Opinión
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México, escalón 14/20

Economía ¿sólida?

Crecimiento a la baja

C

on más entusiasmo que con datos duros el gobierno mexicano insiste en que la economía nacional es sólida y está preparada para enfrentar riesgos externos. Sin embargo, esa alegre lectura no es compartida por otras instancias, en las que desde 2013 la constante ha sido recortar la estimación oficial de crecimiento y advertir sobre posibles sacudidas internas, especialmente por la creciente dependencia de nuestro país con el vecino del norte.

Bajo la lupa de organismos especializados, como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), para 2017 el sólido navío de gran calado una vez más fue degradado, y ocuparía el escalón número 14 (de 20 posibles) en el contexto regional, es decir, tres peldaños abajo del correspondiente a 2016, cuando su crecimiento a duras penas sería de 2 por ciento, o lo que es lo mismo, una proporción igual a la registrada por Haití.

Para 2017, estima la Cepal, la economía mexicana crecería 1.9 por ciento, y esa proporción sería igual al promedio anual registrado en cinco años de un gobierno que prometió mover a México. Si se prefiere, ése es el mismo registro heredado por el inenarrable sexenio calderonista.

Entonces, con ese ritmo no hay país que aguante ni navío de gran calado que no se hunda. La Cepal divulgó ayer su Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2016, del que se toman los siguientes pasajes. Va, pues.

En 2016, el producto interno bruto (PIB) de América Latina y el Caribe disminuyó 1.1 por ciento, lo que se tradujo en una reducción de 2.2 por ciento del producto por habitante de la región. Esta tasa negativa representa la continuación del proceso de desaceleración y contracción de la actividad económica en que ha estado inmersa la región desde 2011. La disminución del dinamismo de la actividad económica regional en 2016 obedece fundamentalmente a la reducción del crecimiento que presenta la mayoría de las economías de América del Sur y la contracción de algunas de ellas, como en Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela. La actividad económica de esa subregión pasó de una contracción de 1.7 por ciento en 2015 a una de 2.4 en 2016.

Las economías centroamericanas mantienen un ritmo de crecimiento, aunque muestran una desaceleración respecto de 2015, ya que su expansión disminuyó de 4.7 por ciento ese año a 3.6 en 2016. Cuando se incluye a México, el promedio del crecimiento de este grupo de países baja a 2.4 en 2016 (contra 3 logrado en 2015). Las economías del Caribe de habla inglesa y neerlandesa mostrarán por segundo año consecutivo una contracción (-1.7).

El débil desempeño económico de la región fue consecuencia principalmente de la fuerte caída de la inversión y del consumo. A nivel de la región en su conjunto, se estima que en 2016 la demanda interna disminuyó (2 por ciento) como resultado de una contracción de todos sus componentes (consumo privado, -0,9; consumo público, -1; y formación bruta de capital fijo, -6.8). Por su parte, debido a la caída de la demanda interna, las importaciones disminuyeron en torno a 3 por ciento, realizando un aporte positivoal crecimiento del producto.

Tal como ocurre con la actividad económica, en la que existe una contraposición de tendencias entre las subregiones de América del Sur y Centroamérica, los componentes de la demanda interna también mostraron en 2016 una dinámica diferenciada entre subregiones. Así, mientras que en América del Sur se redujeron el consumo privado (-2.3 por ciento) y la inversión (-9.9), en Centroamérica tanto el consumo privado como la inversión aumentaron (3 y 1.9, respectivamente).

En 2017, el crecimiento económico de América Latina y el Caribe sería, en promedio, de 1.3 por ciento, con lo que se pondría fin a la contracción que caracterizó el bienio 2015-2016. Si bien el mayor dinamismo previsto para 2017 será casi generalizado, al igual que en años anteriores sus magnitudes exhibirán una marcada heterogeneidad en la región.

En un contexto externo complejo y sujeto a diversos riesgos, se espera que en 2017 –a diferencia de lo ocurrido en 2016, año en que la región mostró una contracciónde 1.1 por ciento– la economía regional presente un cambio de ciclo, con un crecimiento positivo de 1.3 por ciento. Al igual que en 2016, el crecimiento promedio ponderado esconde dinámicas de crecimiento diferenciadas entre países y subregiones.

Así, se estima que en 2017 Centroamérica, incluidos el Caribe de habla hispana y Haití, crecerá en torno a 3.7 por ciento, pero si se incluye a México, con un crecimiento previsto de 1.9 por ciento, el promedio llegaría a 2.3. Para América del Sur se espera en 2017 un crecimiento positivo de 0.9 y para el Caribe de habla inglesa de 1.3.

Si bien las tendencias proteccionistas surgidas en Estados Unidos tendrán efectos mundiales y regionales, la posible renegociación del TLCAN y otros acuerdos comerciales, sumada a las incertidumbres sobre la dinámica de las transferencias monetarias provenientes de los migrantes, repercutirán significativamente, en particular en México y los países de Centroamérica que exportan la mayor parte de sus manufacturas y servicios al mercado estadunidense. En lo que respecta a las economías del sur de la región, la mejora proyectada de los términos de intercambio hace prever un mejor desempeño económico, si bien persisten incertidumbres respecto del futuro económico de la zona del euro y de China.

Las economías con mayor integración comercial a Estados Unidos, si bien se verían beneficiadas por un mayor dinamismo previsto para este país durante 2017, por otro lado algunas de ellas podrían verse afectada por la revisión de acuerdos comerciales. Estados Unidos representa hoy en día el mayor mercado de exportación para Colombia (28 por ciento del total de exportaciones de bienes se dirigen hacia allá), Costa Rica (41 por ciento), Ecuador (39), El Salvador (47), Guatemala (36), Honduras (44), Jamaica (39), Nicaragua (54) y Panamá (20), con lo que los flujos de comercio de estos países podrían sufrir alteraciones en alguna medida por los motivos expuestos.

El caso de México es altamente preocupante, por ser el más dependiente del vecino del norte: 81 por ciento de sus exportaciones tienen a Estados Unidos como destino.

Las rebanadas del pastel

De nueva cuenta el Banco de México incrementó la tasa de interés interbancaria: 5.75 por ciento (medio punto porcentual de avance), con el objetivo, dice, de contrarrestar presiones inflacionarias adicionales y reforzar la contribución de la política monetaria. Entonces, muy atentos a los estados de cuenta de las tarjetas de crédito y financiamientos de tasa variable.

Twitter: @cafevega