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Negocios y Empresas

Los vaivenes de Scotiabank

L

a cambiante realidad económica de México desde los años 70 del siglo pasado ha generado un sinuoso camino en el sector financiero. Después de que la banca privada se desarrolló a lo largo de tres generaciones, los excesos en el gasto público de Luis Echeverría y de López Portillo generaron fuertes desequilibrios financieros, los cuales llevaron a López Portillo a acusar a los banqueros de todas las desgracias y a estatizar la banca en 1982.

A partir de ahí se inició un periodo de cambios abruptos. Un ejemplo de esas modificaciones es el de Scotiabank, dirigido por Enrique Zorrilla. Es un banco mediano, sin gran personalidad, que confunde las relaciones públicas con la publicidad, y que a clientes de largo plazo no les da el servicio que se merecen. Otro problema es que no cuenta con algún producto estrella por el que pueda ser reconocido.

Con la estatización de 1982, Banco Comercial Mexicano, antecedente de Scotiabank, pasó a formar parte del gobierno, que improvisó a políticos como banqueros, con el objetivo de que esas instituciones fueran el puntal financiero para el crecimiento de México.

Sin embargo, entre 1983 y 1991 los bancos poco aportaron al desarrollo, debido a que los descapitalizaron, los utilizaron políticamente y los recursos financieros se usaron para hacer frente a la deuda del gobierno. En forma paralela se desarrollaron las casas de bolsa, que financiaron a empresas privadas y al gobierno mediante diversos papeles de deuda, que posteriormente compraron los bancos estatizados.

Banco Comercial Mexicano fue adquirido por Inverlat a principios de los años 90, pero vivió una profunda crisis en 1994, producto del error de diciembre, por lo que en 1996 entró al rescate un grupo canadiense, The Bank of Nova Scotia, que tomó el control del grupo en 2000.

Ahora, bajo el nombre de Scotiabank Inverlat, el grupo cuenta con cerca de 700 sucursales, pero se ha quedado a la mitad del camino, entre los grandes grupos financieros e instituciones de nicho. Su gran reto es desarrollar servicios con los cuales logre un liderazgo en el mercado, si es que no se quiere quedar como institución de segundo nivel en un nicho cada vez más competido.