su salud, y no dejar de lado y menos posponer la responsabilidad que tenía confiada como el primer secretario de Cultura del gobierno de la República, añadió el presidente Peña Nieto.

Desde muy temprano los accesos al teatro de las artes estuvieron resguardados por el Estado Mayor Presidencial, pues también desde la mañana de ayer comenzaron a llegar directores de Cultura estatales, promotores, directores de museos, escritores, artistas, políticos, embajadores, todos aquellos que de alguna u otra manera tuvieron una relación de trabajo o de amistad con Rafael Tovar.

El recinto fue insuficiente y algunos secretarios de Estado y medios de comunicación no pudieron entrar y debieron presenciar la ceremonia en las pantallas instaladas afuera del recinto.

Fue una concurrencia pocas veces vista, dando la razón a las palabras dichas por el Presidente en esos momentos: En vida, Rafael Tovar y de Teresa nos unió en torno a la cultura, es el legado más rico, profundo y permanente que tenemos. Él fue un puente entre el servicio público y la comunidad artística y cultural hasta el punto de borrar las diferencias.

Palabras de Carlos Prieto

Una sencilla caja de madera blanca, con la cenizas del secretario Rafael Tovar y de Teresa, presidió el homenaje luctuoso que se inició a las dos de la tarde, una hora antes del arribo de Enrique Peña Nieto.

La Camerata de la Ciudad de México, dirigida por Ramón Romo, comenzó a tocar en cuanto la familia del embajador y promotor cultural subió al escenario del teatro de las artes a colocar las cenizas sobre un pedestal negro, frente a una hilera de flores blancas y un enorme retrato del funcionario federal.

Después de las palabras del Presidente y del hijo del servidor público, habló su amigo, el chelista Carlos Prieto, quien recordó la amistad de décadas que llevaron, unidos por su pasión por la música.

Tovar y de Teresa, incluso, habría querido ser pianista, dijo Prieto, quien comunicó a los familiares las condolencias de otro amigo común, el también chelista Yo Yo Ma.

Al concluir los discursos, comenzaron las guardias de honor, primero Peña Nieto en compañía de Mariana, la viuda del funcionario y sus cuatro hijos, seguidos por los secretarios de Estado, políticos, funcionarios culturales y demás personajes del medio cultural, muchos de ellos preguntándose ya quién tendrá el perfil para ocupar el cargo que Tovar y de Teresa deja vacío.